La escritura, a juicio

En el marco de la diada de Sant Jordi, estudiantes del último curso de Filología Catalana reflexionaron sobre qué significa y qué dificultades conlleva ser joven y escritor hoy en día

19 mayo 2017 15:32 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:32
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«Se debería seguir fomentando el amor por los libros y la cultura como opción más revolucionaria a largo plazo, como decía Montserrat Roig», defiende el escritor Rodrigo Mira. El autor de la novela El clàssic del sud participó la semana pasada en una mesa redonda celebrada en la Universitat Rovira i Virgili con el título ‘Ser jove i escriure avui’. El debate formaba parte de la programación de la Setmana de les Humanitats, un conjunto de actividades organizadas por la Facultat de Lletres con motivo de la diada de Sant Jordi. «En la universidad se estudia a fondo las circunstancias y motivaciones de los escritores consagrados pero no se trabaja el entorno de los jóvenes escritores», explica Jordi Ginebra, responsable del Grau de Llengua i Literatura Catalanes de la URV.

Los diferentes procesos de creación, las maneras de enfrentarse a las creaciones de uno mismo o los posibles registros del catalán fueron algunos de los temas que se trataron en la charla. Para Heura Jordana, estudiante de Filologia Catalana y presentadora del acto, una de las lecciones principales fue que escribir es una forma de expresar sentimientos y vivencias que no tiene edad. «El escritor siempre tiene que tener el ego literario preparado para luchar», dice Jordana. Por su parte, Mira confirma lo duro que es labrar el camino en su profesión, ya sea a base de presentarse a premios con la esperanza de obtener visibilidad y capacidad económica o a base de llamar puerta a puerta hasta encontrar a alguien que reconozca tu talento. «El mundo editorial es una selva si nunca has puesto los pies», revela el escritor.

Según datos del último informe de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC), el 83% de los escritores de su asociación compaginan su actividad con otra profesión debido a que la escritura no les reporta los ingresos suficientes para vivir. «En mi caso, vivir de la literatura catalana no da para pagar el alquiler porque la escritura sólo le importa a los escritores o, en todo caso, a los lectores», cree Mira. En su opinión, el panorama literario genera productos inservibles a efectos de escritura como arte, «a partir de ahí, destrozar ese legado debería ser la obligación de nuestra generación».


El papel de los estudiantes
«Lo más destacable es que los propios alumnos de último curso se implicaron de inmediato en la organización y difusión del acto», reconoce Ginebra. Así pues, ellos fueron los encargados de escoger a los escritores que participarían en la mesa redonda mientras su profesor se ocupó de la coordinación y de la reserva del espacio donde se llevó a cabo el debate.

El criterio más importante a la hora de seleccionar los ponentes fue su edad y su disciplina, ya que el objetivo era reunir un representante de cada género literario. Finalmente, acudieron a la cita Raquel Estrada, para hablar de su poesía; Albert Pardo, de su obra de teatro, y el novelista Rodrigo Mira. «Como jóvenes que somos, creemos que es una manera de fomentar la escritura pero también el interés por la filología catalana», opina Jordana.

Eventos como este fomentan la visión de la universidad como espacio donde intercambiar y debatir ideas, así como el trabajo en equipo entre compañeros. Además, enriquecen los contenidos curriculares. «Les hace ver que la literatura es una cosa viva», añade Ginebra. Una manera más de reivindicar la profesionalización de la escritura. «Estaría bien que se valoraran las librerías, los libreros y los autores, y en general todo el mundo que rodea el libro, durante todo el año, no solo cuando lo marca el calendario», concluye Mira

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