La hora de los valientes

No solo no cierran, sino que se expanden e invierten para crecer en tiempos aciagos de la economía. «Es de locos», confiesan ellos, pero dan un ejemplo de osadía para crear trabajo

24 mayo 2020 07:07 | Actualizado a 25 mayo 2020 10:42
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

«Nos la jugamos. Abrimos un nuevo local»

Ni la pandemia ha acabado con el ímpetu emprendedor e imbatible del hostelero Matías Salas. «Nos la jugamos, con nuestra sangre y nuestras lágrimas, lo hemos pasado tan mal que el objetivo a partir de ahora es ser positivos», reconoce, sabiéndose que se encamina a una nueva aventura a la que no renuncia aunque pinten bastos: en plena desescalada va a abrir a finales de junio un frankfurt en la Rambla Francesc Macià de Tarragona, cerca de Casa Matías, un local popular y de éxito en la zona aunque, como todos, golpeado fieramente por el cierre forzoso de casi dos meses. 

«Siempre he creído en esta zona de Tarragona, junto al hospital, que crece más allá de El Corte Inglés, y apuesto por ella porque estoy enamorado. A mediados del año pasado tuvimos la idea de montar un negocio distinto. Empezamos el proyecto en enero y ya teníamos invertido un 80%, así que ahora, para no perder eso, lo que vamos a hacer es acabar y abrir», cuenta Matías, siempre entusiasta y con alma de empresario inquieto. 

Los trabajadores de la reforma han vuelto a la obra esta misma semana y retoman lo que quedó parado cuando llegó el estado de alarma. «No quiero saber nada de negatividad. Hemos pasado por un momento duro, pero ahora abrimos los ojos y deseamos que todo vaya bien», confiesa Matías. 

Su nuevo negocio será un complemento a los menús que sirve en el establecimiento junto a la Torre dels Vents: un frankfurt muy inspirado en el autoservicio, para consumir en el local o llevárselo. «Queríamos montar algo diferente, es un sistema nuevo, basado en un producto económico: frankfurt, salchichas blancas, Bratwurst, bocadillos, patatas fritas y refrescos. Teníamos la idea de fomentar el sistema de autoservicio porque no es muy común». Parte del impulso para acabar la obra lo da el buen funcionamiento en Casa Matías en la desescalada. «Está yendo bien después de haber vuelto, no nos podemos quejar», explica. 

Como parte de la restauración y los bares, sobre todo las terrazas, han notado una vuelta a la nueva normalidad prometedora, que invita a pensar en que la recuperación no sea tan larga y costosa después del duro apagón por el confinamiento. Gracias a eso, ha podido sacar a parte de su plantilla del ERTE. Ahora también prepara las incorporaciones de trabajadores que deberán llevar el nuevo frankfurt, todo ello con su espíritu apasionado, inquebrantable pese a los recientes disgustos del virus. «Junto a mi mujer, somos un matrimonio al que siempre nos ha gustado invertir y crear empleo. Esto no nos ha echado para atrás. Al contrario. Creemos que vamos a volver más fuertes y mejores». - R.Cosano

 

«Empecé la pandemia como autónoma y saldré con dos nuevas sociedades»

El histórico Hostal Sport de Falset ha cerrado puertas por primera vez en sus 97 años de historia con motivo de la declaración del Estado de Alarma. Ni la guerra civil provocó que el emblemático establecimiento familiar del Priorat cesara su actividad. Pero como se dice toda crisis es una oportunidad y en el caso de Marta Domènech, la pandemia le ha servido para tirar adelante proyectos que hace tiempo le rondaban por la cabeza. Uno de ellos arrancará esta misma semana. Se trata del portal de e-commerce Fet al Priorat, «el Amazon del Priorat» como ella dice.

La plataforma nace con el apoyo de una veintena de productores del territorio. A través de ella venderán aceites, vinos, frutos secos, productos de huerta, quesos, carne y cosmética natural. «Con el ritmo habitual en la terraza, el restaurante y el hotel no sé cuándo la hubiéramos arrancado pero con el parón hemos podido hacerlo», asegura. La iniciativa es además oportuna. Entre las lecciones de esta pandemia, todos apuntan que, por necesidad o por conciencia, apostaremos más por proveedores de proximidad. 

El portal no es el único proyecto impulsado por esta empresaria emprendedora. El restaurante del Hotel-Hostal Sport ha sorteado la crisis con el reparto a domicilio de sus clásicos guisos y platos de la carta. La propia Marta es quien comenzó haciendo el reparto de pies de cerdo, conejo con caracoles, croquetas de setas, pollo a la cazuela y otros platos típicos de su carta y de la cocina del Priorat. Todos llegan a casa de los clientes ultracongelados y en porciones individuales. Los pedidos se pueden hacer por correo electrónico o a través del Whatsapp.

