Huye de los Mossos y circula por encima de la acera en Tarragona

Varios peatones tuvieron que apartarse para no ser atropellados por el ciclomotor. También lo hizo a gran velocidad. Al final se arrepintió

21 mayo 2018 20:10 | Actualizado a 23 mayo 2018 17:54
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«Se me ha ido la olla, lo siento». Son las palabras pronunciadas por un joven de 22 años y vecino de Bellvei después de protagonizar una persecución con su ciclomotor. Condujo durante un buen tramo por encima de la acera, obligando a los peatones a apartarse, realizó adelantos a gran velocidad, tanto por la derecha como por la izquierda, hasta que finalmente paró y fue detenido por una patrulla de los Mossos d’Esquadra.

Los hechos ocurrieron sobre las tres de la tarde del pasado jueves en la avenida Països Catalans, en el barrio de Sant Pere i Sant Pau. Un testigo llamó a los Mossos porque había una pareja que estaba discutiendo. Una patrulla acudió al lugar, hallando al testigo. Éste señaló a un joven con casco, que se hallaba a unos 25 metros, como la persona que además había roto el cristal de un vehículo.

Uno de los mossos se acercó al joven. Cuando estaba a unos 15 metros de él, el sospechoso arrancó el ciclomotor Yamaha CS50. El agente le dijo que no marchase, pero el motorista lo hizo a gran velocidad y por encima de la acera, por lo que varios peatones tuvieron que apartarse para no ser atropellados.

El otro agente –que estaba aparcando el vehículo policial para no entorpecer el tráfico en la zona– inició una persecución con la sirena y las luces encendidas. Al llegar a la calle Marcel·lí Domingo, el ciclomotor subió a la acera y llegó a la calle Pi i Margall, conduciendo por la acera. Después de volver a la calzada, circuló a gran velocidad hacia la calle Joaquim Icart Leonila.

El vehículo de dos ruedas entró en la rotonda de los conejos, posteriormente a la de acceso a la A-7, pero continuó hacia Tarragona por la carretera N-240. Durante unos 50 metros, la patrulla se puso en paralelo al ciclomotor y el agente le dijo que parase. Finalmente lo hizo y se mostró arrepentido. Un agente se quedó en Sant Pere i Sant Pau con una joven, que estaba llorando y tenía marcas rojas en la cara. Dijo que había caído hacía unos días.

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