Jordi Fortuny: «El coronavirus ya nos ha costado más de 13 millones»

Entrevista al concejal de Serveis Centrals del Ayuntamiento de Tarragona

03 abril 2021 17:41 | Actualizado a 04 abril 2021 06:02
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¿Es bueno que una administración pública tenga 12 millones de superávit en el año de la peor pandemia sanitaria de las últimas décadas?

Lo que es bueno es que se gaste el dinero allá donde haga falta. En el último ejercicio nos gastamos ocho millones más que en 2019, siete de los cuales por la Covid.  

¿La pandemia le ha costado siete millones hasta el momento al Ayuntamiento?

Sí, han ido destinados a ayudas, al déficit de la EMT y de Espimsa por el coronavirus y EPI. Todo esto nos ha costado siete millones. Además, hemos tenido bajas por valor de seis millones en los ingresos por las Llars d’Infants, Patronat d’Esports, entradas de patrimonio, tasas de las terrazas, etc. En total, 13 millones.    

A mediados del verano pasado temían ingresar diez millones menos, pero al final han sido seis. ¿Por qué? 

Pusimos varios escenarios sobre la mesa. Además, en julio pasamos una circular para reducir un 15% el gasto no fundamental. Nos apretamos el cinturón.   

¿Sigue en vigor esta circular?

Ahora estamos en otro ejercicio, hay fuego nuevo. Pero lo que sí que está en vigor es la rigurosidad en el gasto. 

¿No había control hasta entonces?

(Se lo piensa durante 25 segundos). No le sabría decir. En definitiva, ahora sí que lo hay.   
Los bares, los restaurantes o los comercios ven ahora que, mientras que ellos está en ERTE, con menos actividad y/o con menos ingresos, al Ayuntamiento le sobra dinero. ¿Es una contradicción, no?

Esta pandemia es muy injusta, ha atacado especialmente a unos sectores de una forma directa. Ya ha visto que el PIB ha bajado un 12%, pero es cierto que hay a quien le ha bajado un 100% porque ha tenido cero ingresos.  

Ha sobrado dinero. ¿El Ayuntamiento podría haber ayudado más al tejido empresarial de la ciudad?

La realidad es que nuestra capacidad es solo para hacer paliativos, pero no para dar soluciones globales. Podemos ayudar en alguna tasa, algún precio público o alguna ayuda que compense algunos gastos básicos, pero poca cosa más. Acabamos de saber que la Generalitat de Catalunya ha acabado con un déficit del 0,4% y que ha habido superávit en muchas comunidades autónomas. Tanto la Generalitat como los ayuntamientos hemos contenido el gasto sin dejar de atender las necesidades básicas de los ciudadanos, como demuestra el trabajo en Serveis Socials.  

Sí, pero el IMSS ha tenido un superávit de 1,4 millones de euros.

Sí, porque tenemos contratos que deben presupuestarse y que al final no se han ejecutado. Pero mire, aquí se habla del presupuesto de 2020, que se hizo en condiciones normales. Y resulta que su ejecución no lo fue, por lo que es normal que no se ajuste. No hicimos ni un Sant Magí ni una Santa Tecla como era habitual, por ejemplo. Ni Castells, ni Tarraco Viva... En lo que debemos fijarnos es en el gasto global que hubo de más: 8 millones de euros.  

Y pese a ello han sobrado 12 millones. 

Es por las reglas fiscales que nos dieron y que no supimos que podríamos aplicarlas hasta octubre. Hemos tenido este remanente porque no hicimos amortizaciones bancarias con el superávit de 6,6 millones 2019. 

Hay una moción aprobada por el pleno municipal para bajar el 50% la basura y la tasa de las terrazas a los hosteleros durante 2021, pero la incumplen. 

Les estamos dando ayudas. Le recuerdo que en 2020 hemos gastado ocho millones más que en 2019.  

¿El presupuesto de 2021 aprobado con Junts y CUP ya está adaptado a la Covid? 

Lo hemos ajustado lo máximo posible.  

