La Casa Foixà no tiene proyecto cinco años después de su derrumbe

El Ayuntamiento está ultimando la modificación del Pla General del Centre Històric, el cual determinará qué debe hacerse en situaciones como ésta

25 junio 2017 20:02 | Actualizado a 25 junio 2017 20:15
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Cuando están a punto de cumplirse cinco años del derrumbe de la Casa Foixà, el espacio que ocupaba este emblemático edificio de la Part Alta sigue en las mismas condiciones. La pared provisional, que se levantó cuando finalizó la recogida de los escombros, impide el acceso al solar vacío, mientras que la estructura de madera que se colocó para apuntalar el inmueble adyacente sigue en el mismo sitio.

Es como si el tiempo no hubiera pasado para unos hechos que hubieran podido acabar en tragedia, si no hubieran sucedido alrededor de las 4.40 horas de la madrugada, en una de las calles más transitadas del centro histórico. 

Ubicada en la calle Cavallers, delante del Conservatori, la Casa Foixà era un inmueble noble de estilo renacentista con un elevado valor patrimonial. Estaba catalogada como Bé d’Interès Local y Bé d’Interès Nacional, mientras que ahora su espacio lo ocupa un inmenso vacío. El mismo día del derrumbe el alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, apuntó que «no dejaremos que se pierda este patrimonio», pero aún no hay un proyecto para la reconstrucción del inmueble. 

‘Estamos esperando que el Ayuntamiento nos diga qué es lo que podemos hacer’

Hace un tiempo se abrió la posibilidad de que la casa señorial se reconstruiría en la medida de lo posible y se habilitaría como hotel de alto standing. Pero no hay hotel ni proyecto. Lo confirma Raül Font, uno de los nueve propietarios, con un 11% del inmueble. «Estamos esperando que el Ayuntamiento nos diga qué es lo que podemos hacer», dice. 

Font explica que «la idea era venderlo» y que incluso llegaron a hacer «diferentes contactos» y que «se habían hecho algunos dibujos», pero los propietarios apuntan que «hasta que no esté  claro qué puede hacerse es inútil. És com fer volar coloms». Dice que hace «un año y medio o dos» de la última vez que hablaron sobre esta cuestión con el Ayuntamiento. «Nos informaron de que se estaba haciendo una revisión urbanística que afectará a toda la manzana, por lo que después tendremos que estudiar entre todos qué es lo que puede hacerse», añade Font. 

Además del número 11, que es el espacio que ocupaba la Casa Foixà, también cayó prácticamente en su totalidad el número 9, mientras que el número 13 es el que sigue apuntalado con una estructura de madera. Font, no obstante, avanza que «ahora vamos a hacer un refuerzo interior para ver si podemos quitar la plataforma de seguridad». 

Un nuevo Pla General
El futuro de este inmueble está condicionado a la modificación  del Pla General del Centre Històric que está haciendo el Ayuntamiento y que «concretará la ordenación de este espacio para que no haya más incertidumbre». Lo indica el concejal de Territori, Josep Maria Milà, según el cual éste es uno de los principales problemas del recinto fortificado. «Hay ámbitos con planes especiales, además está el PEPA (Pla Especial de la Part Alta). Sin embargo, encontramos que en ninguna parte dice que la Catedral es un equipamiento o que en una parte importante del centro histórico no podían darse licencias».

La administración local está trabajando, junto con el Departament de Cultura de la Generalitat, y las áreas de Arqueologia y Urbanisme del Ayuntamiento, para concretar todo lo referente al urbanismo en este espacio. El objetivo de este trabajo previo es que «tendremos un documento cerrado de forma que  cada vez que queramos hacer una intervención no nos obligará a hacer un nuevo plan especial». 

‘Estamos concretando la ordenación para que no haya más incertidumbre’

Milà concreta que la revisión del plan general debe permitir, por un lado, poner negro sobre blanco «en las zonas en las que hay incertidumbre». Mientras que, por el otro, cuando acabe la suspensión preventiva se reducirán los tiempos y los trámites en el momento de tirar adelante cualquier actuación en materia urbanística.

El responsable del área de Territorio del Ayuntamiento de Tarragona apunta que la propuesta de documento está «técnicamente acabado», por lo que el siguiente paso es la aprobación inicial. A continuación deberá informarse al Departament de Cultura, que introducirá las últimas observaciones antes de la aprobación definitiva. Con todo, Milà espera que «a finales de año» este instrumento tenga el visto y bueno definitivo.

Nuevo paso, la reconstrucción
A partir de aquí, los propietarios deberán proceder de acuerdo con la Llei 9/1993 de Patrimoni Cultural Català y ésta obliga a los dueños a proceder con la restauración.  «La administración de la Generalitat debe ordenar a las personas o instituciones responsables, sin perjuicio de la sanción que corresponda, la reparación de los daños causados en Béns Culturals d’Interès Nacional o en Béns Mobles Catalogats, mediante órdenes de reparación, reposición o reconstrucción. Estas deben servir para restituir el bien en su estado anterior».

Por ello, las piedras y demás materiales que se recogieron del derrumbe se clasificaron en el depósito municipal y las que tenían un valor se conservaron. Aquí uno de los retos, cuando se desencalle todo esto, será reconstruir este rompecabezas renacentista. Por ello, deberá utilizarse la documentación existente.
Milà describe que, para que pueda recuperarse de nuevo el inmueble y darle una utilización futura, «los propietarios deberán actuar según la Llei de Patrimoni Català, sin la necesidad de un plan especial». Por lo que el proyecto del hotel «podría seguir adelante».

Un accidente con ‘suerte’
Pese a la importante pérdida patrimonial que supuso para la ciudad, los hechos pasaron en la madrugada del 5 de julio de 2012, por lo que no tuvieron que lamentarse daños mayores. La caída del edificio causó un gran estruendo en el barrio y fue encontrada una persona herida que tuvo que ser atendida por el SEM. No obstante, el único inquilino que había ocupado la casa fue enterrado el día antes de que sucedieron los hechos, por lo que no había nadie en el interior de la vivienda. Así lo constataron los bomberos que estuvieron rastreando los escombros durante un par de días.

El derrumbe obligó también a desalojar algunos vecinos de los inmuebles adyacentes. En total fueron diecisiete las personas que tuvieron que dejar sus casas durante un par de días, y que fueron alojadas en un hotel.

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