La Fundació Onada prepara diez huertos sociales en Campclar

Los participantes serán familias necesitadas del barrio. Recibirán formación y lo que cultiven será para consumo propio

19 mayo 2017 22:19 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:38
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Ya comienzan a tomar forma los primeros diez huertos que pondrá en marcha próximamente la Fundació Onada en el solar vacío que está detrás del edificio Espai de Trobada de Campclar. Dicho edificio y los terrenos que le rodean son de propiedad municipal y han sido cedidos por el Ayuntamiento de Tarragona a la fundación que se encarga de su mantenimiento y gestión. En el sitio comparten espacio dependencias municipales y servicios de la fundación, que se dedica a la atención a personas con discapacidad y/o trastorno mental.

En un primer momento funcionarán en el solar diez huertos de 20 metros cuadrados cada uno. No obstante, si la experiencia resulta positiva, el número podría crecer, ya que el sistema de riego ya está instalado previendo una ampliación.

La intención es que los huertos sigan la experiencia que ya funciona en SantSalvador. De hecho, la selección de los participantes la hará el equipo de Serveis Socials del Ayuntamiento.

Las familias participantes recibirán formación específica por parte de personal de la Fundació Onada que trabaja en servicios de jardinería.Les darán nociones básicas sobre lo que se puede plantar y cómo hacerlo y todo lo que cultiven será para su propio consumo.

Marta Tutusaus, gerente de la entidad, explica que la intención es conseguir un proyecto integrador y muy participativo. De hecho, han iniciado una consulta para saber a qué se destinará el resto del solar. Ya cuentan con la opinión de unas 200 personas, desde los usuarios que atiende el centro ocupacional hasta los empleados municipales y las entidades del barrio que usan el edificio para sus actividades. De momento hay distintas ideas, como colocar mesas de picnic, abrir una terraza o acondicionar un sitio para tomar el sol. La idea más votada será la que finalmente se lleve a cabo.

Parte del proyecto será financiado gracias a un premio que les concedió la Fundación BBVA con el voto de los clientes de la entidad bancaria. Los encargados de los huertos, por su parte, harán una aportación económica anual simbólica.

 

427 personas atendidas

La Fundacio Onada ha dado a conocer recientemente su memoria del año pasado. En total llegaron a atender a 427 personas con algún grado de discapacidad, 59 más que en el año 2013.

La mayor parte de los participantes, 176, recibió asesoría y seguimiento individual para incorporarse al mercado laboral ordinario. Por otra parte, 98 personas fueron atendidas en sus centros ocupacionales (uno en Tarragona y otro en Torredembarra), donde acuden personas que por su grado de discapacidad no pueden acceder a la vida laboral ordinaria. Esta última cifra apenas se mueve en el tiempo, ya que las plazas de la Generalitat están congeladas, a excepción de las que se ofrecen a personas que han acabado su escolarización.

Además, 87 personas trabajaban el año pasado directamente en los centros especiales de trabajo de la entidad. La fundación ofrece servicios de jardinería y trabajos forestales, limpieza, pintura y señalización, aparcamientos y restauración.

En este grupo destaca la veintena de personas que trabajan en el Parc del Francolí, donde se encargan del mantenimiento y jardinería del parque a cambio de la gestión del aparcamiento y del chiringuito.

Además, la fundación continuó con sus distintos programas de formación y recibió la ayuda de un buen número de voluntarios, más de un centenar de personas a lo largo del año.

La mayor parte de los ingresos de la entidad, un 49%, proviene de la facturación de los propios trabajos que realiza. La siguiente fuente en importancia, el 42%, procede de los aportes de Serveis Socials de la Generalitat por los usuarios de los distintos centros.

Reconoce Tutusaus que son tiempos difíciles en los que cuesta competir con empresas que prestan los mismos servicios. No obstante, prefiere ver el lado positivo: «Estamos ilusionados, la crisis nos ha obligado a implantar un modelo para depender más de nosotros mismos», explica.

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