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La Guàrdia Urbana de Tarragona incautó el pasado jueves, el primer día de la temporada de playas en la ciudad, diferentes productos a dos vendedores ambulantes –ambos senegaleses, uno vecino de Vila-seca de 23 años y otro con domicilio en Tarragona–, una circunstancia que en años anteriores se había dado en contadas ocasiones y siempre en playas alejadas del centro, principalmente La Móra y Tamarit, porque los vendedores tienen como vía de escape las playas de Altafulla.
Una de las intervenciones fue realizada a las doce del mediodía en la playa Cossis –en el Passeig Marítim Rafael de Casanovas–, donde se intervinieron 160 DVD, 150 CD y 46 gafas. Y minutos después de las siete de la tarde fue denunciado otro vendedor de pareos en la playa de la Arrabassada.
Por otra parte, los agentes pusieron cuatro denuncias en materia de tráfico: una en la Arrabassada, dos en Tamarit y una en Savinosa.
Otras denuncias impuestas fueron a una persona por lanzar restos de poda a un contenedor no estando autorizado. En Cala Jovera fue multada una persona por llevar perros en la arena. A las seis de la tarde se multó al dueño de una moto acuática por fondearla en la zona de bañistas en la playa de La Móra, un lugar no habilitado para ello.
Canoa encallada
Los agentes también intervinieron en la playa Tamarit porque una canoa –que carecía de matrícula, a pesar de ser obligatorio– se encontraba encallada en la arena.
Los guardias urbanos también estuvieron atentos a los saltos al agua que determinados usuarios hacían desde las rocas situadas en la zona de Cala Jovera, una actividad que podría estar incluso organizada.