Los epidemiólogos y las previsiones indican que las restricciones por la pandemia se alargarán aún durante varios meses más. Sin embargo, la bonificación de las terrazas es solo hasta el 30 de junio. Los restauradores la piden hasta el 31 de diciembre.  

Lo veo posible, sí. Pero casi que nos resistimos a pensar a más allá de un horizonte temporal de tres meses.   

Reus y Barcelona, por ejemplo, bonifican la tasa todo el año. 

Es que si pensara en esto no habría presupuestado ni Sant Magí ni Santa Tecla. La esperanza, las ganas y las idea es que esto no se alargue todo el año. Además, pregunte a los marchantes que van de ciudad en ciudad dónde se les ha tratado mejor...  

Les costó un millón de euros la gratuidad de sus tasas. 

1,4 del remanente de 2019, sí. Es lógico que todo el mundo se queje cuando el PIB ha bajado un 100%. Es un drama.  

¿A finales de junio, pues, podrían prorrogar la bonificación de la tasa de las terrazas hasta el 30 de septiembre?

No tendremos problema para ello si es necesario. 

Los empresarios de la ciudad se quejan de que, pese al confinamiento que hubo y a las medidas de restricción, se les ha pasado el 100% del recibo de la basura.  

La tasa va por metros cuadrados de local. Tenemos una tasa que debemos cambiar, ya que no tiene sentido. Ahora está ligada al equilibrio del contrato de la basura, que expira en abril de 2023.  

Quedan dos años. 

El cambio irá ligado al control de la generación y a pagar según la producción. Lo estamos mirando a nivel tecnológico.  

¿Licitarán de nuevo de forma conjunta en un mismo contrato la limpieza viaria y la recogida? ¿O lo separarán?

Se separará entre diversos lotes y, además, habrá internalizaciones. Estamos estudiando cómo. Dividiremos el contrato, en gran parte porque las orientaciones de la Unión Europea ya no permiten estos contratos.      

¿Qué internalizarán?

Seguro que los temas de la Deixalleria, voluminosos y educadores ambientales.   

¿Qué le parece que el contrato de la basura no se saque a concurso desde 2003?  Tarragona habrá estado 20 años sin licitar  su mayor contrato, de más de 20 millones anuales. 

Me quedo preocupado. Un contrato que hace 20 años que no se actualiza quiere decir que se ha tenido que actualizar por la realidad de la ciudad o por el cambio de residuos, los soterrados, nueva maquinaria... Lo que pasa es que las modificaciones no se han hecho sobre fuego nuevo. 

¿El objetivo es que el tarraconense pague por lo que genere y recicle?

Exactamente. En breve iniciamos el plan piloto para cerrar los contenedores de orgánica y rechazo en El Serrallo y Bonavista. También lo haremos en Llevant, con diferentes tecnologías. El gran caballo de batalla, sin embargo, no es la recogida doméstica, sino la comercial. Es un residuo que no se trata bien en el contrato. Recicla mucho mejor el ciudadano que el comerciante.    

¿Cuánto pretende ahorrar con una mejor gestión del reciclaje?

En 2020 llegamos a los 250.000 euros. Este año me gustaría llegar a un mejor resultado. El ejemplo paradigmático es el Mercat de Bonavista, donde estamos enviado 7-8 toneladas menos a incinerar.

¿Las internalizaciones de servicios serán una línea a seguir en los próximos años?

Depende del tipo de servicio, pero empezaremos por lo que sea más fácil. Sin pausa. 

¿Las ordenanzas deben ser más progresivas según la renta, por ejemplo?

La reordenación de las ordenanzas está sobre la mesa, pero como otras cosas. Ya estoy pensando en el presupuesto de 2022, como las exenciones del IBI para las placas solares, el Pla d’Inspecció Fiscal. 

¿El aumento de las inspecciones se notará ya este año?

De hecho, ya se empieza a notar. Es un reto para antes de verano, como empezar a preparar el presupuesto del próximo año. Vamos bien. 

