La Marina Tarraco se renueva y estrena anfiteatro y zona infantil

La propiedad invierte 300.000 euros en una remodelación de su urbanismo con el objetivo de atraer más vida ciudadana

19 mayo 2017 22:52 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:10
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La Marina Port Tarraco está acometiendo estas semanas unas ambiciosas obras que remodelarán a fondo su aspecto. Se trata de un proyecto con el que la empresa propietaria del recinto, Qatari Diar, aspira a hacerlo más atractivo para la vida ciudadana.

El primer cambio que ya se ha llevado a cabo ha sido la eliminación de la valla que separaba el vial de acceso a la Marina para los peatones del aparcamiento, que ha sido sustituida por un «búfer verde». Esto es: parterres con palmeras y bancos.
Una segunda novedad, en este caso a punto de completarse, llega justo a continuación conforme uno se adentra en la Marina, antes incluso de toparse con el primero de los edificios:una zona de juegos infantiles. Los distintos aparatos de juego ya están instalados, pero faltan todavía algunos acabados –como el suelo de caucho– antes de poder estrenarla.
El proyecto de remodelación del espacio ha incluido también un nuevo modelo de parterres. «Antes eran rectangulares, y ahora son curvos, con forma de ola. Lo hemos hecho así para romper con las formas rectilíneas, tan cuadriculadas, que hasta ahora caracterizaban a la Marina», explica el General Manager, Marc Colls. Dichos parterres, con palmeras de distintas especies y tamaños en su interior, están repartidos a lo largo del paseo, tanto en el tramo del Moll de Llevant como en el que discurre, tras doblar la esquina, sobre el Moll de Lleida.
Precisamente en esa esquina de laMarina Tarraco, en la intersección de los dos muelles, frente al local donde en su día estuvo abierto el restaurante Anágoras, se está construyendo una de las principales novedades de esta renovada marina:la explanada con anfiteatro. Se trata de un privilegiado auditorio, con unas pequeñas gradas que podrán acoger a entre 150 y 200 personas, para actos culturales de pequeño formato. La gerencia explica que ya trabaja en diseñar una programación estable de cara a este verano.
«Ese rincón hasta ahora estaba cerrado, quedaba al otro lado de la valla de cristal, pero hemos decidido abrirlo a la parte pública de la Marina», argumenta Colls. «Detrás de ese espacio, donde antes no había nada, se instalarán también parterres curvilíneos con palmeras», añade.
Las obras comenzaron el pasado 13 de febrero y la previsión es que terminen el 10 de junio. Desde la Marina no esconden que la remodelación persigue potenciarse como zona de paseo para captar más visitantes:«El objetivo es hacer más atractiva la Marina para el público, para el peatón. Que la gente se anime a entrar, a pasear... Se trata, en fin, de crear un volumen de transeúntes suficiente como para que a un empresario le pueda resultar atractivo abrir su negocio dentro del recinto», argumenta Marc Colls al respecto. 
La idea es incidir en el camino de la recuperación iniciado por la Marina en los últimos meses. «Desde enero, hemos pasado de un 21% de ocupación de locales a un 30%», revela el General Manager del recinto. Han abierto sus puertas un negocio de mantenimiento de barcos, una empresa de tapicería náutica, otra de interiorismo de barcos, una agencia de yates y una tienda de coches de segunda mano. Sin olvidar el pub Harbour Club, abierto desde agosto del año pasado y que gestiona la propia Marina para dar servicio a los muchos tripulantes de yates, a los transeúntes que siguen pasando por la zona y a sus propios trabajadores. «El bar funciona, y muy bien», asegura Colls.
Novedades en la gestión
Todo ello en apenas cuatro meses, desde que –según ha podido saber el Diari– Qatari Diar recuperó para sí la gestión del recinto e imprimió un nuevo rumbo. Hasta entonces, la empresa catarí era propietaria del 95% de la Marina, mientras que la empresa barcelonesa MB92 poseía el otro 5% y se encargaba de la gestión. Pero, en enero, Qatari Diar adquirió ese 5% restante y rescató la gestión. Además de los locales que ya han abierto, todo apunta a que hay varios más en camino. La Marina negocia con una tienda de ropa, otra empresa especializada en el sector de yates y una tienda «de carácter generalista». También lo hace con cuatro empresas de restauración (tres de ellas son franquicias), sólo que todas ellas están interesadas en el mismo local, por lo que sólo una podrá llegar a abrir. Todo ello sin contar con los edificios de oficinas, donde también la ocupación ha aumentado en los últimos meses y donde se está en negociaciones con varias empresas también para que  se instalen en el espacio. A diferencia de cuando estuvo a punto de abrir allí un complejo outlet, «ahora no hay un gran proyecto general para toda la Marina, pero sí muchas pequeñas cosas que conforme se vayan cerrando pueden producir una suma positiva»,espera Colls.
La Marina Port Tarraco está acometiendo estas semanas unas ambiciosas obras que remodelarán a fondo su aspecto. Se trata de un proyecto con el que la empresa propietaria del recinto, Qatari Diar, aspira a hacerlo más atractivo para la vida ciudadana.

