La Generalitat trabaja para iniciar las obras del tren-tranvía en 2021

El año que viene será clave para desarrollar «en los despachos» los diferentes proyectos que exige la intervención, que debe religar los principales núcleos de población del territorio

07 septiembre 2019 07:20 | Actualizado a 14 septiembre 2019 12:44
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El proyecto para poner en marcha el tranvía del Camp de Tarragona ya está en la sala de máquinas. Entró el pasado 8 de agosto, cuando Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) licitaba los primeros estudios para implantar este nuevo servicio ferroviario que debe religar los principales núcleos de población del territorio. El contenido de estos informes no se conocerá hasta mediados del año que viene, lo que debe permitir que el inicio de las obras se produzca en 2021.

El próximo ejercicio debe ser clave para esta infraestructura. Aún no se verán las máquinas sobre el terreno. No obstante, en los despachos de los diferentes organismos deberá trabajarse a contrarreloj para cumplir con los calendarios. Y esto implica tanto los diferentes ayuntamientos, como Adif, la Generalitat y en última instancia también FGC, que será quien operará la nueva línea.

Por el momento, los contratos que se han licitado son tres. Corresponden a la redacción del plan especial de la infraestructura ferroviaria del nuevo tren-tranvía, el de impacto ambiental y el estudio informativo de la fase 1, correspondiente al tramo entre Cambrils y Tarragona. El presupuesto para la redacción de estos documentos es de 423.504,84 euros (IVA incluido).

Según la oferta pública que está colgada en el portal de transparencia, el plazo para presentar las ofertas finaliza el día 8 de octubre a las 12 horas del mediodía, de forma que antes de finalizar el año o a principios de 2020 podrían adjudicarse. A partir de ahí, la duración del contrato será de cinco a once meses.

Calendarios que coinciden

A partir de las descripciones técnicas de los contratos puede conocerse algunos detalles de cómo será el futuro tranvía. Inicialmente se desarrollará el tramo de 18,7 kilómetros entre Tarragona y Cambrils, pasando por Salou y PortAventura. Este primer proyecto se divide en dos subtramos. El primero, de 8,5 kilómetros, hace referencia a la conexión Cambrils-Salou-PortAventura, mientras que el segundo comprende los 10,2 kilómetros de vía hasta Tarragona. Para actuar sobre este trazado hay un factor que es determinante: la puesta en funcionamiento de la nueva variante de la costa entre Vandellòs y la estación del AVE Camp de Tarragona.

Tan buen punto la nueva plataforma entre en servicio, de acuerdo con la declaración de impacto ambiental, la vía actual dejará de ser red de interés general y pasará a ser una línea de interior, gestionada por la Generalitat. Aquí es donde entra en juego Adif, que está llevando a cabo el proyecto para el desmantelamiento de la infraestructura actual y de integración urbanística. El calendario debe coincidir. Por un lado, el Ejecutivo Central, a través de Adif, dirá cómo hay que eliminar las vías y la catenaria y cómo se integrará urbanísticamente el nuevo espacio, de acuerdo con las demandas de los ayuntamientos afectados. Por el otro, se conocerán los estudios de impacto ambiental e informativo de la nueva infraestructura. Asimismo, la Generalitat prevé que a mediados del año que viene pueda impulsarse el proyecto constructivo. Tres ámbitos de actuación que quieren hacerse coincidir en el tiempo para poner en marcha el nuevo servicio.

El desmantelamiento de la antigua vía ha sido en los últimos años objeto de debate y de polémicas. Tanto Salou como Cambrils se han manifestado a favor, mientras que las plataformas de viajeros a favor del transporte público y los sindicatos ferroviarios defienden una reconversión paulatina de la vía. En este sentido no ha habido acuerdo.

