La Escola Sant Salvador de Tarragona ya ha inaugurado los Juegos

«Quiero que cuando los niños vean los Juegos (Mediterráneos) por la televisión piensen: ‘Yo, si me lo propongo, también puedo estar allí». Lo explica entusiasmada Carmen Expósito, profesora de Educación Física de la Escola Sant Salvador. 

Y sabe de lo que habla;  ex atleta de alta competición ( salto de altura) ha traído a la escuela la antorcha que ella misma llevó durante las Olimpiadas de Barcelona 92 para que los alumnos  puedan hacer relevos y pasarla unos a otros por toda la escuela.

Era el punto de partida de la inauguración de sus propios Juegos Mediterráneos que organizaron los de profesores de educación física de la escuela, ella y Rubén Vílchez y los que participan entusiastas los 388 alumnos del centro.

Además del recorrido de la antorcha, en al ceremonia de inauguración de este mañana , no ha faltado ni el desfile de las delegaciones de los distintos países, Francia, Turquía, Egipto... con las banderolas hechas por los propios alumnos  a los que había que sumar un nuevo país creado por los niños:Sansa (San Salvador, su barrio).

Bajo un sol inclemente ha habido coreografías y momentos simbólicos como la creación, con cajas, de un barco que llevaría por el Mediterráneo los juegos a buen puerto. Los más pequeños, con pompones fabricados por ellos mismos, son los encargados de animar la fiesta.

Pruebas

Pero esto era sólo el principio. A lo largo del día de mañana también tendrán lugar las olimpiadas  propiamente dichas.

Y aquí también hay una peculiaridad: los profesores de educación física se han encargado de idear algunas pruebas que ya han ido practicando a lo largo del último trimestre y en las que han incorporado conceptos de otras asignaturas.

Se trata de carreras y saltos de relevo, por ejemplo, en los que hace falta hacer cálculos matemáticos para poder competir. También hacen relevos en los que hay que leer, memorizar y luego escribir frases u ordenarlas. Contarán, además, con fútbol, baloncesto y balonmano (este último con gran arraigo en el barrio). 

No les faltará ni siquiera el deporte de exhibición: una muestra de la clase de psicomotricidad de los de preescolar. Y es que los profesores de educación física han encontrado que la letra, con deporte, entra.

A juzgar por el entusiasmo de los pequeños deportistas, la idea ha calado. Y sino basta con preguntarle a Jeremiah Oduware, de 12 años y uno de los niños que compañeros y profesores coinciden en que es un futbolista muy bueno. «A mí claro que me gustaría participar en unos Juegos Mediterráneos, espero llegar algún día», apunta.