La historia a través del arte rupestre

Se cumplen 20 años de la inclusión de las pinturas prehistóricas en la lista de Patrimonio de la Humanidad

30 noviembre 2018 10:17 | Actualizado a 30 noviembre 2018 10:19
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Los primeros artistas de la historia dibujaban sus mensajes en la roca en forma de pinturas rupestres. Gracias a esa inquietud humana por dejar huella, un legado o la necesidad de decir «yo estuve aquí», encontramos testimonios gráficos desde el final del Paleolítico hasta la Edad del Bronce o del Hierro. En Tarragona se esconden algunas de esas primeras narraciones de la prehistoria europea, un rico marco que está en plena celebración.

Se cumplen 20 años de la inclusión en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco del arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica. La Roca dels Moros en el municipio del Cogul (les Garrigues) fue el yacimiento escogido para el acto conmemorativo de ayer. Reunió a los mejores especialistas, como el conocido Eudald Carbonell –siempre acompañado de su sombrero–, Jordi Pardo o Ramón Viñas, y también representantes de los yacimientos de Tarragona. 

Antes de abordar el tema, vayamos veinte años atrás. El expediente que se incluyó en la lista de la Unesco contenía un total de 757 yacimientos de seis provincias de la Península. Unos sesenta estaban en Catalunya, de los cuales una veintena en la provincia de Tarragona. Se trata del arte rupestre levantino, un testimonio que nos habla del mundo real y simbólico de los pueblos prehistóricos que habitaban en la ribera mediterránea antes de los primeros alfabetos. 
Algunas de las más destacadas son las de Ulldecona, las de Cabra Feixet de El Perelló, las de Tivissa, las de Vandellòs, y las de Montblanc en el marco natural de las montañas de Prades.  

Ahora volvemos a nuestros días. Durante estos veinte años, desde la Administración pública se ha trabajado en la documentación, protección y difusión de las pinturas rupestres. Por otro lado, también se han encontrado otras de nuevas. Si hace veinte años se catalogaron unas sesenta, hoy en día contamos con 130. En este plazo se han descubierto cerca de setenta pinturas nuevas, más del doble, que no se pueden incluir en la lista de la Unesco. 

«Resulta complicado añadirlas al inventario mundial. La Unesco es reacia a la ampliación de bienes ya catalogados. Quizá sería más sencillo tramitar un expediente nuevo. Pero ahora mismo hay mucha peticiones y parece que la asociación está priorizando bienes de zonas en déficit de inscripciones, como fuera de Europa», explica Maite Miró, del Servei d’Arqueologia i Paleontologia de la Generalitat. No por ello las nuevas pinturas están desamparadas. Desde que son descubiertas, se analizan y se incluyen en la Llei de Patrimoni Cultural Català. De esta manera se les aplica la máxima categoría de protección.

La zona en la que se han descubierto más manifestaciones es en el Priorat. Si hace veinte años solo se había catalogado el Abric de Gallicant en Cornudella en esta comarca, desde entonces se han descubierto 43 conjuntos, sobre todo en Capçanes.
Allí encontramos los abrigos del barranco de La Vall y La Parellada. En La Vall 2 hay una de las pinturas más singulares de Catalunya.

La escena representa la matanza masiva de un grupo de 28 personas. El relato plantea interrogantes sobre los motivos de la masacres, y nos muestra que nuestra especie ya era capaz de llevar a cabo actos de violencia extrema hace casi 10.000 años. Vemos arqueros atacando a otros individuos, pero lo más llamativo son las personas que se echan la mano a la cabeza. Una muestra de dolor, abatimiento y derrota. La muerte provocada por las flechas queda reflejada en la piedra.
Otra de las nuevas pinturas más destacadas se halla en el Cocó de la Gralla de Mas de Barberans. En ambas localidades se han restaurado y protegido las pinturas con vallas para evitar actos vandálicos, cuentan con paneles informativos, y son visitables. 

Estos descubrimientos se dan por campañas de investigación, pero sobre todo por azar. Tanto por el aumento del senderismo como por los agentes forestales o el crecimiento de la afición por la montaña. 

Para conocer la importancia de estas manifestaciones hay varios centros de interpretación. En Montblanc está el Centre d’Interpretació d’Art Rupestre de les Muntanyes de Prades, y en Ulldecona el Centre d’Interpretació d’Art Rupestre Abrics de l’Ermita.  Ofrecen una visión de este arte así como de su entorno.

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