Indigestión en El Serrallo por el 'reality' de TV3

Los vecinos aseguran que los cuatro restaurantes participantes "no representan la esencia del barrio marinero"

10 mayo 2018 11:38 | Actualizado a 10 mayo 2018 16:32
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Una francesa, un italiano, un cambrilense y el ganador. Parece un chiste, pero no lo es. Es el equipo titular que ayer protagonizó Joc de Cartes, un concurso televisivo que busca los mejores restaurantes de Catalunya. Ayer fue el turno de El Serrallo y el ganador fue Òscar Garcia, propietario del Taller, un restaurante que llegó al barrio marinero hace poco más de un año y que fusiona la cocina japonesa con la peruana. Muy serrallenc todo.

Pero para el resto de concursantes –quienes votan el trabajo de los demás-, el Taller fue el mejor restaurante de los cuatro participantes. Para el programa de TV3, fue “el mejor restaurante de El Serrallo”, una afirmación que ha molestado a una parte de los vecinos. Esta mañana, el propietario, Òscar García, andaba un tanto agobiado. “Estamos un poco sobresaturados, todo el mundo quiere venir. Hoy hemos recibido muchas llamadas para reservas”, explicaba Òscar.

Virgínia Morcillo era otra de las participantes en el concurso. De origen francés, pero lleva muchos años dirigiendo restaurantes. Se presentó al reality con el restaurante Anap Bistro, que actualmente ya no existe. Ahora se llama Octopussy y concentra las miradas de turistas y vecinos. Y es que ha plantado en medio del paseo una estructura de cristal que salta a la vista. Virginia quedó última y protagonizó uno de los momentos más tensos del programa.

Todo empezó cuando, siguiendo con el funcionamiento del programa, el presentador reunió a los cuatro participantes en una mesa para descubrir las puntuaciones de cada uno. Òscar, el ganador, había condicionado sus votaciones al Anap Bistro, después de “haber oído hablar mal de Virgínia por el barrio”. Concretamente dijo que la francesa era “un poco conflictiva”. La suspendió.

Estas palabras hirieron a Virginia, que se quedó muy sorprendida y aseguró que "es muy duro oir esto". Òscar le pidió disculpas. Los otros participantes confirmaban que el menú que presentaba Anap Bistro no era el habitual. La prueba era que el camarero no se conocía ningún plato de los que servía.

Otro de los participantes en el reality era el Pòsit, capitaneado por Àngel Pérez y ubicado en el edificio donde antiguamente se encontraba el histórico restaurante La Puda. El Pòsit es una empresa familiar con una larga trayectoria a sus espaldas. Pero no en El Serrallo, sino en Cambrils. De hecho, el Pòsit abrió hace poco más de un año. El restaurante quedó en segunda posición. Los participantes puntuaron bien el espacio, pero valoraron que los primeros platos no tenían sabor. El programa premió al Pòsit por ser el restaurante más sostenible.

Por último, Nicola Antonetti y su mujer Núria abrieron las puertas de su restaurante, llamado Gli Angeli. O lo que es lo mismo Los Angelitos. Antonetti vino de la Toscana, y mezcla cocina marinera con toques italianos. Quedó en tercera posición y los participantes valoraron muy bien el trato recibido. La pasta y la pizza no faltaron en la mesa.

¿Y el romesco?

Los vecinos de El Serrallo no han perdido la ocasión para conversar sobre el programa y el ganador. Esta mañana, por los bares y terrazas del barrio marinero no se hablaba de nada más. La mayoría de ellos decían que Òscar era el justo ganador. De hecho, muchos vecinos reconocían haber reservado para este fin de semana.

También coincidían en que los cuatro restaurantes escogidos “no representaban la esencia de El Serrallo”. Maria, una vecina del barrio, aseguraba que “la mayoría de ellos no son de aquí y hace muy poco que han llegado”. Antonio estaba enfadado. “Hombre, no es normal que no hayan sacado alguno de los restaurantes más míticos, de los que hacen un buen romesco”, decía. Otros aseguraban que “este programa lo único que hace es enfrentar a restaurantes”.La verdad es que los vecinos no han digerido demasiado bien el concurso televisivo.

Según ha podido saber el Diari, la productora llamó a casi todos los restaurantes del barrio, pero solamente algunos confirmaron su participación al concurso enseguida. Otros, o no querían o no podían. Por último, es de justícia aplaudir a la productora, quien consiguió reunir a casi todas las entidades culturales –diables, castells, gegants y nanos-, para grabar la introducción del programa. 

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