La histórica mercería Cal Manquet de TGN ya tiene fecha de cierre

Cerrará finalmente el próximo 31 de agosto, después de 105 años de actividad en el centro de Tarragona. 

07 julio 2018 17:17 | Actualizado a 16 julio 2018 17:24
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El emblemático negocio, situado en la calle Sant Francesc, inició en abril su proceso de liquidación, poniendo de esta forma el punto y final a una trayectoria que empezó en 1913. Inicialmente, la idea de Gemma Pàmies y Jaume Fortuny era la de cerrar antes de verano, pero finalmente este calendario se ha retrasado hasta el 31 de agosto. «Aún tenemos mucho genero por colocar» afirman los propietarios del negocio, que están en su actual ubicación desde el año 2002. El comercio abrió en la Rambla Nova, ubicación en la que estuvo hasta hace 16 años. 

«Cerramos porqué no tenemos relevo. Nuestro hijo es cocinero y no quiere continuar con el negocio. La verdad es que es muy sacrificado y, hoy en día, cada vez cuesta más vender nuestro producto. Antes teníamos tres dependientas, pero ahora con nosotros dos ya es más que suficiente» indica Fortuny, quien lamenta que aparte del volumen de ventas, «lo que nos preocupa más es el pago del alquiler de 1.200 euros al mes, así como los impuestos. Además, quien coja el local deberá hacer una reforma en profundidad». Por ello, desde hace semanas que en la entrada tienen un carte que dice «¿nos ayudáis con la liquidación?». «Al principio vino mucha gente a comprar, pero tenemos tanto que no acabamos nunca. Además, no vendemos online» bromean. 

¿Desertización?

Fortuny y Pàmies no son optimistas con la situación del comercio en Tarragona. «Desde el Ayuntamiento reconocen que se cierran comercios, pero dicen que también se abren, pero que abran y cierran tantos negocios en un mismo local no es bueno, ya que no hay ni continuidad ni estabilidad» afirma Jaume Fortuny. 

Sobre el futuro, los responsables de la mercería temen que el centro de las ciudades se deserticen. «Los jóvenes que tienen una carrera no quieren ser comerciantes. Es normal, pero también es una lástima porqué la ciudad, sin comercio, pierde personalidad. En los pequeños negocios hace mucho el trato personal, mientras que en las grandes superficies todo es mucho más frío. Pero si es lo que la gente quiere, es ley de vida...» lamenta finalmente Fortuny.  

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