La ONG FamilySearch digitaliza más de 300.000 documentos del Arxiu Històric de Tarragona

Genealogía. El objetivo es que cualquiera pueda seguir la pista de sus antepasados

16 febrero 2020 11:30 | Actualizado a 19 febrero 2020 12:22
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La sorpresa comienza nada más entrar, al ver que no queda un sitio libre en el auditorio del Arxiu Històric de Tarragona. Los responsables de la expectación son Dan Hull, genealogista, y su mujer Martha. Ambos son miembros de la ONG FamilySearch y tienen una ambición: que cualquiera pueda hacerse un árbol genealógico que llegue lo más atrás en el tiempo posible.

El trabajo de la organización, sin fines de lucro, está financiado principalmente por la Iglesia de los Santos de los Últimos Días. Esta iglesia considera que la familia debe ser la parte central de la vida y que las relaciones familiares continúan más allá de esta existencia.

Pero tal vez lo más interesante es la potente base de datos que la entidad ha ido construyendo con archivos de todo tipo sobre personas fallecidas (especialmente las que han muerto hace más de 100 años). Van por el mundo fotografiando documentos de todo tipo: padrones, registros civiles, registros de alistamiento militar... Tanto de administraciones como de iglesias de diferentes confesiones que luego ponen a disposición, de manera gratuita, en su web.

En el caso de Tarragona, Dan y Martha ya estuvieron en el Arxiu en 2009 y 2010, cuando digitalizaron protocolos notariales de Tarragona, Vila-seca, Alcover, Cambrils y Reus; unos 300.000 documentos.

Esta semana han regresado para digitalizar los índices de la Comptadoria d’Hipoteques de Tarragona, Reus y Montblanc de los siglos XVIII y XIX, archivo que después se transformaría en el actual registro de la propiedad. En esta oportunidad obtendrán unas 30.000 imágenes más.

Archivos para la ciudadanía

Todo este trabajo de digitalización, explica Ricard Ibarra –director del Arxiu Històric–, será entregado al archivo en virtud del convenio de colaboración que ha firmado la ONG con el Departament de Cultura de la Generalitat.

Una de las peculiaridades del trabajo de digitalización es que las fotos se realizan con cámaras de máxima precisión y siguiendo unos estándares muy específicos. La intención es que todos estos materiales manuscritos luego puedan ser ‘leídos’ gracias a una tecnología con la que la ONG espera hacerse en un futuro.

La potencia de las luces que usan es tal que tienen que protegerse con gorras y sombreros (como Martha en la foto), para poder trabajar. Algunos de los papeles que digitalizan están en tal estado de deterioro que fotografiarlos es la única garantía de que podrán ser consultados en el futuro.

Además de Tarragona, en esta campaña digitalizarán archivos en otras 15 localidades de Catalunya. Ahora mismo hay unos 300 equipos como el suyo fotografiando documentos en distintas partes del mundo.

La web del ‘hágalo usted mismo’

Pero el auténtico sentido de todo este esfuerzo se entiende cuando se accede a la página web familysearch.org (también tienen una App para móviles).

Dan pone el ejemplo de su propio árbol, que lleva 25 años construyendo, es decir, desde mucho antes de que la web estuviera en marcha. Con su primera mujer –que falleció– tuvo 6 hijos y Martha, su actual esposa, tenía 5 hijos. Entre los dos suman 26 nietos y nietas. Son de Utah, pero mientras hacen este trabajo viven en Mataró.

Pero no contento con tan generosa prole, Dan se empeña en seguir buscando a cuantos más antepasados mejor. Su árbol es, en realidad, una especie de caracola gigante en la que los sectores que corresponden a cada persona incluso se pueden colorear de una forma diferente para saber de qué país provenían.

La aplicación, además, avisa si aparece información sobre una persona que se está buscando. Actualmente tienen más de mil millones de perfiles descritos.

El árbol desde cero

Se puede comenzar a escribir el árbol partiendo de lo que se tiene más a mano: los nombres y fecha de nacimiento de los padres y de los hijos. También se pueden guardar fotos y audios.

Eso sí, para ir hacia atrás en el tiempo hace falta un mínimo de pistas, como el lugar en que nació o murió la persona o el año. Hay que tener en cuenta, además, que en torno al 70% de los documentos no están indexados, es decir, que no sería posible dar con la persona por el nombre. En estos casos la herramienta lo que pone a disposición son archivos de años y lugares en los cuales buscar. En el caso de Tarragona hay archivos de distintos municipios grandes y pequeños.

Dan no promete que seguir las pistas sea fácil, pero sí apasionante. Cuenta que tienen niños desde 10 años interesados en la genealogía.

La web, ofrece, además, curiosidades y juegos, como por ejemplo uno para comparar su cara con la de sus antepasados. En su caso, la que más se le parece es a su bisabuela, que era enfermera.

Además de la web, la organización ofrece asesoría para hacer el árbol genealógico a través de voluntarios de la iglesia.

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