La desesperación de una vecina de Torreforta: «Llevo dos meses y medio recogiendo agua las 24 horas del día»

Matilde, de 83 años, vive angustiada por una avería en la cañería principal de desagüe. La luz de su casa va y viene y no puede poner en marcha la estufa. El seguro y el gestor de la comunidad no le hacen caso

03 diciembre 2018 11:43 | Actualizado a 03 diciembre 2018 12:07
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Matilde Bueno tiene 83 años y vive en el bloque número 2 de la calle Montblanc, en Torreforta. Hace dos meses y medio, su tranquila vida cambió. Después del primer episodio fuerte de lluvias, en septiembre, Matilde detectó que bajaba agua desde el techo hasta una de las paredes de la cocina.

Se trataba de la zona en la que se encuentra la cañería principal de desagüe, que está a simple vista. Desde ese día y hasta hoy, Matilde se pasa las 24 horas del día recogiendo el agua. Además, la avería es tan grave que el agua ha empapado uno de los enchufes de la cocina, lo que implica que, cada dos por tres, salta el diferencial y la vivienda se queda sin luz y sin estufa. 

Matilde y su familia no se quedó de brazos cruzados. Primero llamaron al seguro de la casa informando de lo sucedido. Al cabo de una semana, un perito valoró la avería. La hija de Matilde, María Dolores Roldán, explica que «mi madre vive en un primero. Fuimos al segundo piso para ver si pasaba lo mismo. Y sí, la inquilina estaba igual. El perito no paraba de tomar nota y hacer fotos. En cambio, el inquilino del tercero no tiene nada. Ni una humedad». 

El perito informó a la familia de que en pocos días el tema estaría solucionado y que él se encargaría de comunicar el estado de la vivienda al gestor de la comunidad. Pero han pasado dos meses y todo sigue igual. «Mi madre no puede estar todo el día agachada limpiando el agua», explica María José, quien asegura que la situación es cada vez más grave. La familia ha perdido la cuenta de las veces que ha llamado al seguro y al gestor. «Pasan de nosotros, no nos dan ninguna solución», explica Matilde. 

A parte de estar recogiendo todo el día el agua, el problema se ha agraviado. Y es que el agua cada vez cae con más fuerza y ha empapado el enchufe más cercano, donde va conectada la lavadora. «El miércoles lo pasé muy mal. Se fue la luz y, cada vez que intentaba poner en marcha el diferencial, se volvía a apagar», relata Matilde, quien añade que «me asusté mucho, porque me daba miedo que hubiera un corto circuito.

No tenía ni luz ni podía encender la estufa. Me sentí indefensa. Por un momento, pensé en la mujer de Reus, que murió por ser desatendida». Matilde llamó a un vecino que le aconsejó que desenchufara la lavadora y que anulara todas las fases de la cocina. Desde ese día ya no puede utilizar el electrodoméstico y limpia la ropa a mano. Pero la luz sigue apagándose y la angustia es cada vez mayor.

La familia no ha recibido respuesta oficial, ni por el seguro ni por el gestor. Pero María Dolores, la hija de Matilde, ha podido saber que creen que el problema tiene el origen en un emboce en el tercer piso. «Me dicen que es una tema privativo y que tiene que hacerse cargo el propietario de la vivienda de arriba», explica María Dolores, quien asegura que nadie quiere hacerse responsable. «Esto es un sin vivir, no paro de sacar agua y me está afectando a mi salud. Tengo 83 años y no puedo estar todo el día arrodillada», relata Matilde.

Su hija no se rinde y el viernes acudió al Ayuntamiento y a los Mossos d’Esquadra para poner una denuncia. No tuvo suerte, ya que debe hacerlo en el juzgado de guardia. María José asegura que lo hará esta semana. «Nos sentimos impotentes e indefensos. Mi madre es mayor y pagamos un seguro y un gestor para que nos ayuden. Todo el mundo está pasando de nosotros. Pedimos soluciones», explica María José.

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