El primer cambio que ya se ha llevado a cabo ha sido la eliminación de la valla que separaba el vial de acceso a la Marina para los peatones del aparcamiento, que ha sido sustituida por un «búfer verde». Esto es: parterres con palmeras y bancos.

Una segunda novedad, en este caso a punto de completarse, llega justo a continuación conforme uno se adentra en la Marina, antes incluso de toparse con el primero de los edificios:una zona de juegos infantiles. Los distintos aparatos de juego ya están instalados, pero faltan todavía algunos acabados –como el suelo de caucho– antes de poder estrenarla.

El proyecto de remodelación del espacio ha incluido también un nuevo modelo de parterres. «Antes eran rectangulares, y ahora son curvos, con forma de ola. Lo hemos hecho así para romper con las formas rectilíneas, tan cuadriculadas, que hasta ahora caracterizaban a la Marina», explica el General Manager, Marc Colls. Dichos parterres, con palmeras de distintas especies y tamaños en su interior, están repartidos a lo largo del paseo, tanto en el tramo del Moll de Llevant como en el que discurre, tras doblar la esquina, sobre el Moll de Lleida.

Precisamente en esa esquina de laMarina Tarraco, en la intersección de los dos muelles, frente al local donde en su día estuvo abierto el restaurante Anágoras, se está construyendo una de las principales novedades de esta renovada marina:la explanada con anfiteatro. Se trata de un privilegiado auditorio, con unas pequeñas gradas que podrán acoger a entre 150 y 200 personas, para actos culturales de pequeño formato. La gerencia explica que ya trabaja en diseñar una programación estable de cara a este verano.

«Ese rincón hasta ahora estaba cerrado, quedaba al otro lado de la valla de cristal, pero hemos decidido abrirlo a la parte pública de la Marina», argumenta Colls. «Detrás de ese espacio, donde antes no había nada, se instalarán también parterres curvilíneos con palmeras», añade.

Las obras comenzaron el pasado 13 de febrero y la previsión es que terminen el 10 de junio. Desde la Marina no esconden que la remodelación persigue potenciarse como zona de paseo para captar más visitantes:«El objetivo es hacer más atractiva la Marina para el público, para el peatón. Que la gente se anime a entrar, a pasear... Se trata, en fin, de crear un volumen de transeúntes suficiente como para que a un empresario le pueda resultar atractivo abrir su negocio dentro del recinto», argumenta Marc Colls al respecto.

La idea es incidir en el camino de la recuperación iniciado por la Marina en los últimos meses. «Desde enero, hemos pasado de un 21% de ocupación de locales a un 30%», revela el General Manager del recinto. Han abierto sus puertas un negocio de mantenimiento de barcos, una empresa de tapicería náutica, otra de interiorismo de barcos, una agencia de yates y una tienda de coches de segunda mano. Sin olvidar el pub Harbour Club, abierto desde agosto del año pasado y que gestiona la propia Marina para dar servicio a los muchos tripulantes de yates, a los transeúntes que siguen pasando por la zona y a sus propios trabajadores. «El bar funciona, y muy bien», asegura Colls.

 

Novedades en la gestión

Todo ello en apenas cuatro meses, desde que –según ha podido saber el Diari– Qatari Diar recuperó para sí la gestión del recinto e imprimió un nuevo rumbo. Hasta entonces, la empresa catarí era propietaria del 95% de la Marina, mientras que la empresa barcelonesa MB92 poseía el otro 5% y se encargaba de la gestión. Pero, en enero, Qatari Diar adquirió ese 5% restante y rescató la gestión. Además de los locales que ya han abierto, todo apunta a que hay varios más en camino. La Marina negocia con una tienda de ropa, otra empresa especializada en el sector de yates y una tienda «de carácter generalista». También lo hace con cuatro empresas de restauración (tres de ellas son franquicias), sólo que todas ellas están interesadas en el mismo local, por lo que sólo una podrá llegar a abrir. Todo ello sin contar con los edificios de oficinas, donde también la ocupación ha aumentado en los últimos meses y donde se está en negociaciones con varias empresas también para que se instalen en el espacio. A diferencia de cuando estuvo a punto de abrir allí un complejo outlet, «ahora no hay un gran proyecto general para toda la Marina, pero sí muchas pequeñas cosas que conforme se vayan cerrando pueden producir una suma positiva»,espera Colls.

 

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