La CUP tensa la cuerda y exige ahora cerrar el pacto en 20 días

Las cupaires critican que ERC y Comuns les dan largas para iniciar las negociaciones y lanzan un ultimátum: que haya una reunión a tres antes del viernes para entrar en el gobierno el día 15

21 junio 2019 18:01 | Actualizado a 30 junio 2019 18:43
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La CUP cambia de marcha. Después de tres semanas de baja intensidad, la formación anticapitalista pisa el acelerador y denuncia que Esquerra y En Comú Podem les dan largas para negociar un posible acuerdo de gobierno. Por ello, las ediles cupaires instan a las formaciones del ejecutivo municipal a «mover ficha» y les lanzan un ultimátum: o se inician conversaciones formales a tres bandas antes del próximo viernes o advierten de que «no será posible» llegar a un acuerdo programático para aumentar el equipo liderado por Pau Ricomà con las ediles Laia Estrada y Eva Miguel. 

Así lo aprobó este jueves la asamblea abierta de los cupaires, en una reunión en la que se decidió que, en caso de incorporarse al ejecutivo entre ERC y Comuns, esto debería producirse antes del 15 de julio o, lo que es lo mismo, en escasamente veinte días. «Para ello es necesario que empecemos a negociar conjuntamente, como muy tarde, a finales de la próxima semana, cuando habrán pasado dos semanas desde la petición que les cursamos antes de la investidura de Ricomà», indican Estrada y Miguel en declaraciones a este periódico. 

De hecho, la voluntad de las dos ediles era la de llevar a cabo un primer contacto con las otras dos formaciones antes de la investidura del pasado sábado, pero no hubo respuesta y, de hecho, esto aún no se ha producido. Hasta la fecha solo han habido dos reuniones bilaterales entre CUP y ERC y otra, de informal, entre CUP y En Comú Podem. «Los contactos han sido positivos, pero ahora debe haber diálogo conjunto entre las tres partes», enfatizan Estrada y Miguel. 

Dudas con el Rambla Science
En caso de que las negociaciones llegaran a buen puerto, Tarragona sería la ciudad de mayor tamaño de Catalunya en la que la CUP formaría parte del gobierno municipal.  Las cupaires apuestan por entrar en el gobierno por la «excepcionalidad del momento después de doce años del PSC»,  pero quieren hacerlo «desde el primer día», cuando el nuevo organigrama aún no esté a pleno rendimiento. «Si lo hacemos, debe ser ahora. Más tarde ya no tendría sentido», enfatizan.   

Varios son los puntos que la CUP pondrá sobre la mesa en las conversaciones que podrían iniciarse en pocos días. Una de las cuestiones será relativa a «dar un uso social y educativo a los inmuebles que están vacíos». En este sentido, uno de los puntos que se negociará será el proyecto del Rambla Science previsto en el antiguo Banco de España. «La subvención europea de dos millones obliga al Ayuntamiento a gastar, como mínimo, otros dos millones más. Deberíamos saber seguro si con cuatro millones puede completarse el proyecto con el centro cívico y el espacio cultural que reivindican los vecinos», afirman Estrada y Miguel, las cuales priorizarían el uso ciudadano en caso de duda. 

Asimismo, otro de los puntos que quiere «confrontar» la CUP es el de la proliferación de terrazas en la vía pública. «Deben ponerse límites antes de que sean un problema. De hecho, se creó una comisión para debatirlo, pero se desactivó», resaltan las ediles, que también quieren recortar drásticamente el sueldo de los representantes públicos. «Apostamos por qué no superen 2,2 veces el Salario Mínimo Interprofesional (SMI)», afirman las ediles. De esta forma, el salario máximo de los ediles se situaría en los 27.700 euros, una cifra muy inferior a los 71.000 previstos para Pau Ricomà (ERC). 

«Mano tendida»
Fuentes de ERC declinan valorar las declaraciones de la CUP y se remiten «a las declaraciones realizadas durante los últimos días al respecto». De hecho, el pasado lunes el portavoz del equipo de gobierno –Xavier Puig (ERC)–  resaltó la «voluntad de diálogo del equipo de gobierno con todo el mundo», y añadió: «Tenemos una reunión pendiente con la CUP, que será más pronto que tarde. No tenemos prisa, pero queremos ser más fuertes. Y con la CUP lo seríamos», especificó Xavier Puig. 

Finalmente, desde los Comuns también se abre la puerta para iniciar el diálogo, si bien no concretan si esta primera reunión podría llevarse a cabo la próxima semana. «Estamos abiertos a hablar, pero los tempos de cada organización no son los mismos», afirman desde En Comú Podem, a la vez que se muestran convencidos de que «puede haber vías de diálogo, pero acabamos de entrar en el gobierno y hay un gran volumen de trabajo». Asimismo, desde la coalición entre Catalunya en Comú y Podem resaltan que, si las futuras negociaciones llegan a buen puerto, el pacto que se alcance «deberá volver a ser votado por nuestra asamblea de militantes». 

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