La Quinta de Sant Rafael de Tarragona, abandonada y sin proyecto

El edificio modernista situado en el Parc de la Ciutat está habitado por palomas y gatos. El Ayuntamiento asegura que no tiene intención de rehabilitar el inmueble

08 junio 2018 19:07 | Actualizado a 11 junio 2018 17:53
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El edificio modernista que preside el Parc de la Ciutat, la Quinta de Sant Rafael, se encuentra en estado de abandono y degradación. En su interior habitan gatos y palomas y, a menudo, hay personas que buscan cobijo en el interior del edificio. Hace más de veinte años que el inmueble, propiedad del Ayuntamiento, está vacío. Durante todo este tiempo no se ha hecho ningún tipo de mantenimiento ni de cuidado en la Quinta de Sant Rafael. Además, el edificio también ha sido víctima del incivismo. Cabe destacar el incendio provocado en su interior hace tan solo unos años. 

Los vecinos saltan la valla que protege el edificio y dejan bandejas llenas de comida para los gatos, que entran a la Quinta por las ventanas –la mayor parte de ellas, rotas–. El entorno del inmueble está lleno de nidos de palomas y el olor de sus excrementos casi no deja ni acercarse al recinto. Algunos de los trabajadores que se ocupan del mantenimiento de los jardines del entorno de la Quinta de Sant Rafael explican que «a veces dejamos máquinas en el interior del edificio y nos encontramos con personas que están durmiendo». 

El Ayuntamiento permanece inmóvil ante esta situación. El consistorio no tiene encima de la mesa ningún proyecto para determinar el futuro de la Quinta de Sant Rafael, al menos a corto plazo. Mientras tanto, los vecinos de la zona continúan alertando de la presencia de suciedad y de plagas en el lugar.

Un edificio catalogado

La Quinta de Sant Rafael es un edificio modernista y catalogado, diseñado por el arquitecto Juli Maria Fossas, en el año 1912. La finca estaba situada en los límites del perímetro urbano de la ciudad, y los primeros propietarios eran Rafael Puig i Valls, reconocido ingeniero forestal, y su hermano, Marià. Se trataba de un espacio de contemplación, de descanso y de armonía con el entorno y la naturaleza. El edificio tiene una planta baja y un piso, además de una torre poligonal en el lateral de la casa, que funcionaba como mirador. En la parte posterior hay otra torre decorada con cerámicas blancas y azules. Una de las principales características del edificio son los grandes ventanales del edificio central. 

El Ayuntamiento adquirió la Quinta de Sant Rafael hace unos años y, después de muchas propuestas, aún no se ha encontrado ninguna utilidad a este edificio modernista, con gran interés cultural. Se han ido haciendo arreglos puntuales, como por ejemplo, la reconstrucción de la valla de estilo modernista, próxima a la casa. 

En el 2011, la entonces teniente de alcalde del Ayuntamiento, Carme Crespo (PSC), estuvo más cerca que nunca de poner fin a esta situación de abandono. El equipo de gobierno aprobó inicialmente un proyecto para restaurar el edificio. El presupuesto era de 700.000 euros aproximadamente, y estaba previsto incluir la partida en las cuentas del 2012. Todos los órganos y las comisiones emitieron informes favorables a la iniciativa.

El objetivo era adecuar el espacio para convertirlo en un centro de interpretación de la naturaleza. Por otro lado, el Ayuntamiento quería conservar los elementos originales de la planta baja. Estaba todo listo para poner en marcha las máquinas. Pero finalmente, la iniciativa quedó en nada. El Ayuntamiento pagó la parte que correspondía a la redacción del proyecto y la idea volvió a guardarse en un cajón. El edificio continúa degradándose.

Otro intento en 2016

No fue hasta al cabo de cinco años, cuando el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Tarragona, Josep Maria Prats (Units per Avançar), anunció que había un proyecto para la Quinta de Sant Rafael, en el marco del plan cultural estratégico del equipo de gobierno de ese momento. La idea era crear un centro de interpretación del modernismo, aprovechando que la Quinta era de este estilo. El edificio complementaría el Arxiu Jujol, previsto en el Teatre Metropol, y que aglutinaría todo aquello relacionado con el arquitecto Josep Maria Jujol. La iniciativa no prosperó, ya que al cabo de unos meses del anuncio, Prats dejó de formar parte del equipo de gobierno.

«No es una prioridad»

La cartera de Cultura volvió a pasar a manos de la concejal Begoña Floria, quien asegura que la Quinta de Sant Rafael no es una prioridad. «Es un edificio muy complejo a nivel de estructura y, en estos momentos, no existe ningún proyecto concreto sobre cuál puede ser su futuro», explica Floria, quien añade que «la prioridad actual es el Teatre Metropol. Ojalá tuviéramos presupuesto para todo».

Los grupos municipales de la oposición definen como «vergonzosa» la situación en la que se encuentra la Quinta. El portavoz de Ciutadans, Rubén Viñuales, cree que se debería dinamizar la explanada ubicada delante de la puerta principal del edificio y propone instalar un chiringuito. Pau Ricomà, portavoz de ERC, opina que «lo primero que se debe hacer es convertir en atractivo el parque». Laia Estrada, portavoz de la CUP, cree que es necesario y urgente rehabilitar el inmueble y mantener su carácter público, y Dídac Nadal, del PDeCAT, reivindica que el patrimonio esté en condiciones. La portavoz de ICV-EUiA, Arga Sentís, propone utilizar el edificio para algún equipamiento que falte en la zona. Josep Maria Prats (UpA) cree que «es un edificio que podría servir de motor cultural, y la concejal no adscrita, Beatriz Pérez, sugiere hacer una consulta ciudadana.

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