Hostal del Sol: ni zona verde, ni local de ensayo, ni aparcamiento

El Ayuntamiento cedió el espacio a los Xiquets de Tarragona hace quince meses, pero no lo han utilizado porque no hay luz

19 mayo 2017 16:01 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:13
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El Hostal del Sol es ahora mismo un solar abandonado en el centro de la ciudad en el que tan solo reposa la furgoneta de los Xiquets de Tarragona, que son los titulares del espacio tras la cesión que les hizo el Ayuntamiento en noviembre de 2015. Se justificó afirmando que los de la calle Santa Anna necesitaban una plaza para ensayar al aire libre, pero, según reconoce la misma entidad, en estos más de quince meses no se ha levantado construcción alguna. 
El presidente de los Xiquets, Xavi Sabat, explica que cuando se habló de la cesión «el Ayuntamiento nos dijo que sería una especie de plaza o de mirador de dominio público, con bancos, y la singularidad de que tendría un cartel que diría que los martes y los viernes estaba reservado para los Xiquets». Pero esta inversión no llegó nunca a buen puerto. La administración local no ha impulsado la zona verde que contempla el POUM en este espacio del Passeig de Sant Antoni, y la plaza se encuentra en el mismo estado en el que fue entregada en noviembre de 2015.
«Nos dijeron que no había dinero para impulsar el proyecto y que debía adecuarse con unas vallas y un punto de luz que teníamos que asumir nosotros», añade el presidente. La iluminación prácticamente es inexistente, por lo que sin una inversión  los de la camisa rayada no pueden levantar construcción castellera alguna ya que los ensayos son por la noche. 
Cuando se hizo la cesión del espacio no se habló de temporalidad ni se sabe si el Ayuntamiento va a tirar adelante el proyecto de la zona verde. Éste no ha respondido a la petición realizada por este medio de comunicación. Los Xiquets no tienen en su lista de prioridades la recuperación de este espacio. Sabat apunta que no llegaron ni a pedir un presupuesto para conocer el calado de la inversión, por lo que deberá ser quien le suceda en el cargo quien lo decida. 
La colla considera que es un agravio que tengan que asumir esta inversión. Y en este sentido tienen en cuenta que previamente la administración local también cedió a la Jove de Tarragona un espacio exterior, junto a la vuelta del Trinquet Vell, para ensayar. 
El presidente de los Xiquets afirma que fue su predecesor en el cargo quien solicitó al Ayuntamiento la disponibilidad de un espacio abierto. «Sobre todo pensando de cara a la preparación de Sant Magí y Santa Tecla, cuando somos mucha gente en el local y hace muchísimo calor», describe. Apunta que en estas ocasiones extraordinarias entre 300 y 400 camisas pueden llegar a reunirse en el local, por lo que intentan buscar un espacio abierto. 
Tras mantener conversaciones, la administración local les cedió el solar del antiguo Hostal del Sol. Éste se utilizaba como un párking de zona azul con disponibilidad para 21 vehículos. Se habilitó para dar respuesta a las críticas por la falta de aparcamiento de los residentes y los restauradores de la Part Alta. 
Espacio más que suficiente
Después de haber desempeñado durante más de cuatro años esta función, la concejal de Mobilitat, Begoña Floria, dijo que el hecho de que los coches cruzaran el arcén para acceder al solar, además de la mala visibilidad, no garantizaba la integridad de las personas. La edil socialista justificó que las plazas que se ofrecen en el Passeig de Sant Antoni «eran suficientes» para atender la demanda de aparcamiento de la zona. Por lo que decidió ceder un espacio por el que el Ayuntamiento había batallado duro.
El edificio del Hostal del Sol cerró sus puertas en 1976, pero los procesos para derribarlo se remontan a 1995, cuando el Plan General de Ordenación Urbana de Tarragona establecía que debía demolerse para construir una edificación que podía ser de una planta baja y dos pisos. Una constructora intentó levantar un bloque de pisos de lujo que el Ayuntamiento aprobó y finalmente fue el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) el que dictaminó una sentencia que prohibía cualquier tipo de construcción, ya que alteraba el entorno paisajístico de la muralla romana. 
Después de un largo proceso, en 2008 el Ayuntamiento compró el inmueble, por el que pagó 1,7 millones de euros y que empezó a derruirse el 13 de octubre de 2010. El alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, calificó de «día histórico», ya que «en muy poco tiempo mejorará todo este entorno de forma impresionante». 
El presidente de la Associació de Veïns de la Part Alta, Manel Rovira, mantiene que el espacio «debería arreglarse como  zona infantil, con bancos y, sobre todo, que cerrara por la noche».
El Hostal del Sol es ahora mismo un solar abandonado en el centro de la ciudad en el que tan solo reposa la furgoneta de los Xiquets de Tarragona, que son los titulares del espacio tras la cesión que les hizo el Ayuntamiento en noviembre de 2015. Se justificó afirmando que los de la calle Santa Anna necesitaban una plaza para ensayar al aire libre, pero, según reconoce la misma entidad, en estos más de quince meses no se ha levantado construcción alguna.

