La crítica y el desenfreno invaden las calles de Valls

La rúa del Carnaval de ayer no fue la excepción y estuvo a la altura de las ediciones anteriores con algunas comparsas con un fuerte componente crítico

19 mayo 2017 16:13 | Actualizado a 24 diciembre 2019 23:21
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 Quien busque glamour por Carnaval que no venga a Valls, porque en la capital del Alt Camp lo único que es válido en estas fechas es el exceso, el humor, la diversión y la crítica. Todo un homenaje al mandato del rey Carnestoltes y a sus normas transgresoras.
La rúa de ayer no fue la excepción y estuvo a la altura de las ediciones anteriores con algunas comparsas con un fuerte componente crítico. Así, abriendo la comitiva, un grupo de jóvenes hacía burla de las obras en la vía pública que últimamente el consistorio está realizando por toda la ciudad.  Una grúa con una bola de demolición iba dando bandazos, y detrás suyo los operarios iban poniendo conos por todos lados y silbando a los espectadores para que aguantasen una cinta de seguridad interminable.
La crítica municipal también estuvo presente a través de los folletos que repartían los miembros de otra comparsa, donde se destacaban algunas noticias ficticias y burlescas, como que el ayuntamiento acordaba marcar como zona azul toda la ciudad.
La rúa se completaba con disfraces simpáticos y originales, como es el caso de un grupo de flamencos, emoticonos, mexicanos o unos chicos que iban de lámpara. La fiesta empezó a las siete de la tarde desde Sant Joan ante la mirada expectante de centenares de vallenses.
Quien busque glamour por Carnaval que no venga a Valls, porque en la capital del Alt Camp lo único que es válido en estas fechas es el exceso, el humor, la diversión y la crítica. Todo un homenaje al mandato del rey Carnestoltes y a sus normas transgresoras.

La rúa de ayer no fue la excepción y estuvo a la altura de las ediciones anteriores con algunas comparsas con un fuerte componente crítico. Así, abriendo la comitiva, un grupo de jóvenes hacía burla de las obras en la vía pública que últimamente el consistorio está realizando por toda la ciudad. Una grúa con una bola de demolición iba dando bandazos, y detrás suyo los operarios iban poniendo conos por todos lados y silbando a los espectadores para que aguantasen una cinta de seguridad interminable.

La crítica municipal también estuvo presente a través de los folletos que repartían los miembros de otra comparsa, donde se destacaban algunas noticias ficticias y burlescas, como que el ayuntamiento acordaba marcar como zona azul toda la ciudad.

La rúa se completaba con disfraces simpáticos y originales, como es el caso de un grupo de flamencos, emoticonos, mexicanos o unos chicos que iban de lámpara. La fiesta empezó a las siete de la tarde desde Sant Joan ante la mirada expectante de centenares de vallenses.

 

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