La agresión a médicos no cesa ni en pandemia: «Los insultos son por teléfono»

La violencia contra los sanitarios se redujo en 2020 pero toma nuevas formas telemáticas. En Tarragona hubo una cada seis días. El 77% son en Primaria. Seis de cada diez son a mujeres

22 marzo 2021 16:10 | Actualizado a 22 marzo 2021 17:22
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Las agresiones a sanitarios no cesan ni durante una pandemia. A pesar de la revalorización y la reivindicación de la profesión por el esfuerzo de médicos y enfermeras –con los aplausos de las ocho de la tarde del confinamiento como principal exponente– el colectivo se sigue enfrentando a la violencia en entornos como los hospitales y, sobre todo, los CAP.

Los médicos de Tarragona denunciaron 57 agresiones durante 2020, una cada seis días. Supone un descenso respecto a los años precedentes, aunque no por eso es menos alarmante. «Hay que poner los datos en contexto, en una situación de estado de alarma. Solo el hecho de que se produzcan agresiones ya es preocupante. Los métodos han cambiado pero ya empezamos a ver agresiones y que nos insultan por teléfono», sostiene el doctor Manuel Carasol, secretario del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT). El descenso en la provincia es del 46%, básicamente porque ha habido menos asistencia presencial de pacientes a los ámbitos sanitarios debido a la pandemia. En esta casuística, hay un perfil especialmente perjudicado, que es el de la doctora que trabaja en un ambulatorio. Así, el 63% de agresiones en Tarragona son a mujeres y, una gran mayoría, en concreto el 77%, tienen lugar en la atención primaria, esa parte del engranaje sanitario más frágil. La saturación de trabajo ha recaído en estos profesionales, sobre todo durante los picos de las olas, en la medida en que han tenido que asumir tanto el diagnóstico de los positivos como su seguimiento y el rastreo.

«El reconocimiento social parece que no ha servido. Las agresiones se producen en la misma frecuencia»

El impacto del virus

«Un 10% de las agresiones están relacionadas directamente con la pandemia pero hay otras que, aunque de forma indirecta, también están vinculadas. Concertar visitas o pruebas, hacer informes... todo eso ha generado mucha angustia y ha sido un motivo de conflicto. La primaria ha vivido una situación totalmente atípica, porque la manera de relacionarse con el paciente ha cambiado», aclara Carasol. Asimilar la generalización de la telemedicina tampoco ha sido nada sencillo, sobre todo en aquellas franjas de edad más avanzadas y no tan familiarizadas con la tecnología. «Hay personas con problemas de accesibilidad en los que se genera un conflicto porque no terminan de entender que ha habido un cambio de modelo. El paciente se encuentra a veces con algo a lo que no está acostumbrado. Son situaciones nuevas que han venido de la noche a la mañana y a las que todos nos tenemos que adaptar», explica el doctor, que no disimula sentir una cierta decepción.

Más allá de los meses estrictos de encierro domiciliario, la dinámica negativa de violencia física o verbal contra los médicos se mantiene. «El número de agresiones no ha sufrido ni un descenso ni un aumento en la pandemia. Más o menos sigue la misma frecuencia por meses. Es verdad que después del reconocimiento que ha habido hacia el colectivo médico, era de esperar que en los meses posteriores eso se tradujera en un mayor sentir hacia nosotros, en un ponerse en la piel del médico, pero no ha sido así, las agresiones se producen en el mismo ritmo», indica Carasol.

«Notamos que la paciencia ha desaparecido, que algunos no entienden que no estamos en una situación normal»

La sobrecarga de trabajo derivada del virus no ha beneficiado. «Notamos que la paciencia ha desaparecido, que la gente no termina de entender que no estamos en una situación normal, aunque ya no haya confinamientos. Nos sentimos presionados», decía durante el verano pasado Jordi Daniel, médico en el CAP de Salou y miembro de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (CAMFiC). El tiempo en ser atendido también influye. Jordi Daniel hace una comparativa de los momentos más críticos de la pandemia. «Hace dos años, antes de la pandemia, una agenda normal pactada eran 30 visitas de pacientes al día y una o dos a domicilio. Ahora estamos hablando de 50 o 60 llamadas al día y cinco o seis visitas a casas. Y lo que haga falta después, porque hay que tener en cuenta que algunas personas a las que llamas por teléfono tienen que acudir a tu consulta para acabar de ver o solucionar el problema, así que la situación de estrés es muy alta».

Ellas, más vulnerables

Sin llegar al límite de la agresión, algunos médicos tarraconenses denunciaron durante el año pasado haber recibido presiones por parte de pacientes para quedar eximidos del uso de mascarilla. El propio COMT emitió un comunicado en el que sostenía que «el médico no tiene obligación de hacer certificados que eximan del uso de la mascarilla».

Así, ha cundido un cierto ambiente de crispación y hasta de enfado por parte de los usuarios, obligados a soportar esperas, sobre todo en las tres olas. Las discrepancias con la atención médica recibida, con el hecho de no recetar lo que el paciente propone o que los informes no sean acordes con las pretensiones son algunos de los motivos que desencadenan unos comportamientos agresivos que tienen una clara diferenciación según el género. Seis de cada diez víctimas son mujeres, según los datos recopilados por el COMT durante el año pasado. «La mujer es más vulnerable, sobre todo en los enfrentamientos presenciales. Parece que es más proclive que ellas reciban ese tipo de agravios, como insultos, sobre todo delante de un agresor masculino. Al fin y al cabo, la violencia o la agresión en un entorno sanitario no es más que una extensión de la que se da en otros ámbitos de la sociedad», cuenta Manuel Carasol.

Las esperas o la dificultad de la telemedicina están detrás de algunos conflictos con pacientes 

Concienciación para denunciar

La estadística ofrece un dato a tener en cuenta. El 100% de las agresiones denunciadas son en el ámbito público, lo que lleva al doctor Carasol, del COMT, a hacer una reflexión: «Intentamos comunicar que no son tan importantes los casos que afloran como los que no. Por eso estamos muy encima de una campaña contra la agresión y de hacerla llegar a todos los colegiados, en el sentido de que cuando existe violencia hay que denunciarla». De ahí que el Col·legi esté impulsando actividades de concienciación y difusión para concienciar en la denuncia, «sobre todo entre aquellos profesionales que pertenecen a proveedores de salud no tan amplios».

Pese al trabajo de denuncia realizado en los últimos años, el COMT trabaja para seguir dando ejemplo. «Casi el 13% de agresiones que registra la Organización Médica Colegial de España proceden de Tarragona. No es porque aquí haya más violencia, sino porque estamos muy sensibilizados con el tema», cuenta Carasol. El ente provincial aboga por establecer los nexos con fiscalías y los cuerpos de seguridad para «proteger al médico que recibe una agresión». «No se trata solo de una denuncia pública o de una visibilización, sino de que esa afrenta se encauce adecuadamente, a través de la policía o de los juzgados, y de que tenga el recorrido pertinente para que no quede impune. Todo sirve, todo hay que denunciarlo para evitar que quede en nada», zanja el doctor Carasol.

Comentarios
Multimedia Diari