La bandera de Tabarnia ya ha llegado a Tarragona. La enseña de la región que nació en torno de burla por parte de movimientos anticatalanistas ya se puede ver colgada al menos en una ventana de Tarragona, en la calle Ramón y Cajal, entre las calles de Vidal i Barraquer y Frederic Mompou.
Durante las últimas semanas, algunos sectores de Ciutadans, PP y otros partidos constitucionalistas, así como medios de comunicación españoles, han empezado a dar voz a los portavoces y defensores de Tabarnia, una región ficticia que, de existir, incluiría una parte de la costa catalana, desde un trozo de la comarca de la Selva hasta el Baix Camp al completo.
La tesis de sus defensores es que se trata de una región que, en caso de independencia de Catalunya, exigiría la su independencia respecto a la misma y su adscripción a los valores de la Constitución española.
A pesar de la mofa que despierta el concepto de Tabarnia, hace 15 días un grupo de defensores de la misma aseguraron que no es «una ocurrencia ni una broma», sino la «respuesta natural de un pueblo» que representa a la «disidencia silenciada» y que quiere hacer frente al «apartheid ideológico impulsado por el separatismo», un «movimiento» que ya tiene un «presidente en el exilio», el dramaturgo Albert Boadella.