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Tras cien días como alcalde, Pau Ricomà (ERC) no tiene aún asegurada la mayoría necesaria para poder aprobar sus primeros presupuestos como máximo representante de la Plaça de la Font. Las dos formaciones que –junto a En Comú Podem– avalaron el pasado 15 de junio el histórico cambio en la dirección municipal para dejar a Josep Fèlix Ballesteros (PSC) en la oposición, enfrían ahora su posible apoyo a las cuentas y se muestran críticas en su valoración de los tres primeros meses de alcaldía republicana en la ciudad. De hecho, los siete ediles de ERC y los dos de los Comuns necesitan el «sí» a las cuentas de los tres representantes de Junts per Catalunya, así como de las dos de la CUP para poder tirar las cuentas hacia adelante.
«Han sido cien días de reorganización de la estructura municipal. Esperamos que, a partir de ahora, se concreten y se pongan en marcha las actuaciones para afrontar los grandes retos que necesita Tarragona», indica el portavoz de Junts per Tarragona, Dídac Nadal, quien añade: «Debe irse más allá de la política de gestos que hemos visto hasta ahora y pasar a los hechos».
Dídac Nadal: «Han sido cien días de reorganización. Hace falta un gobierno que trabaje y decida»En concreto, el líder de la lista neoconvergente pide acciones en materias como «los procesos de participación ciudadana; incrementar la limpieza y la seguridad; fomentar el comercio de proximidad; impulsar la cultura; cohesionar la ciudad; y apoyar a las entidades». Por todo ello, Nadal exige «un gobierno municipal que trabaje y que decida».
Laia Estrada (CUP): «Lamentamos no haber constatado cambios sustanciales en cien días»«Ninguna acción»
También coge distancia con el ejecutivo de Esquerra y Comuns la CUP, que lamenta que «pese a haber cambiado la letra, la melodía del nuevo gobierno es la misma» que con Ballesteros. «Lamentamos no haber podido constatar cambios sustanciales en cien días de mandato», lamenta la portavoz Laia Estrada, quien detalla que el equipo encabezado por Pau Ricomà «no ha iniciado ninguna acción» sobre los cinco puntos que las cupaires pusieron sobre la mesa para avalar la investidura de Ricomà, que fueron: frenar la Budellera; hacer el estudio sobre la calidad del aire; analizar la internalización del servicio de la basura; realizar un censo sobre los pisos vacíos; y potenciar la participación ciudadana».
Sandra Ramos (PSC): «El gobierno es muy inestable. Han iniciado el mandato con sectarismo»De hecho, la CUP –que ha negociado durante semanas su posible incorporación al gabinete municipal– ya votó hace dos semanas en contra de los presupuestos de Tarragona Ràdio y, el 30 de agosto, vetó que se debatiera en el pleno municipal la creación de una nueva plaza de alto cargo del departamento de Cultura «hecha a medida», según las cupaires. En el próximo pleno, además, exigirán «explicaciones» sobre «las irregularidades en las contrataciones del personal» de las guarderías.
«No hay liderazgo»
Especialmente crítica con el ejecutivo se muestra la portavoz del PSC, Sandra Ramos. «Tarragona es hoy una ciudad más dividida, sin liderazgo y con un grave retroceso en temas de sostenibilidad», lamenta la edil socialista, quien considera que el gobierno de ERC y Comuns es «débil e inestable», por los cuatro cambios de cartapacio que ya ha habido». Ramos también denuncia la «pérdida de capitalidad y liderazgo que ha sufrido Tarragona» durante estos cien primeros días del acuerdo entre ERC y Comuns.
Rubén Viñuales (Cs): «Es difícil hacerlo peor. Han querido enchufar y han mentido, como con Ten Brinke»Por su parte, Rubén Viñuales (Ciutadans) cree que «es difícil hacerlo peor». «Han tocado todos los temas: actos dignos de los más viles enchufismos como el Coordinador de Cultura; mentiras en su programa como parar Ten Brinke y después decir lo contrario; hablar de mà estesa y plantarnos con su voto de calidad la pancarta de la vergüenza en el Ayuntamiento; perder oportunidades como el 3x3 solo por venir del anterior gobierno...».
José Luis Martín (PP): «Aún no conocemos el proyecto de ciudad de Ricomà, si es que lo tiene»Finalmente, José Luis Martín (PP) denuncia que, desde el 15 de junio, el nuevo gobierno «ha conseguido ser el más sectario, y únicamente se ha preocupado de hacer una política de símbolos y de intentar colocar a sus amigos, como nos demostraron con el Coordinador de Cultura y nos seguirán demostrando en los próximos días con su política de personal». El portavoz de la formación conservadora añade que, tres meses después de tomar posesión, «todavía no conocemos su proyecto de ciudad, si es que lo tienen».
