La R-16 sigue impuntual

A pesar de la modificación de los horarios, tres de cada diez convoyes que realizan el trayecto entre Tortosa, Tarragona y Barcelona no se ajustan a lo establecido 

06 agosto 2017 15:18 | Actualizado a 14 noviembre 2017 13:23
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La línea ferroviaria R-16, entre Ulldecona-Tortosa y Barcelona, sigue sin cumplir sus horarios. De media, en el último año tres de cada diez convoyes que realizan este trayecto  han llegado con más de cinco minutos de retraso según lo previsto, lo que apura la paciencia de unos usuarios que han visto como las medidas que se han impulsado tampoco son garantía de fiabilidad. 

Los datos los proporciona Carlos, futuro ingeniero de Caminos, que es el gestor de la cuenta de Twitter @trenesmania. Como usuario de esta línea llega a cabo un minucioso control de los horarios de salida y llegada de cada uno de los convoyes, de los minutos perdidos así como de la causa que ha producido la anomalía en el servicio. 

Semanalmente cuelga estos rapports en la red, y muy a menudo hace un seguimiento directo de las incidencias que se registran, de cara a informar a los usuarios. Comenzó con esta actividad hace un año, tras el julio negro que se registró en la R-16, y a pesar de que el problema ‘mejoró’ cuando se hizo el cambio en los horarios, ha seguido adelante con su empeño. «Es un servicio que no funciona bien y, por tanto, alguien tiene que decirlo. Debemos quejarnos», argumenta este joven de 18 años.

Los datos que ha recogido muestran como los niveles más bajos de puntualidad corresponden a julio del año pasado, cuando tan solo el 16,5% de los convoyes que hacía este trayecto conseguía hacerlo según los horarios. Mejoró ligeramente a partir de agosto, cuando después de un largo tira y afloja, el Govern de la Generalitat y Renfe, pactaron modificar los horarios. Supuso incrementar el tiempo de viaje en ocho minutos de promedio, lo que permitió pasar de este 16% al 58% de puntualidad. 

‘Maquillar’ el problema

Ya en el mes de noviembre se llegó a que siete de cada diez convoyes lograran ajustarse a los horarios. Adif puso en funcionamiento el nuevo sistema de gestión de tráficos que se había quemado en la estación de Mont-roig cuatro meses atrás. Por lo que se consiguió alcanzar una cuota de puntualidad en el servicio que hasta el momento no se había logrado.

Desde otoño del año pasado el nivel de cumplimiento en los horarios se ha situado entre el 74 y el 82%, no consiguiendo superar en ningún mes esta cifra.

Para los usuarios no es suficiente.Además apuntan que esta mejora tan solo se ha conseguido tras «maquillar» el mal funcionamiento de la línea, integrando los retrasos en los horarios. Una medida que inicialmente debía ser provisional hasta que se reparase la avería de Mont-roig. Posteriormente, el Govern de la Generalitat ya dijo que no se dará marcha atrás hasta que entre en funcionamiento el desdoblamiento del tramo Vandellòs-Tarragona, previsto para principios del año que viene.

Carlos ha hecho seguimiento de muchos de estos acontecimientos. A través de la página web www.trenesmania.com cuelga desde 2013 todo tipo de noticias relacionadas con el ámbito ferroviario. Incluye novedades tanto en lo que se refiere al transporte de viajeros, como de mercancías y los equipamientos, unos ámbitos que este futuro ingeniero sigue con mucha atención. A pesar de ello, el control horario tan solo lo hace de la R-16. Es la línea de la que es usuario y la que, junto con la R-15 entre Riba-roja d’Ebre y Barcelona, registra más incidencias. 

Según la plataforma Trens Dignes de les Terres de l’Ebre i el Priorat, los minutos de retraso camuflados en los horarios de la R-16 suponen 177 minutos al día de demora incorporados como oficiales en el servicio. Lo que han denunciado que tan solo es «una tomadura de pelo» que lo único que pretende es disminuir el número de devoluciones exprés, por las que el usuario recibe un billete a gastar en los siguientes 30 días.

Un año del verano para olvidar

Trenesmania inició el registro horario a comienzos del verano pasado, tras los fatídicos meses de junio y julio. Fue un periodo que se convirtió en una auténtica pesadilla para los viajeros. Hasta diez trenes se quedaron tirados en la provincia entre el 10 de junio y el 27 de julio del año pasado, lo que llegó a convertir en un habitual las imágenes de los pasajeros caminando entre las vías, cargados con sus maletas y soportando el sofocante calor del verano.

La pesadilla en los raíles tuvo su vía de escape a través de las redes sociales. Twitter se convirtió en la plataforma ideal para denunciar el penoso estado de las infraestructuras ferroviarias en Tarragona. Las incidencias ferroviarias se convirtieron en un género recurrente, provocadas por caídas de cable de la catenaria, fallos en el sistema de electrificación, roturas de cables y otras averías. A todo esto había que sumarle los retrasos congénitos derivados por las incidencias y el deterioro de la infraestructura, que llevan años arrastrándose.

Dos de los momentos más dramáticos se registraron precisamente en la R-16. El primero fue el día 7 cuando unos 200 pasajeros tuvieron que ser evacuados cerca tras averiarse un convoy cerca de L’Ametlla de Mar. La imagen de los usuarios caminando por la vía, se convirtió en una de las estampas del verano en nuestras comarcas.

Tan solo unos días más tarde, en concreto el día 25, un segundo tren registró otra incidencia en el mismo punto, obligando a cerca de 250 usuarios a tener que abandonar el vehículo y proseguir su viaje por carretera. 

Un calvario que cayó de la atención mediática tan buen punto dejaron de sucederse estos hechos, pero que siguen padeciendo en silencio sus usuarios.

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