La Escola Solc inaugura su nueva sala sensorial, que impulsa Dow Chemical

La sala fomenta el aprendizaje a través de la innovación

31 enero 2018 09:38 | Actualizado a 31 enero 2018 13:35
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La llegada a la sala ya es una sorpresa. En la penumbra, el color verde es el protagonista total y, al fondo, se vislumbra la imagen de un estanque rodeado de vegetación proyectado en la pared.

Agolpados en la pared, asistimos a la historia de un flamenco que desea ver mundo y recorre desde el desierto hasta el laberinto de calles de la gran ciudad, en una narración que se nutre de imágenes, ruidos, colores, sensaciones táctiles y hasta olores, que nos permiten viajar en el tiempo y en el espacio. 

Es la nueva sala sensorial de la Escola Solc, un nuevo recurso con el que cerca de los ochenta niños con necesidades especiales que asisten en el centro tendrán la ocasión de despertar sus sentidos, a través de sensaciones que buscan despertar su bienestar y aprendizaje en todos los ámbitos posibles a través de dispositivos como un haz de fibra óptica, columnas de burbuja pasiva e interactivas, una ducha de fibras, un colchón de agua con vibración sonora, luz negra, tablets interactivas, bolas de luz con focos de colores y focos de luz de colores interactivos.

La sala se inauguró ayer y cuenta con todo tipo de dispositivos que persiguen estimular las áreas cerebrales de los niños del centro para ayudar al cerebro a crear nuevas conexiones neurológicas que faciliten el proceso de aprendizaje y la plasticidad neural.

Esto, según apuntaban ayer los responsables del centro, da como resultado que, poco a poco, los alumnos se abre a experimentar nuevas actividades, a establecer vínculos más cercanos, a mirar y ver, tocar y sentir, a escuchar y entender y, sobre todo, a compartir su gran mundo interior.

«Después de casi tres años trabajando en este proyecto, por fin se ha materializado y servirá para que nuestros alumnos puedan aprender con su cuerpo como vehículo de aprendizaje», expone Olivia Oncins, presidenta de la Escola Solc, que apunta que el centro –una entidad cooperativa sin ánimo de lucro que nació en 1974, que fue declarada de iniciativa social desde el 1980 y que se ubica en el Complex Educatiu de Tarragona– siempre «está pendiente de todas aquellas nuevas terapias que sirvan para mejorar su calidad de vida». 

Actualmente, el centro acoge a cerca de 90 alumnos con necesidades especiales en el centro y 16 más a través del taller ocupacional, niños y niñas de 3 a 21 años que son atendidos por un equipo de más de 44 docentes, educadores, monitores, fisioterapeutas y logopedas. 

Este nuevo recurso ha sido posible gracias a la aportación de Dow Chemical, que lo ha financiado en el marco de su 50 aniversario. La empresa ha aportado una tercera parte de los 100.000 dólares destinados a actos de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) a este recurso. 

El acto de inauguración  se celebró ayer, con la presencia de los profesores y alumnos, el director del Complejo Industrial de Dow Tarragona, Jaume Sariol; la directora dels Serveis Territorials d’Ensenyament, Inma Reguant, y los alcaldes de las poblaciones de la área de influencia de Dow Chemical –Tarragona, La Canonja y La Pobla de Mafumet–.

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