Josep Lluís Aymat: «El tranvía es un espejismo»

Entrevista al director general de la Federació Empresarial d’AutoTransports de la Província de Tarragona (FEAT). La patronal del transporte defiende que debe potenciarse el servicio de autobús, para crear una masa crítica de viajeros que justifiquen la inversión que quiere hacerse con el TramCam

17 enero 2020 19:30 | Actualizado a 17 enero 2020 19:43
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La patronal del transporte se opone al proyecto del tranvía entre Cambrils y Tarragona y defiende que la apuesta debería ser el autobús.

¿La nueva configuración ferroviaria favorece el transporte por carretera?

Es que no hay más remedio que incrementar el transporte por carretera, teniendo en cuenta el despropósito que se ha hecho. Aquí parece como si el tren transportara el grueso de pasajeros y de las mercancías y que la carretera es una cosa que molesta y emite humos.

¿Siente que se les está señalando?

Parece que haya viajeros de primera y de segunda. Cuando se habla de transporte público estamos hablando también de los autobuses. Este año está previsto que la ATM del Camp de Tarragona transporte 21,6 millones de personas de las que nadie se preocupa. Nos llenamos la boca de que Salou se queda sin una estación que utilizan 600.000 personas, pero es que tan solo Plana mueve allí cuatro millones de viajeros. También es transporte público.

A estos cuatro millones no se les han recortado los servicios.

Claro, porque la empresa tiene unas obligaciones concesionadas desde la Generalitat. En comparación con los usuarios ferroviarios, el autobús tiene un peso muy superior. Y aquí nadie los defiende.

¿Cree que nadie defiende el autobús, cuando ha desaparecido una línea de tren y se ha reforzado el transporte por carretera?

Hay unas plataformas que tan solo defienden el transporte público cuando es ferroviario. Nadie se ha preocupado de que los viajeros del Camp de Tarragona tengan la tarjeta 10/120 o si pueden incrementarse las frecuencias de bus exprés.

Los autobuses que enlazan la estación de Salou con PortAventura llevan una media de ocho a diez pasajeros en la primera semana. No se cubren los gastos.

La lanzadera costará un millón de euros, pero es que las Cercanías de Tarragona mueven 250.000 personas cuando nos cuestan tres millones. Son doce euros por persona que se gastan desde las arcas públicas. Cualquier solución en autobús, lo máximo que te supone son 2,5 ó 3 euros.

El transporte público siempre es deficitario. No puede eliminarse.

Está claro que sí, pero es que la cantidad de recursos que están dispuestos a justificar cuando el usuario coge el tren o el autobús no tiene nada que ver.

¿No sería más favorable plantear que el transporte público se retroalimente, en lugar de que esté compitiendo?

Es que no estamos en esta tesitura. El problema que tenemos es que la carretera se ha demonizado. Los autobuses de última generación permiten una eficiencia brutal y, con una mínima parte de los recursos que se destinan al ferrocarril, todos los vehículos podrían ser de última generación.

Es una inversión que deben hacer la empresas, ¿no?

Sí, pero es que a fin de cuentas la titular del servicio es la administración, que es la que marca las frecuencias o la calidad del servicio.

¿La culpa es de la administración?

No está dispuesta a dar el mismo volumen de recursos a la carretera cuando lo único que pedimos es igualdad de trato.

¿El problema es que se plantee el tranvía como solución?

A lo mejor, dentro de quince años si se hacen las cosas bien tiene un sentido. Ahora no.

¿Qué quiere decir con hacer las cosas bien?

Crear masa crítica. La ATM prevé transportar este año 21,6 millones de viajeros. Podría ser muy superior si se pusieran los recursos necesarios. Después es cuando tienes que cambiar el chip y apostar por soluciones más potentes.

El volumen no es importante si el servicio no se ajusta.

El servicio depende exclusivamente de los recursos que aboque la administración y de que el servicio sea atractivo.

¿El tranvía de Cambrils a Tarragona no cree que mejorará las comunicaciones?

¿Alguien sabe lo que nos costará? La infraestructura no puede aprovecharse y el trazado tampoco es el más idóneo. Las declaraciones de impacto ambiental están por cumplirse.

El desmantelamiento es una realidad, cuando está a punto de retirarse la catenaria. ¿Si no se pone un tranvía qué se hace?

Los ayuntamientos de la costa apostaron en su día por eliminar la vía. ¿De verdad que después van a hacer una nueva estructura que divida el pueblo? Los alcaldes no quieren la prolongación del TramBaix, a pesar de que allí sí que hay una demanda. Han pedido que se haga el servicio en autocar, porque no quieren que se dividan los municipios por la mitad.

¿Y las carreteras no dividen?

No, porque son permeables.

¿Cómo se soluciona el problema de la movilidad?

Hacen falta inversiones potentes en las zonas densamente pobladas con el metro y en áreas muy extensas, como aquí, con el autobús. Dentro de cuatro días el autocar será eléctrico y la demonización intrínseca a las motorizaciones fósiles deberá desaparecer. Los que dicen que el tren es muy limpio no hablan de que el mixto de generación eléctrico, que permite dar tensión a la catenaria, se hace en las nucleares o en las térmicas. Se está haciendo la casa por el tejado.

Los tiempos de viaje del autobús no son tan competitivos.

Cuando una vía no está invadida por los vehículos particulares, te permite un tiempo y unas frecuencias competitivas en trayectos como Tarragona y Reus, que podría hacerse en diez minutos.

El tranvía es ‘fer volar coloms’?

En estos momentos sí. Es un espejismo que nos impide abordar cuestiones que realmente sí que podrían hacerse. Sin una masa crítica la administración no va a gastarse lo que valdrá la línea de Cambrils a Tarragona. Sin olvidar que es un sistema rígido, que no tiene la flexibilidad de adaptarse a sus usuarios.

El transporte público no es una alternativa para llegar a la estación del AVE.

Cuando la gente para a mirarse el volumen y la frecuencia se sorprende.

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