Icomar y La Floresta celebran sufin de fiestas

Se realizó una batucada, un concurso de pinchos y una paella, entre otros actos

08 julio 2019 08:00 | Actualizado a 08 julio 2019 08:41
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Eran las 11 de la mañana del domingo cuando las calles de Icomar empezaron a retumbar con la Despertada de Tambors. Aunque eran pocos los vecinos en pie, a medida que la música se fue moviendo por el barrio eran más los que se unían aunque fuera desde los balcones. Así empezaba el última día de las fiestas de Icomar.

Este sonoro inicio iba a cargo de la Gripa de Riu Clar, un grupo de pequeños percusionistas que, pese a su corta edad, movían las baquetas con experiencia. Esta banda está formada por chicos y chicas de entre 11 y 16 años que ensayaron toda una semana para llevar el ritmo de las fiestas de Icomar.

La Despertada de Tambors se alargó hasta el mediodía y dio paso a una de las actividades más esperadas para los pequeños y también para los mayores. Se colocaron unos hinchables acuáticos en el campo de fútbol de Icomar. Una manera muy divertida de refrescarse en un día que aunque no brillara mucho el sol, la calor sí estaba muy presente.

Como consecuencia del incendio en la empresa Miasa, en el polígono Entrevies de Tarragona, la noche del sábado acabó un poco más pronto y con ambiente de preocupación en el barrio. Sobre las dos de la madrugada, el presidente de la Asociación de vecinos de Icomar, Berna, llamó a la Guardia Urbana y decidió terminar la fiesta. «Me recomendaron que por precaución aconsejara a los vecinos volver a sus casas», comentaba Berna.

Las llamas del incendio también se pudieron ver con mucha claridad en el barrio de La Floresta, que igual que en Icomar, acortaron la última noche de las fiestas por seguridad. «Muchos vecinos se fueron al puente que comunica el barrio con Campo Claro para ver las llamas. La humareda que salía era muy grande. La gente se asustó mucho», explicaba Miguel Ángel, presidente de la Asociación de vecinos de La Floresta, quien también siguió las recomendaciones que la Guardia Urbana le indicó por seguridad.

Pinchos, vermut y paella

La Floresta también celebraba su último día de fiestas el domingo con una jornada llena de actividades y que empezaba a las 12 del mediodía con un improvisado concurso de pinchos donde los concursantes eran los vecinos y el jurado algunos afortunados ayudantes de la asociación de vecinos. El concurso contó con música, ya que un poco más tarde, empezó el vermut salsero a cargo de Salsixto y que sirvió como previa y para abrir boca de la paella popular de 45 kg de arroz para más de 400 personas. Cristina, una de las responsables de la empresa encargada de esta comida, lleva más de 10 años celebrando las fiestas de La Floresta como una vecina más del barrio. «Trabajamos por toda Catalunya y el trato que recibimos aquí es de los mejores, es un sentimiento de fraternidad único», comentaba Cristina.

Una sensación que también compartía Miguel Ángel, que como presidente de la asociación de vecinos, se sentía muy orgulloso de su barrio: «Es el sentimiento de pertenecer a una familia. Hay mucha gente que aunque se haya ido del barrio, para las fiestas siempre vuelve para colaborar». Una ayuda que también agradece Cristina, y es que aunque son tres personas las encargadas de hacer la paella, las manos se multiplican si se trata de aportar.

El fin de fiestas tanto de Icomar como de La Floresta acabó con una traca final y un brindis de los vecinos orgullosos de su barrio y con ganas de volver a celebrarlo.

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