'La Tabacalera acabará en ruinas como la Savinosa si no se actúa ya'

La Associació Amics de la Tabacalera pide al Ayuntamiento y a la Generalitat máxima celeridad en los proyectos pendientes

19 mayo 2017 22:17 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:41
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El pasado 10 de julio, la Guàrdia Urbana detenía a dos personas en la calle Manuel de Falla, una de las que delimita el edificio de la Tabacalera. Los dos sujetos habían entrado a robar cualquier material que fuera susceptible de venderse como chatarra. El robo con fuerza es el último de muchos otros delitos que están dejando este edificio a las puertas de la ruina.

Ante esta situación, que puede sumarse a la suciedad acumulada de palomas y escombros y a la presencia de okupas en busca de techo, la Associació Amics de la Tabacalera ha querido expresar su malestar públicamente. Nicolás Marcos, presidente de la entidad, ha esperado a la formación del nuevo gobierno para pedir una entrevista con el alcalde –Josep Fèlix Ballesteros– o la concejal de Patrimoni, Begoña Floria, y buscar conjuntamente una ‘salvación’ de este inmueble que empezó su producción en 1932.

Aunque actualmente una parte de la Tabacalera está rehabilitada –oficinas de Tarragona Impulsa, oficinas de los Juegos Mediterráneos, la Capsa de Música, L’Arxiu y la Biblioteca Hemeroteca Municipal– en dos almacenes hay una gran parte del a superficie que languidece.

«Mientras no llega el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona, ¿por qué no buscamos fórmulas para revitalizar el espacio? Aparte de impulsar un espacio como centre de interpretación de la historia de la Tabacalera, estaría bien incluir a otras entidades», explica Marcos, que sugiere reubicar en este edificio noble a Protección Civil y toda su flota de vehículos, la Reial Societat Arqueològica de Tarragona e incluso el Museu de la Setmana Santa.

«Los jardines podrían recuperarse creando un parque público, con un horario de apertura fijado, que permitiera recuperar la vitalidad de la zona», añade el presidente.

Todo ello, explica Marcos, ayudaría a disuadir de los robos, a potenciar el espacio y a recuperar un edificio cuya memoria no debe desaparecer por la lentitud de las administraciones.

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