La calle más fotografiada de TGN se renueva un año más

Pintar pilones. Entidades y particulares se concentraron ayer en la calle Comte en la duodécima edición de la Pilons Parade

08 julio 2018 15:16 | Actualizado a 17 julio 2018 11:47
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E Ball de Bastons de Tarragona cumple 365 años, sin embargo, ayer era la primera vez que la entidad pintaba un pilón en la calle Comte. Era el gran día. Los vecinos de la calle más fotografiada de la Part Alta invitaron a toda la ciudad para celebrar la duodécima edición de la International Pilons Parade, una fiesta en la que se pintan los 47 pilones de la calle. Este año, el Ball de Bastons era una de las entidades invitadas por la organización, por su aniversario. El acto, que por norma general se celebra a principios de julio, pone en relieve de que manera la iniciativa ciudadana enriquece el panorama festivo y cultural de Tarragona. 

Los miembros del tradicional Ball de Bastons destacaron por ser muy previsores. Llegaron al lugar con una carpa blanca a cuestas para protegerse del sol. No tuvieron la misma suerte otros artistas, que aguantaron el calor durante la ejecución de la obra de arte. En algunos casos, dos y tres horas. En el pilón del Ball de Bastons no faltó ni la bandera de Tarragona, ni la indumentaria de los miembros del ball. 

Delante de ellos, se encontraban los actores y actrices del Teatre Ganyotes, quienes optaron por pintar el pilón verde, su color corporativo. Una de las monitoras decidió ir a por una sombrilla para facilitar el trabajo a la artista del grupo. 

La Pilons Parade nació hace doce años, cuando el Ayuntamiento decidió instalar unos cincuenta pilones en la calle Comte para evitar que aparcaran los coches. «Una vez, hubo un incendio y los bomberos no podían pasar. Además, una mujer tenía que ir al hospital a hacerse diálisis, pero la ambulancia no podía llegar hasta su casa porque la calle es estrecha y habían vehículos estacionados», explicaba ayer Enric Prades, presidente de la Associació de Veïns, quien recordaba cómo empezó todo. «Los vecinos decidieron pintar los pilones. Eran negros, muy feos. Y así, hasta día de hoy», relataba Prades, quien añadía que «la de este año, es la edición más multitudinaria de todos los tiempos». 

A las siete de la mañana ya había cola para reservar el pilón. Entidades y particulares no querían quedarse sin. «Estamos preocupados, porque hay gente que se ha ido sin poder pintar un pilón», aseguraba Prades, quien destacaba que «han sido muy comprensibles». Unos catorce mamotretos estaban reservados a entidades que celebraban aniversarios, como la Mulassa, que cumple 30 años, el Agrupament Escolta i Guia Alverna, la Víbria o la Associació Pessebrista de Tarragona.

No sólo había entidades, también familias. Es el caso de Carles y Georgina, una pareja de Lleida que ha venido de vacaciones con sus tres hijos a Tarragona. «Queríamos participar, coincidiendo con nuestra estancia en la ciudad», aseguraba Georgina, quien reconocía no haber visto nunca una cosa así en Lleida. 

La cuadrilla de amigos que forman los Ambraçats –participan en la Baixada de l’Àliga–, también pintaban un pilón. «El año pasado cumplíamos 5 años y nos olvidamos de venir. Hoy –ayer para el lector–, hemos vuelto», explica Carol Marín, quien enseña orgullosa un borrador, a tamaño real, del pilón. «Lo hicimos por si acaso nos quedábamos sin pilón», comentaba Marín. 

La Pilons Parade se caracteriza por ser una jornada llena de alegría, de verano y de música. «Sin embargo, este año, la fiesta no es la que queríamos, ya que teníamos previsto un concierto con Anna d’Ivori, que se ha suspendido porque todavía no hemos recibido la subvención del Ayuntamiento», aseguraba Prades, quien añadía que «nadie nos ha comunicado ni si nos la dan, ni la cantidad». 

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