La eterna transición

La crisis entre PDeCAT y Junts divide aún más al espacio convergente, que ha perdido el 68% de los votos en TGN desde que dejó la alcaldía

02 septiembre 2020 17:40 | Actualizado a 18 enero 2021 13:12
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El espacio de la antigua Convergència i Unió sigue en una eterna transición, dividiéndose cada vez más y sin encontrar el rumbo especialmente en la ciudad de Tarragona. La reciente polémica entre el Partit Demòcrata –PDeCAT– y Junts per Catalunya es un nuevo contratiempo para una formación que, desde que abandonó la alcaldía en 2007, ha perdido en Tarragona el 68% de los apoyos que le permitieron mandar durante casi dos décadas en la Plaça de la Font.

Hace 13 años, la antigua CiU experimentó en la ciudad una primera transición con la histórica marcha de Joan Miquel Nadal, que fue relevado por un Joan Aregio que, en 2011, dejó su puesto a Victòria Forns. Todo ello provocó que los convergentes pasaran de los 19.569 votos de 2003 a menos de la mitad solo ocho años después: 9.920.

El inicio del Procés generó la crisis definitiva entre CDC y Unió Democràtica. Pese a ello, en 2015 aún se presentaron juntos, obtuviendo unos pésimos resultados con Albert Abelló a la cabeza: 5.546 apoyos, bajando de 7 a 3 concejales tras la deserción de varios cuadros del partido hacia el Ara. En ese momento la antigua CiU se rompió y, poco después, CDC se transformó en el PDeCAT en verano de 2016, usando la marca de Junts tanto en las elecciones autonómicas de finales de 2017 como en las Generales y Municipales de 2019, donde Junts per Tarragona logró al final ganar votos y superar los 6.000 apoyos, esto sí, quedándose en los tres ediles de la mano de Dídac Nadal. La crisis de CiU derivó también en la creación de varios partidos: Lliures, Convergents, la Lliga Democràtica y, más recientemente, el Partit Nacionalista Català de Marta Pascal por parte de CDC, y Units per Avançar y Demòcrates desde Unió.

Reunión en los próximos días

Ahora, las fricciones aparecidas entre el Partit Demòcrata y la nueva marca de Puigdemont puede frenar la linea ascendente que parecía haber retomado la formación que gobernó en la ciudad desde 1989 hasta 2007. Por ello, las fuentes consultadas por el Diari afirman que el presidente local del PDeCAT, Oriol Vázquez, convocará para la próxima semana un Comité Executiu Local (CEL) para abordar una situación que, a nivel de Catalunya, ya ha derivado en una fuga de afiliados y dirigentes hacia el proyecto liderado por el 130º President de la Generalitat.

En Tarragona ciudad, de momento, solo ha dimitido un integrante del órgano municipal de dirección –Quim Amorós–, y se han registrado «cinco ó seis bajas más», según se indica desde el partido. Una de estas es la del histórico Jordi Sendra, quien fue concejal del Ayuntamiento de Tarragona, diputado y senador. Hasta la fecha, los dos concejales que son miembros del Comité Local –Dídac Nadal y Cristina Guzman– no se han posicionado, como tampoco lo ha hecho el jefe local, Oriol Vázquez.

TGN, donde hay menos bajas

El secretario de organización del PDecAT, Ferran Bel, asegura a este periódico que la ciudad y la demarcación de Tarragona es de las zonas donde se han producido menos fugas hacia el movimiento de Puigdemont, ya que los cambios se han dado principalmente en Girona y algunas zonas de Barcelona. «En algunas comarcas hay presiones, pero en general aquí la situación es de tranquilidad. Además, apostamos por la estabilidad y que todo esto no afecte a la gobernalidad en las instituciones», afirma el alto cargo de la formación soberanista.

De momento, varios cargos ya han anunciado que dan el paso, como el presidente del Port, Josep Maria Cruset; la senadora Assumpció Castellví; el diputado Albert Batet; el delegado del Govern en el Ebre, Xavier Pallarès; la alcaldesa de Valls, Dolors Farré; los directores de Serveis Territorials Joan Plana, Carme Mansilla, Trinitat Castro y Mònica Solé; y altos cargo del Govern como Annabel Marcos, Josep Maria Tost, Jordi Jardí o Joan Pere Gómez.

Por contra, los pesos pesados del PDeCAT en la provincia optan por mantenerse en el partido. Estos son los casos del alcalde de Reus, Carles Pellicer; la alcaldesa de Tortosa, Meritxell Roigé; el vicepresidente primero de la Diputació, Joaquim Nin; el presidente de la Associació Catalana de Municipis (ACM), Lluís Soler; o históricos como Cèsar Puig. Ellos son los pilares de un partido que, con solo cuatro años de vida, ya sufre su primer gran tsunami.

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