La URV investiga y produce el vino de hace 3.000 años

La facultad de enología produce vino como se hacía hace 3.000 años para estudiar las características y la conservación de este producto durante la etapa de los íberos

04 septiembre 2019 17:22 | Actualizado a 04 septiembre 2019 17:42
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 La facultad de enología de la URV investiga como era el vino que bebían los íberos, hace unos 3.000 años. En la bodega experimental de Mas dels Frares que la universidad tarraconense tiene en Constantí, profesores y estudiantes hacen todo el proceso productivo del vino para después estudiar sus características y la conservación que se hacía en la antigüedad. Este miércoles han comenzado a pisar la uva con los pies y llenarán dos tinas de unos 50 litros cada una donde fermentará. Después los trasladarán a una docena de ánforas. Cada tres meses abrirán tres, para comprobar cómo evoluciona el vino y analizarlo. Esto también les permitirá investigar cómo lo conservaban los íberos para que no se volviera agrio.

La iniciativa la desarrolla la facultad de Enología junto con la de Historia, que fue quien propuso hacer este ejercicio de arqueología experimental. "No es vino íbero, sino que es vino hecho con técnica íbera", concretó Jordi Diloli, profesor del departamento de Historia e Historia del Arte de la URV. En el estudio participan voluntariamente alumnos de ambas facultades y los impulsores esperan publicar los resultados de aquí más de un año.

En los últimos días los investigadores han hecho la vendimia en los viñedos de Mas dels Frares y han extraído las uvas de la variedad tempranillo, que ya han comenzado a prensar con los pies. El mosto, que incluye pulpa y algún grano de uva, reposará unos días en unas jarras de cerámica. "Esto hará que fermente de forma natural", indicó Fernando Zamora, director técnico de la bodega experimental de Mas dels Frares. Después, se separarán las pieles del vino y se dejará reposar unos días antes de ponerlo en doce ánforas.

Cada tres meses abrirán tres para estudiar cómo el líquido ha evolucionado a nivel microbiológico, químico y sensorial. Esto les permitirá saber qué microorganismos se desarrollan durante la fermentación. "Estamos haciendo cosas antiguas aplicando toda la tecnología moderna para entender qué vinos tenían en aquella época y cómo evolucionaban", concretó Zamora.

La conservación es otro de los elementos destacados del estudio. Diloli expuso que en la antigüedad el vino era la bebida más preciada y dejó entrever que tanto íberos como romanos añadían algunos ingredientes para disimular el sabor de vinagre que cogía el vino a lo largo de los meses, como miel, hierbas o dátiles. Esto les permitía beber todo el año.
 

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