Jóvenes tarraconenses con su primera experiencia en reparación

Personas que estaban fuera del sistema educativo aprenden haciendo reparaciones 
 

26 agosto 2018 17:55 | Actualizado a 26 agosto 2018 17:58
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«Estaba sin estudiar ni nada y el único trabajo que había hecho eran cosas sueltas». El que habla es Bouziyan Errachidi (22 años). Es uno de los jóvenes que participa en el módulo de reparación y mantenimiento de viviendas de la Casa d’Oficis de Campclar. La historia de Errachidi es similar a la de los otros siete jóvenes que han trabajado este verano adecentando los dos locales de la Associació de Veïns de la Granja.

Han hecho el baño nuevo, trabajos de pintura y la sustitución del alumbrado, bajo la atenta mirada de Agustí, que en cada momento les ha ido formando según las dudas que iban surgiendo.

Son seis meses de teórica y otros seis de práctica. Para Abdelmajid Benazza lo más importante es que «nos da una experiencia para trabajar más adelante». Errachidi incluso se plantea que a partir de ahí podría hacer un curso de soldadura para especializarse.

Además del curso de reparación y mantenimiento, la Casa d’Oficis forma a monitores de ocio y a personas especializadas en atención sociosanitaria de personas dependientes a domicilio. «Son grupos reducidos en los que se prioriza la atención directa ya que estamos hablando de jóvenes que estaban fuera del sistema de formación y a los que estás dando unas herramientas para inserirse laboralmente o que se reincorporen al sistema educativo», describe la directora de este centro, Alba Navarro.

Estos programas están vinculados también a las necesidades de los diferentes departamentos del Ayuntamiento, como es el caso de los Serveis Socials o el Institut Municipal d’Educació, para que, con su estancia de prácticas, estos jóvenes puedan ayudar a gente mayor que necesita cambiar una bañera por un plato de ducha o contribuir en adecentar las escuelas de cara al inicio de curso.

En este caso en concreto han trabajado en las instalaciones de una asociación de vecinos que ocupa dos locales municipales y que hacía tiempo que necesitaba una intervención. Ya les espera la Associació de Veïns del Pilar, esto siempre y cuando alguno de los chicos no tenga que abandonar el programa porque ha encontrado un trabajo.

«Muchos no acaban porque les sale un empleo», dice Navarro. El nivel de inserción laboral del programa es de un 70%. Éste está cofinanciado entre el Ayuntamiento, el Servei d’Ocupació de Catalunya y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social que en conjunto aportan 395.000 euros.

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