Juzgado en Tarragona por hacer beber a su expareja un líquido irritante

Supuestamente nunca había superado la separación después de 16 años de relación sentimental, según el Ministerio Público

19 mayo 2017 16:40 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:40
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La Fiscalía de Tarragona pide siete años de prisión para un hombre acusado de hacer beber a su expareja un líquido irritante no apto para el consumo humano. Así se recoge en el escrito de acusación del Ministerio Público sobre un caso que llegará a juicio el próximo mes en la Audiencia Provincial de Tarragona.

El acusado, Juan Bautista P.P., de 65 años, mantuvo una relación sentimental análoga a la de cónyuge durante unos 16 años. La misma finalizó en julio de 2014.

El acusado, según el fiscal, nunca asumió la ruptura de la relación. Desde que se produjo, vigilaba a la mujer y la perseguía, insistiéndole en que volvieran a retomar la relación. Se mostraba totalmente obsesionado con ella. Finalmente, el 12 de septiembre, sobre las siete de la mañana, se aproximó al domicilio de la mujer, en el centro de la ciudad. La esperó escondido en el portal, a sabiendas de que ella a esa hora se dirigía a su trabajo. La agarró de los brazos y la inmovilizó mientras la obligaba a subir al ascensor hasta la vivienda. Una vez allí la cogió del cuello, le puso un cuchillo a la altura del cuello y la amenazó con matarla si gritaba.

El acusado recorrió el domicilio pensando que había otro hombre. Mientras, sujetaba a la mujer, la golpeaba en la cara y la intimidaba con el cuchillo. Finalmente entró en una de las habitación y arrojó a la víctima al suelo. El acusado se situó encima para inmovilizarla, momento en el que sacó una botella de plástico con un líquido de color amarillo –cuyo contenido no se ha podido determinar pero en todo caso irritante y no apto para el consumo humano– «y con ánimo de acabar con la vida» de la mujer intentó hacérselo ingerir sin llegar a conseguir su propósito porque hubo un forcejeo y la mujer pudo zafarse del acusado, momento en que el líquido se derramó y parte del mismo cayó en el ojo de ella, aunque pudo arrojar la botella por la ventana de la habitación.

El acusado dijo a la mujer que la mataría y después él se suicidaría. Pero atendió una llamada telefónica y acto seguido acudieron los Mossos d’Esquadra alertados porque el hijo avisó de que su padre podía cometer alguna locura.

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