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Un camión que transportaba muebles de cocina albergaba en su interior 1.800 kilos de hachís y 230 de marihuana. El conductor, un ciudadano portugués de unos 50 años, ingresó el lunes en la prisión de Mas d’Enric después de declarar ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Tarragona.
El vehículo pesado procedía de Andalucía y después hizo una parada en Elx. Sobre las nueve de la mañana del sábado fue interceptado por una patrulla policial en el kilómetro 1.158 de la A-7, en Tarragona. Los agentes registraron la carga y encontraron la droga, que fue trasladada a la comisaría de Campclar.
El hachís estaba en fardos –presumiblemente descargados en las costas andaluzas y con destino a algún país de Europa–, mientras que la marihuana estaba en bolsas al vacío. La sustancia estupefaciente ha sido valorada inicialmente en más de tres millones y medio de euros.
El conductor del camión, cuando fue interceptado, no supo dar unas explicaciones lógicas sobre cómo llegó la droga al camión.
Después de pasar dos noches en los calabozos policiales, el lunes por la mañana el conductor fue llevado al Juzgado de Guardia de Tarragona. El magistrado ordenó su ingreso en prisión.
Al parecer, la intervención policial fue fruto de un chivatazo ya que el camión fue parado por una patrulla de Trànsit junto con agentes de investigación procedentes de Barcelona.
Estos continuarán con el caso para tratar de localizar quienes están detrás de este envío porque tienen claro que el conductor era un simple peón de este grupo organizado especializado en el transporte por carretera de hachís y marihuana hacia países del centro de Europa.
No se descarta de que la banda o parte de ella esté asentada en la ciudad de Barcelona ya que la investigación la llevan agentes adscritos a la DIC de la Ciudad Condal.