Dice que van bien, pero cada lunes tiene protestas de los trabajadores municipales.

Es un colectivo escarmentado, que ya no se cree nada. Las protestas son un grito de esperanza porque saben que se lo arreglaremos. Antes ya ni protestaban. 

¿Cómo valoraría el trabajo del PSC con los empleados públicos? 

Durante muchos años, el PSC se lució en recursos humanos por su  inutilidad. Su gestión en este aspecto fue un despropósito. Hay gente que hace un trabajo que no le corresponde sin valorizarlo... Este martes, 200 trabajadores de la casa han visto regularizada su antigüedad. 

El nuevo director de Recursos Humans tendrá trabajo... 

Mucho, y cada día le veo el pelo más blanco. Nos ha costado mucho tiempo encontrar a la persona adecuada, ha sido dramático. 

¿Cómo definiría la actual situación económica del Ayuntamiento?

Podría ser mucho mejor. Si el Estado nos libera como este año de las reglas fiscales y podemos contar con el superávit nos dará más posibilidades de juego.   

En principio, el próximo año el superávit deberá volverse a destinar íntegramente al pago de la deuda.  

Según dicen, el año que viene también. Si esto es así, nos da margen para usarlo donde sea más necesario. Estaríamos mejor si no tuviéramos una serie de créditos y avales que se hicieron para invertir hace años y que ahora son una mochila para el Ayuntamiento.   

¿Por ejemplo?

Estamos avalando y pagando el  parking Jaume I, hacemos frente a préstamos como el del Mercat Central...  

¿Hubo demasiada manga ancha en el pasado?

No quiero juzgar lo que se hizo en el pasado, pero está claro que lo del parking Jaume I no tiene nombre. Nos cuesta un millón de euros al año. 

El crédito del Mercat Central, de 18 millones de euros, lo impulsó hace una década Sergi de los Rios (ERC) cuando era presidente de Espimsa. 

Sí, pero posteriormente hubo sobrecostes y desviaciones en las inversiones. Esto provoca un sobreendeudamiento, pero otra cosa es la superdesviación multiplicando el coste hasta por diez del Jaume I. Sin esto, ahora tendríamos del orden de 25 millones de euros más para poder invertir.  

¿El crédito del Jaume I no se puede amortizar como harán con el del ICO del pago de proveedores de 2012?

Todo se puede hacer, pero amortizamos lo más urgente, lo que duele más a corto plazo.   

Este año destinan más de la mitad del superávit de 2020 a «pagar la deuda de la crisis del 2008».

Sí, 7,2 millones. Lo que haremos será amortizar para pedir nuevo préstamo por la misma cantidad pero con mejores condiciones. En 2022 ya debíamos pagar 2,8 millones. Ahora será mucho menos. 

PP y Sonia Orts dicen que hace de trilero. 

Yo muestro la bolita y digo en cada momento dónde está. Y está donde debe estar. 

¿Y dónde estará?

En una inversión de 25 ó 30 pisos para Serveis Socials, por ejemplo. Lo que hacemos es usar la inteligencia. Esta operación se me ocurrió un día a las cuatro de la madrugada. 

¿Todo esto servirá para reactivar la economía de la ciudad? 

Pedimos un crédito de once millones, la venta de patrimonio está a punto de caramelo y tenemos otros siete millones más en inversiones, por lo que superamos ya los más de veinte. También tenemos 1,1 para rehabilitación de viviendas, compramos pisos que se deberán arreglar...

¿Quieren volver a la burbuja inmobiliaria de 2008?

¡No! Le diré una cosa. No pusimos más dinero para comprar pisos, precisamente, para no crear inflación. 

¿Tienen detectados 400 pisos vacíos. Los que comprarán saldrán de estos?

Lo gestiona Smhausa. Tenemos claro que no compraremos los pisos de un bloque, sino que estarán repartidos por la ciudad. No haremos guetos ni provocar que los usuarios de emergencia se desubiquen de sus barrios. 

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