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La temporada turística en la ciudad de Tarragona ha arrancado con una Semana Santa más floja y a la espera de conocer qué impacto tendrán los Juegos del Mediterráneo. Con este telón de fondo, el sector del cámping ha invertido entre 1,5 y 2 millones de euros para el mantenimiento de sus instalaciones. Así lo asegura el presidente de Tarragona Càmpings, Agustí Peyra, quien explica que esta cifra podría ser hasta tres veces superior si no fuera por la burocracia en las tramitaciones urbanísticas. Aquí incluye tanto la aprobaciones de planes especiales como la concesión de licencias.
«No son inversiones para ampliar las instalaciones, sino para seguir mejorando y modernizando nuestros campings», asegura Peyra. El colectivo estima en cinco millones de euros la cifra que está bloqueada por culpa de estas limitaciones.
La suma debería permitir renovar instalaciones como las piscinas y las zonas de deportes, y afrontar cambios como la transformación de unos bloques sanitarios a spa. «Son cambios necesarios para satisfacer a una demanda cada vez más exigente, para que podamos seguir siendo competitivos y referentes en Europa», argumenta Peyra.
«Más celeridad»
La situación no es nueva. Lleva años afectando al colectivo y el año pasado Càmpings de Tarragona, que inició una nueva andadura, lo denunció públicamente en un acto de presentación. En aquellos momentos se aseguró que la partida bloqueada era de cuatro millones de euros. El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros –que estaba allí presente– apuntó que se estaba trabajando para solucionarlo. De hecho, los campings apuntan a que la relación se está trabajando en un «clima de colaboración» con la administración local, ya que cuentan con el «apoyo explícito» del máximo representante consistorial. Esto ha permitido avanzar en la modificación del POUM, para actualizarlo de acuerdo con el Pla Director Urbanístic del Sistema Costaner de 2014. Pese a ello, la tramitación de este cambio empezó hace cuatro años y aún no se ha aprobado definitivamente.
En total suman 10.000 plazas de alojamiento y están detrás de más de la mitad de las pernoctacionesEsta modificación en el plan general es el paso previo para que cada uno de los campings proceda a la redacción de su plan especial. El colectivo pide que, durante este periodo, se sigan otorgando licencias. «Aprobar un plan es un procedimiento largo y complejo, y si lo subordinamos todo a tenerlo acabado, generará un perjuicio enorme en el sector del camping de la ciudad», describe el representante de esta asociación.
Meses, incluso un año
«El nivel de colaboración es bueno pero nos falta celeridad», decía Peyra. Denuncia que la concesión de licencias y controles de actividades son trámites que «se demoran demasiado. Podemos estar hablando de plazos muy largos de meses, e incluso de todo un año», decía este empresario.
El sector quiere hacer de Tarragona una ciudad referente en este tipo de turismoLa Agrupació de Càmpings Tarragona Ciutat aglutina a siete negocios: Las Salinas, Platja Llarga, Las Palmeras, Torre de la Móra, Tamarit Park, Trillas Platja y Caledònia. En total suman 10.000 plazas de alojamiento y están detrás de más de la mitad de las pernoctaciones que se registraron durante la temporada pasada, cuando Tarragona alcanzó su récord de turistas.
Los primeros establecimientos son de los años sesenta, que han evolucionado y se han modernizado para seguir siendo un referente. «Hay una clara voluntad de modernizarnos y ponernos al día, lo que permitiría que varias de las instalaciones pudieran subir de categoría», describe Peyra. Y es que el colectivo se muestra ambicioso: «Podemos hacer de Tarragona una ciudad referente en este tipo de turismo, en la que nos visite gente de toda Europa por nuestras instalaciones».
