José Guirao: 'El Gobierno español puede acudir al rescate del Amfiteatre'

El ministro de Cultura y Deporte en funciones, José Guirao, abre la puerta a rescatar el anfiteatro romano de Tarragona, cerrado por riesgo de desprendimiento, «si el Ayuntamiento nos pide colaboración»

07 octubre 2019 08:25 | Actualizado a 08 octubre 2019 12:21
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El ministro de Cultura y Deporte en funciones, José Guirao, (Pulpí, Almería, 1959) estuvo ayer de visita en Tarragona y Reus, donde acudió a un encuentro con los responsables del Centre de Lectura. Antes pasó por la sede del ‘Diari’ para realizar esta entrevista. Gestor cultural y experto en arte, en su trayectoria destacan responsabilidades como la de haber sido director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, director de La Casa Encendida de Madrid, director de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura y director general de Bienes Culturales en la Junta de Andalucía. 

El Ayuntamiento de Tarragona decidió el pasado 27 de septiembre cerrar «de urgencia» el Amfiteatre por su mal estado. ¿Por qué cree que se ha llegado a esta situación?
El cierre es por motivos de seguridad, por motivos estructurales. Esos motivos siempre son serios para tomar este tipo de determinaciones, por la integridad del monumento y por la seguridad de las personas. Entiendo que, si lo han hecho, tenían un motivo fundado y que no habrá sido por capricho.

A nivel estatal, ¿hay algún tipo de plan de mejora de espacios históricos, para evitar este tipo de situaciones?
Ahora mismo no hay ningún proyecto. El Amfiteatre es propiedad municipal y corresponde al Ayuntamiento su mantenimiento, y tampoco, que yo sepa, se ha solicitado ayuda, asesoramiento o colaboración al Ministerio para abordar este problema. No sé si ahora, a partir del cierre, lo harán. Y si lo hacen, claro que sí que colaboraremos. De acuerdo con la legislación, el primer responsable es el propietario y en segundo lugar, por temas de Patrimonio estaría la Generalitat. El Ministerio, en cualquier caso, también está a disposición, y más tratándose de una ciudad Patrimonio Mundial. En este sentido, si por parte del Ayuntamiento o la Generalitat se nos pide colaboración técnica, económica o de proyecto, estaríamos encantados de colaborar.

¿El Ministerio puede acudir al rescate del patrimonio de Tarraco?
Sí, claro que sí, siempre que se le pida colaboración, sobre todo cuando estamos ante cuestiones un poco de emergencia. Lo mejor en los temas de patrimonio es planificar con mucho tiempo porque son temas lentos y hay que hacerlos con microcirugía. Y es mejor intentar evitar llegar a la situación de cerrar un espacio o una zona de un espacio. Dicho eso, las cosas pasan cuando pasan. 

Desde su punto de vista y como experto en conservación del patrimonio, ¿cree que ha habido una mala gestión de la restauración del Amfiteatre?
No tengo datos para responder porque no conozco los proyectos que ha habido y cómo se ha tratado a lo largo del tiempo. Para opinar en términos tan tajantes hay que tener esa información. Quiero presuponer que se habrán hecho las cosas lo mejor que se haya podido. 

¿A través de la Ley de Mecenazgo se podría contribuir a este rescate?
La Ley de Mecenazgo es para incentivar la participación privada en la vida cultural a todos los niveles, desde el patrimonio hasta la cultura viva, la música, el teatro, el cine, la danza… Tenemos una Ley de Mecenazgo pero hay que mejorarla, aunque con la que ya existe se puede invertir. De hecho, hay gente que lo hace y lo que se demanda son mayores incentivos fiscales. Estamos trabajando en eso, es una de las cosas que se ha quedado en el tintero por la convocatoria de elecciones. Dicho eso, entiendo que en las cuestiones esenciales, como en este caso que es un espacio y una ciudad declarada Patrimonio Mundial, la base debe ser pública, sobre proyectos y programas públicos. A partir de aquí, se puede buscar mecenazgo. Yo no dejaría solo a la iniciativa privada una cosa básica y central como el Patrimonio Mundial. 

¿Qué se debería hacer?
Lo que hay que tener son planes de salvaguarda y conservación, que se puedan desarrollar sin prisas a lo largo del tiempo. Insisto en que el patrimonio es microcirugía, no son intervenciones drásticas, salvo fuerza mayor. En ese sentido, es más fácil incorporar gente, porque conseguir mecenazgo es una tarea lenta. Además, para contar con la complicidad de los particulares debes contarles muy bien el proyecto, tienes que involucrarles y que lo hagan suyo. En temas como el Patrimonio Mundial, la base siempre tiene que ser pública. Aquí estamos tres administraciones, pero podría haber cuatro, con la Diputació de Tarragona. Al ser de propiedad municipal el Amfiteatre, la base es municipal, luego está la Generalitat y luego está el Ministerio, que si se le requiere acudirá, como hemos hecho con el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona.