El pedido mínimo en la provincia de Tarragona es de 55 euros y en Barcelona, de 65. Y el servicio está siendo un éxito. «Hemos detectado que muchas familias están estresadas teletrabajando, con niños en casa, la colada, la limpieza, ...», asegura para añadir que han descubierto historias muy bonitas gracias a sus pedidos. Por ejemplo, la de una hija que el día de la madre llenó el congelador dee sus padres. O la de una pareja que se casó hace cuatro años en el hostal y que para celebrar su aniversario de bodas contactó de nuevo con ella. O la de un joven que ha podido celebrar sus 18 años con nueve personas en casa en la primera fase de desescalada. 

Marta no sabe cuándo podrá retomar la actividad previa a la pandemia del restaurante y del hotel y recuperar a sus doce empleados afectados por ERTE. Lo tiene todo a punto y en los últimos días ha notado más visitas a su página web pero la gente aún no reserva y ello aunque el Priorat tiene muchos números para ser uno de los destinos preferidos por los catalanes para pasar unos días de veraneo.  Mientras eso llega, tiene claro que el servicio a domicilio ha llegado para quedarse. En paralelo, ha registrado otra sociedad de la que todavía prefiere no dar detalles pero que está relacionada con la gestión hotelera. «Empecé la crisis como autónoma y la finalizo con dos sociedades firmadas». No muchos pueden decirlo. - N.Pérez

 

«Buscamos trabajadores y estamos invirtiendo en la web para envíos a casa»

En Colmado Giner, en Reus, buscan agrandar la plantilla, como si fuera el mundo al revés. En estos tiempos oscuros de desempleo y aluvión de ERTE, quieren a un carnicero porque la actividad ha aumentado, y no tienen miedo a invertir y a apostar por el crecimiento de este negocio de alimentación. «La tienda nos funciona mejor que antes.

Al haber estado los restaurantes cerrados tanto tiempo, la gente cocina más en casa y sabe apreciar la calidad y el trato personalizado», cuenta Núria Queralt, la propietaria de este establecimiento clásico reusense que también ha invertido en un sistema de ‘e-commerce’ para aprovechar otro filón descubierto ahora. «La digitalización es una necesidad. Ahora vendemos más ‘on line’. Antes ya lo hacíamos pero había poco movimiento. Ya teníamos previsto potenciar la web pero ahora se ha precipitado», cuenta Queralt. 

De hacer un 3% de las ventas solo a domicilio se ha pasado al 40%. Eso sí, al principio del confinamiento, casi el 95% de las compras que se realizaban era para llevar a domicilio. «Nos está yendo bien. La gente está acostumbrada a ir a restaurantes y disfrutar de buenas comidas. Como hasta hace poco no podían ir, venían más aquí», reconoce ella.

El negocio ha seguido en activo desde el inicio del estado de alarma, si bien tuvo que cerrar la parte de terraza. El mayor tiempo libre de la gente en casa ha generado esta oportunidad para un negocio que vive del placer y la inquietud por los buenos manjares: desde atún Balfegó, hasta bacalao, pasando por todo tipo de carnes ibéricas, y otros productos de proximidad con esos aires delicatessen. «En momentos complicados como este es importante tirar hacia adelante. Queremos consolidar este crecimiento nuevo, para mantener a los clientes que han llegado. Por eso estamos potenciando la plataforma ‘on line’, porque al fin y al cabo es la ventana al mundo». 

El Colmado Giner no solo sirve a Reus, sino también a municipios cercanos como Cambrils o Castellvell del Camp. También aquí, en este establecimiento genuino y con un toque ‘experiencial’, han enarbolado la bandera del optimismo y la perseverancia para sobreponerse. «No sé de quién es la frase que dice eso de que, cuando sucede algo malo, la gente inteligente busca soluciones y los tontos culpables. No sirve de nada lamentarse», recomienda Queralt, que sigue buscando a ese carnicero: «Quiero a alguien que conozca el oficio y al que no haya que enseñar, pero no es tan fácil». -R.Cosano

 

«¿Valientes? Cambiar de local es de locos pero somos positivos»

«¿Valientes? ¡Esto ha sido de locos!», dice Anna Plana, o mejor Anna Ítaca, como es conocida desde hace 20 años en el mundo del tatuaje y el piercing. Ha caído de pie tras este salto mortal inesperado: un cambio de ubicación, en mitad de la pandemia, con todo lo que ello implica, desde pagar doble alquiler mientras mantenía los dos locales a ver cómo una reforma en la que ha invertido 30.000 euros quedaba en el aire.

