La difícil tarea de restaurar la estabilidad política de Torredembarra

Análisis de la situación política del municipio

19 mayo 2017 22:47 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:13
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Ni el alcalde que ganó las pasadas elecciones, Daniel Masagué (CiU), ni el que ocupa el cargo actualmente, Enric Grangel (PSC), optan a la reelección en Torredembarra, un municipio de poco más de 15.400 habitantes que tendrá que repartir sus votos entre trece formaciones políticas –dos más que en 2011–. Es junto con Tarragona, la localidad de la provincia con más candidaturas. Y eso que a última hora se ha caído de la lista el nuevo partido formado por Masagué, Units per Torredembarra, al que la Junta Electoral de Zona ha excluido por «un error administrativo».

Hacer cábalas para pronosticar qué pasará el 24 de mayo es prácticamente como jugar a ser adivinos. Los resultados son una incertidumbre dada la tremenda fragmentación política. De los teóricos grandes, el PSC y ERC son los únicos que han salido indemnes del sonado caso de corrupción que culminó con Masagué 17 días entre rejas y con concejales, empresarios y empleados municipales imputados. CiU, formación más votada en 2011 pero muy tocada por ese escándalo, concurrirá con una lista totalmente renovada después de la desbandada que ha sufrido en esta legislatura. La tarea de reflotar el partido ha recaído en su nueva número 1, Anna Magrinyà. No la acompañará la histórica concejal convergente, Rosa Maria Guasch, que lidera a Avui Democràcia-Ara.

El PSC está encabezado por el concejal Jordi Solé, mientras que ERC repite con Eduard Rovira. La ex de los republicanos Montse Gassull se ha pasado a Compromís per Torredembarra. Núria Gómez lidera al renovado PP, y otro habitual, Lluís Suñé, es por cuarta vez alcaldable de ABG.

Los pactos serán claves en unos comicios que se presumen igualados en los puestos de cabeza.

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