Los trenes dejarán de circular por la vía actual cuando entre en funcionamiento la nueva variante y las estaciones de Salou y Cambrils perderán el servicio. Pese a ello, el proyecto que defiende la Generalitat apuesta por eliminar las vías entre Vandellòs y Cambrils y desde este municipio a PortAventura va a hacerse una sustitución progresiva, de forma que el resultado final sea un tranvía integrado urbanísticamente en los municipios, como el que discurre por la Diagonal de Barcelona. Es la postura que siempre ha defendido el equipo que lidera Damià Calvet, en el Departament de Territori que, por otro lado, argumenta que la viabilidad del proyecto se basa en aprovechar en la medida de lo posible la red ferroviaria existente.

Una inversión de «mínimos»

Y es que el proyecto que está encima de la mesa rebaja sustancialmente las ambiciones de cuando empezó a hablarse del tranvía del Camp de Tarragona, hace aproximadamente una década. La inversión que se contemplaba en aquellos momentos prácticamente alcanzaba los 350 millones de euros. Mientras que ahora esta cifra oscila entre los 50 y los 150 millones de euros. El presupuesto definitivo estará sujeto a la construcción de algunos ramales y a las paradas que acaben construyéndose. En el caso de la fase 1 el trazado de nueva vía que deberá cubrirse son los 8,5 kilómetros entre Cambrils y Salou-PortAventura.

En cuanto a las «estaciones», en el conjunto del trazado desde Cambrils a Tarragona se ha previsto inicialmente que el tren-tranvía efectuará once paradas. En Cambrils serán en la estación actual de trenes, una situada junto al instituto de secundaria Ramon Berenguer IV, una a la altura de la avenida Manuel de Falla y otra en Vilafortuny. En su paso por Salou, los convoyes se detendrán cerca de la entrada del camping Sangulí, en la actual estación de trenes, y en la confluencia entre la línea ferroviaria y la C-31B.

El recorrido continuará hacia la estación de PortAventura y hacia la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Vila-seca. Ya en Tarragona, se ha definido una parada en el barrio del Serrallo y la última en la estación de Renfe.

Falta concretar

La segunda fase del proyecto no está tan concretada como la primera. Se trata de la que debe conectar los municipios de Cambrils y Reus, pasando por Vila-seca. En este caso todavía hay aspectos a que faltan por determinar, como parte del trazado, así como algunos ramales que deben construirse.

En este caso, deberá acabar de definirse por dónde discurre la vía entre la estación actual de ferrocarriles en Cambrils y la nueva, que entrará en marcha con el Corredor del Mediterrani. Asimismo, es una incógnita quién construirá el enlace desde la estación de Salou-PortAventura a Vila-seca.

Según las negociaciones entre el alcalde de Salou, el Ministerio de Fomento y Adif, el Estado se comprometió en ejecutar esta inversión. Pero de momento no se ha ejecutado. Así que si Madrid no efectúa esta obra, valorada entre 30 y 40 millones de euros, Ferrocarrils deberá asumirla. Además, también se pide la planificación de un nuevo ramal entre Tarragona y PortAventura, evitando el paso por el polígono petroquímico.

En cuanto a las estaciones, aquí el documento no es tan concreto, aunque uno de los aspectos que contempla el nuevo tren-tranvía es que tendrá una parada en Bellissens.

6,2 millones de viajeros

En el pliego también se expone que se tendrá en cuenta las posibles alternativas de conexión con el aeropuerto de Reus, la futura estación intermodal y la estación del AVE Camp de Tarragona. Todo esto es lo que acabará determinando la cifra total que requiere esta inversión, que conectará los principales nodos de transporte y de movilidad del Camp de Tarragona.

Los estudios que ahora se han encargado no tan solo hablarán de aquellas cuestiones técnicas que afectan a la infraestructura, sino que deberán incluir estudios específicos de la movilidad y de la demanda del área de influencia en cuestión. En el trabajo de campo previo se determinó que el corredor Cambrils-Tarragona podría transportar alrededor de 6,2 millones de pasajeros al año, unos datos que ahora deberán acabar de ajustarse.

Finalmente, se incluirá un estudio del material móvil que operará la línea. Y aquí deberá tenerse en cuenta que los nuevos convoyes sean lo suficientemente atractivos e integrados para dar la apariencia de tranvía y la robustez necesaria para entrar a la red ferroviaria de interés general.

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