El presidente de los Xiquets, Xavi Sabat, explica que cuando se habló de la cesión «el Ayuntamiento nos dijo que sería una especie de plaza o de mirador de dominio público, con bancos, y la singularidad de que tendría un cartel que diría que los martes y los viernes estaba reservado para los Xiquets». Pero esta inversión no llegó nunca a buen puerto. La administración local no ha impulsado la zona verde que contempla el POUM en este espacio del Passeig de Sant Antoni, y la plaza se encuentra en el mismo estado en el que fue entregada en noviembre de 2015.

«Nos dijeron que no había dinero para impulsar el proyecto y que debía adecuarse con unas vallas y un punto de luz que teníamos que asumir nosotros», añade el presidente. La iluminación prácticamente es inexistente, por lo que sin una inversión los de la camisa rayada no pueden levantar construcción castellera alguna ya que los ensayos son por la noche.

Cuando se hizo la cesión del espacio no se habló de temporalidad ni se sabe si el Ayuntamiento va a tirar adelante el proyecto de la zona verde. Éste no ha respondido a la petición realizada por este medio de comunicación. Los Xiquets no tienen en su lista de prioridades la recuperación de este espacio. Sabat apunta que no llegaron ni a pedir un presupuesto para conocer el calado de la inversión, por lo que deberá ser quien le suceda en el cargo quien lo decida.

La colla considera que es un agravio que tengan que asumir esta inversión. Y en este sentido tienen en cuenta que previamente la administración local también cedió a la Jove de Tarragona un espacio exterior, junto a la vuelta del Trinquet Vell, para ensayar.

El presidente de los Xiquets afirma que fue su predecesor en el cargo quien solicitó al Ayuntamiento la disponibilidad de un espacio abierto. «Sobre todo pensando de cara a la preparación de Sant Magí y Santa Tecla, cuando somos mucha gente en el local y hace muchísimo calor», describe. Apunta que en estas ocasiones extraordinarias entre 300 y 400 camisas pueden llegar a reunirse en el local, por lo que intentan buscar un espacio abierto.

Tras mantener conversaciones, la administración local les cedió el solar del antiguo Hostal del Sol. Éste se utilizaba como un párking de zona azul con disponibilidad para 21 vehículos. Se habilitó para dar respuesta a las críticas por la falta de aparcamiento de los residentes y los restauradores de la Part Alta.

Espacio más que suficiente

Después de haber desempeñado durante más de cuatro años esta función, la concejal de Mobilitat, Begoña Floria, dijo que el hecho de que los coches cruzaran el arcén para acceder al solar, además de la mala visibilidad, no garantizaba la integridad de las personas. La edil socialista justificó que las plazas que se ofrecen en el Passeig de Sant Antoni «eran suficientes» para atender la demanda de aparcamiento de la zona. Por lo que decidió ceder un espacio por el que el Ayuntamiento había batallado duro.

El edificio del Hostal del Sol cerró sus puertas en 1976, pero los procesos para derribarlo se remontan a 1995, cuando el Plan General de Ordenación Urbana de Tarragona establecía que debía demolerse para construir una edificación que podía ser de una planta baja y dos pisos. Una constructora intentó levantar un bloque de pisos de lujo que el Ayuntamiento aprobó y finalmente fue el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) el que dictaminó una sentencia que prohibía cualquier tipo de construcción, ya que alteraba el entorno paisajístico de la muralla romana.

Después de un largo proceso, en 2008 el Ayuntamiento compró el inmueble, por el que pagó 1,7 millones de euros y que empezó a derruirse el 13 de octubre de 2010. El alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, calificó de «día histórico», ya que «en muy poco tiempo mejorará todo este entorno de forma impresionante».

El presidente de la Associació de Veïns de la Part Alta, Manel Rovira, mantiene que el espacio «debería arreglarse como zona infantil, con bancos y, sobre todo, que cerrara por la noche».

 

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