«Empecé las obras a finales de febrero y, a los 15 días, tuvimos que parar del todo. Luego conseguimos arrancar de nuevo, con mucha voluntad y pasión. Ha sido duro. Reconozco que al principio me hundí, me pilló todo de doble, con la tienda vieja y la nueva, después me he ido animando», cuenta Anna, que tuvo que hacer malabares y que vio cómo también el estado de alarma le obligó a clausurar temporalmente la tienda original, en la calle Gasòmetre de Tarragona, perdiendo así los ingresos previstos.

Pero el virus no ha parado su proyecto: acabó la remodelación del flamante nuevo local y ha abierto hace unos días. «Aún no hemos podido hacer una inauguración oficial, no podemos lucir mucho la tienda y el aforo es limitado, pero lo importante ha sido volver», concede Anna. Echarse atrás nunca fue una opción valorada en el fondo y Anna quiso tirar de valentía: «Creo que todo va a ir bien. Soy positiva, después de 20 años dedicados a esto la gente nos conoce y nos quiere. En el fondo, somos unos suertudos. Pensé en dejar el traslado pero luego vi que no era viable y que en esta vida, si tomas una decisión, tienes que seguir. Tienes que arriesgarte». 

Ítaca ya atrae a clientes en su nuevo emplazamiento, en el número 10 de la calle Fortuny, precisamente en un enclave con solera e historia: «Estamos donde estaba discos Arsis, así que es un local con carisma y eso también era un aliciente para cambiar y renovar». -R.Cosano 

 

«Voy a invertir dinero en una terraza, un proyecto que ya tenía en mente»

Josep Gonzàlez, de la Pastisseria Conde, en la calle Comte de Rius de Tarragona, se repone sin miedo de un descenso del negocio presencial, aliviado con los envíos a domicilio. «De hacer 15 encargos al mes he pasado a hacer unos 60, enviando incluso a lugares como Asturias o Francia. Hemos conseguido atraer a clientes nuevos», cuenta Gonzàlez, un clásico del comercio de proximidad. No por nada la Pastisseria Conde cumple 54 años de historia. 

Gonzàlez, además de fomentar el ‘on line’, tiene previsto sacar de esta crisis una oportunidad. «Hace tres años que quería montar una terraza fuera y ahora lo voy a hacer por fin y estoy realizando todas las gestiones. Quiero poner cuatro mesas para dar un plus de calidad, una excelencia, y que la gente pueda disfrutar de alguna tapa dulce o de un helado pero sentada en la terraza», cuenta Josep Gonzàlez.

El presidente del gremio de artesanos pasteleros en Tarragona asume la temeridad de toda ampliación: «La inversión será de unos 2.000 euros. Tiene cierto riesgo, sí, pero es algo que hay que hacer, sin ser inconsciente y sabiendo que también existe una responsabilidad con los trabajadores que dependen den ti, pero si teniendo un negocio no eres valiente no vas a ningún lado». -R.Cosano 

 

«He parado durante medio año y vuelvo a abrir la cafetería»

«Extrañas consecuencias del Covid-19. Me he encontrado a Firmo y vuelve a abrir en unos días», decía en Twitter Txaber Allué, el popular Cocinero Fiel, youtuber de éxito. El mismo Allué anunció en diciembre en redes que Firmo’s, la histórica cafetería de la Rambla Nova, cerca del Balcó, cerraba tras 32 años.

El propio Firmo dice ahora que no cerró, que ha sido un periodo de parón de medio año. «Cuando llevas toda la vida en un sitio, y estás cansado física y mentalmente, tienes que parar para descansar, aunque sea un tiempo. Paré para ver qué opciones tenía y ahora vuelvo», explica, mientras prepara el regreso de este local genuino. «No era una jubilación. Todavía tengo 57 años. Era una forma de parar un tiempo. Trabajaba más de 70 horas a la semana y llega un punto en el que debes detenerte», explica Firmo.

Desde diciembre, nada ha cambiado en la cafetería, todo está intacto, apto para volver a la actividad. Él ultima el regreso en tiempos de pandemia, sabiéndose modesto («juego en segunda división, no en primera») y debiéndose a la fidelidad del cliente de toda la vida.  -R.Cosano 

Comentarios
Multimedia Diari