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El sector del transporte –siguiendo los pasos de otros como la hostelería o la agricultura– advierte: faltan conductores profesionales para asegurar el relevo generacional de los chóferes de camión y de autocar en España durante los próximos años. De momento, y aunque con dificultades para cubrir vacantes, las empresas de transporte van tirando, aunque advierten de que en pocos años el problema se convertirá en verdaderamente preocupante si no se incorporan nuevos conductores.
En concreto, el director de la Federació d’Autotransport de la Província de Tarragona (FEAT), Josep Lluís Aymat, es muy claro al respecto: «Dentro de pocos años estaremos ante un tema de alarma pública. ¿Cuándo? Pues dependerá del tiempo que tarde el Gobierno en apostar por una Formación Profesional para jóvenes que ofrezca formación de conductores profesionales. Es un trabajo que hay que proteger, porque no debemos olvidar que todo lo que consumimos llega en camión hasta nuestras tiendas o supermercados».
La realidad es bien clara, según explica al Diari el propio Aymat: «Faltan conductores de camión y de autocar, sobre todo de los que hacen rutas largas que implican estar, como mínimo, entre tres y cuatro días fuera de casa. Es complicado encontrarlos porque es un trabajo que comporta una disociación importante de la vida familiar, ya que conlleva estar todos los días en la carretera. Es diferente los transportistas que hacen rutas más próximas, que duermen en casa. La gente prefiere tener un trabajo con más calidad de vida, aunque ello comporte cobrar menos dinero».
Además de ser –el de camionero o conductor de autocar de rutas largas– un trabajo «poco agraciado y muy sacrificado, tiene un coste económico importante de obtención: sacarse el carnet de conducir puede oscilar entre los 3.000 y los 4.000 euros», añade.
Todo esto se traduce en que, a día de hoy, la media de edad de los conductores profesionales sea superior a los 50 años y en que «sea muy difícil encontrar algún camionero o conductor de autobús de menos de 30 años o que sea vocacional», comenta el director de la FEAT.
Vocación temprana
Es difícil encontrar conductores profesionales jóvenes y con vocación, pero el caso de Arianna Sabaté demuestra que no es imposible. Esta joven de Falset es un ejemplo de que el trabajador vocacional todavía existe. A punto de cumplir los 32 años, lleva dos trabajando como conductora en la empresa de autocares Transports Públics del Priorat i Domènech. Arianna recuerda que «cuando era pequeña veía los vehículos de Autocars Domènech y me quedaba fascinada. Me llamaban mucho la atención. En mi familia no ha habido nunca ningún conductor de autocar, pero yo siempre había querido trabajar en Autocars Domènech».
Tenía muy claro lo que quería ser desde un punto de vista laboral. Por eso, en cuanto pudo, esta joven se puso a trabajar para reunir dinero y «poder sacarme el carnet de autocar. Al final tuvieron que ayudarme en casa. Primero me saqué el de coche y después, el de autocar».
Aunque su idea inicial era la de sacarse los dos carnets (autoús y camión), al final Arianna tuvo muy claro que «donde más me veía era al volante de un autocar, por lo que al final no me saqué el de camión».
Pero, ¿verdaderamente la dureza del trabajo es la única causa de que cueste encontrar conductores profesionales? Aunque en menor medida, en los últimos años también se han producido algunas circunstancias que han llevado a que se expidan menos carnets de conducir de este tipo. Por ejemplo, Josep Lluís Aymat recuerda que «en España, el servicio militar fue siempre una gran cantera de conductores de camión, porque muchos jóvenes aprovechaban para sacarse el carnet gratis y después convalidarlo. Aunque estos jóvenes paraban su actividad laboral por la mili, al acabarla aprovechaban el carnet de camión para abrirse muchas puertas laborales. En muchas flotas, la mitad de sus camioneros, o incluso más, se habían sacado el carnet en la mili. Pero claro, la mili desapareció hace 20 años».
Esto provocó, hace ya unos cuantos años, que la expedición de carnets de conductor profesional fuesen cayendo poco a poco. «La DGT expedía más de 100.000 al año y esa cifra ha disminuido en una sexta o séptima parte», asegura el director de la FEAT.
De hecho, cuando empezaron a escasear estos conductores en Catalunya, «las empresas de transporte empezaron a buscarlos en otras comunidades de España, como Andalucía o Extremadura. Después se pasó a contratarlos en países de la Europa del Este y, por último, en países sudamericanos deprimidos económicamente. Pero ahora tampoco se encuentran fuera», se lamenta Josep Lluís Aymat.
Una bolsa de 600 alumnos
La parte positiva de esta noticia podríamos encontrarla en que, según confirman desde la Associació d’Autoescoles de la Província de Tarragona, se estaría empezando a notar un aumento del interés por sacarse el carnet de conductor profesional. Carles Oliver, presidente de esta entidad que reúne a las autoescuelas de la provincia, asegura que «me llega por parte de las autoescuelas que es cierto que están notando más demanda de conductores que se quieren sacar el carnet de camión o de autocar».
Además, después de un tiempo en el que han salido muy pocos exámenes –no solo de conductores profesionales sino en general–, Oliver confirma que «en la provincia de Tarragona existe en la actualidad una bolsa de unos 600 alumnos aspirantes a conductores profesionales con la mecánica y la pista aprobada y que en breve se examinarán de circulación». Por este motivo, el presidente de la Associació d’Autoescoles de la Província de Tarragona ha hablado con las autoescuelas para que vaya preparando a estas personas. Un examen de camión dura unos 50 minutos, lo que significa que solamente se pueden examinar 7 al día.