¿Habría que considerar la conservación del patrimonio como una inversión y no como un gasto?
El patrimonio siempre es inversión. Primero, lo es en conocimiento porque es lo que el tiempo nos ha dejado para conocer nuestra historia. Es inversión en conservación, hay que conservarlo; también en investigación de carácter histórico y en las técnicas de conservación, que a lo largo del tiempo han mejorado y son menos agresivas; y luego es una inversión para rentabilizarlo de cara al turismo y la economía. Quien plantee que el patrimonio es un gasto, no ha entendido nada de la naturaleza del patrimonio en la sociedad contemporánea. 

Si lo ha visitado ¿le parece que el patrimonio de Tarragona está bien conservado?
Hace unos veinte años que no vengo, pero lo recuerdo bien. Tengo una visita pendiente para más adelante.

Tenemos la Necrópolis y el Amfiteatre cerrados, el edificio central de Museu Nacional Arqueòlogic en obras por problemas de climatización y la muralla con graves problemas estructurales. Y estamos hablando de Patrimonio Mundial.
Lo normal sería, y la Unesco así lo pide, que hubiera un órgano de gestión del Patrimonio Mundial. Cuando hablamos del Patrimonio Mundial, en el caso de las ciudades, no interviene una administración, sino diferentes administraciones, cada una en su medida. Es imprescindible tener un órgano de gestión donde estén todas las administraciones, y que también se puedan integrar entidades sin ánimo de lucro de carácter privado. 

¿De qué manera?
Se ha hablado de la figura del consorcio, pero puede ser una fundación del sector público o, si no hay posibilidad de hacer algo formalmente, siempre se pueden firmar convenios de colaboración donde, con unos objetivos comunes, cada cual se marca una tarea concreta. Siempre se pueden sentar tres o cuatro en una mesa y ponerse de acuerdo.

Siempre y cuando no haya elecciones de por medio. 
Entiendo el debate y los posicionamientos políticos, pero los temas de patrimonio no deberían estar en la melé política, salvo para trabajar juntos. Hay otros temas en los que podemos tener visiones distintas, pero qué planteamiento distinto hay entre los partidos que están en las instituciones sobre la conservación de un Anfiteatro romano, puede haber diferencias técnicas de los restauradores. Meter el patrimonio en la discrepancia política no me parece lo mejor para el patrimonio. Desde el Ministerio cooperamos con todas las instituciones, sean del signo que sean. 

En Tarragona salen restos romanos cada vez que se excava para construir. ¿Eso limita la evolución de la ciudad?
La primera cosa que hay que hacer es investigar, por lo que excavar es imprescindible. Luego se valora qué interés tiene lo que ha surgido, y en función de ello se plantea si no se puede construir, si hay que conservar los restos en un sótano, o si se puede construir. Le pasa a muchas ciudades como Córdoba, Granada o Toledo. Lo que no se puede hacer es obviar el problema. 

La Unesco desestimó en verano la candidatura a Patrimonio Mundial del Priorat-Montsant-Siurana.
Hubo un informe negativo y hay que retomarlo para ver los aspectos que se señalaban y mejorarlos. Antiguamente, cada país podía presentar las candidaturas que quisiera cada año, pero ahora solo se puede presentar una candidatura por país al año. Entonces, la manera de seleccionarla es en el seno del Consejo de Patrimonio Histórico, donde está representado el Ministerio y todas las comunidades autónomas que, de acuerdo con los informes técnicos, deciden la candidatura. Hay consenso total siempre. Lo que no quiere nadie es llevar una candidatura y que no salga adelante. En este sentido, la colaboración siempre se da, entre quien promueve la candidatura y el Ministerio, y en el mismo seno del Consejo de Patrimonio Histórico.

¿Esta candidatura podría volver a presentarse?
Se puede retomar una candidatura siempre que quiera el país y que estén de acuerdo las comunidades autónomas, y en este caso ya han estado de acuerdo una vez. Muchas veces, por falta de desarrollo de información en el expediente u otros temas que van en contra de la candidatura, se deben poner las medidas correctoras y el compromiso para llevarlas a cabo. 
 

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