La irresponsabilidad ante la bandera roja no tiene sanción

A pesar de los muchos usuarios que se bañaron la semana pasada, la Guàrdia Urbana solamente puso dos denuncias

15 julio 2017 19:18 | Actualizado a 24 noviembre 2017 19:36
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La bandera roja ondeó el fin de semana pasado en la mayoría de playas del litoral. Y aunque este color, marca que está prohibido entrar en el agua, los usuarios continuaron bañándose tranquilamente. Durante el viernes, sábado y un rato del domingo, un gran número de bañistas hicieron oídos sordos de las advertencias de los socorristas. «No son conscientes de la situación. Aunque no haya grandes olas visibles, nuestro litoral está lleno de corrientes. Si hay bandera roja, es por alguna cosa», explica Montse Font, jefa del servicio de gestión de emergencias de Protecció Civil. La gente se bañaba, pero la Guàrdia Urbana apenas sancionó.

Y es que la ordenanza municipal contempla que (...) se deben respetar los comportamientos derivados de la exhibición de las banderas o de cualquier otra señal convencional. Además, añade que la infracción de la obligación será sancionada como una falta leve. Se trata de una multa de 100 euros. Según fuentes de la Guàrdia Urbana, el cuerpo policial solamente realizó dos requerimientos y dos denuncias durante los tres días de bandera roja en Tarragona. Muy pocas, según algunos socorristas de las playas tarraconenses. El año pasado, se llevaron a cabo un total de 9 requerimientos, –es decir, avisos–, y 5 denuncias con sanción. Este periódico ha comparado estos registros con los de otros municipios del litoral tarraconense, y no cambian mucho. Las policías locales, aún teniendo una ordenanza que así lo marque, sancionan en muy pocas ocasiones. 

La ordenanza municipal contempla hasta 100 euros de multa por incumplir la señal

Según la regidora de Seguretat Ciutadana, Begoña Floria, «el objetivo no es poner denuncias, se trata de informar y de prevenir». El ritual es sencillo. Cuando hay bandera roja, los socorristas son los encargados de avisar a los bañistas de la situación. Cuando el socorrista insiste y ve que el usuario no hace caso, es cuando requiere a la Guàrdia Urbana, que también avisa y sanciona. «Llamamos a la policía en casos extremos, cuando el socorrista se ve obligado a restringir su actividad porqué algún usuario no hace caso», asegura Hugo Núñez, coordinador local del servicio de salvamento y socorrismo. El 98% de las incidencias en una playa se deben a las imprudencias de los bañistas, cosa que hace replantearse la función de la Guàrdia Urbana. ¿Con estos datos en las manos, es necesario que sancionen más? Según Núñez, «no es necesaria la multa, simplemente con la presencia de la policía ya ganamos alguna cosa. El socorrista, por desgracia, no tiene autoridad, y menos ahora que la mayoría somos muy jóvenes» y añade que «somos conscientes que la Guàrdia urbana no puede estar a la disposición de los 38 socorristas de nuestro litoral».

El debate sobre las sanciones por bañarse con bandera roja cobra vida después de la muerte de un joven tarraconense en la playa del Miracle, el sábado pasado. Montse Font, jefa del servicio de gestión de emergencias de Protecció Civil, asegura que «son pocas las sanciones que se ponen y muchos los socorristas que se juegan la vida cada vez que van a rescatar a alguien». Por otro lado, Font asegura que es importante también elaborar una normativa que regule el número de socorristas necesarios en cada zona, «ya que actualmente cubren muchos metros cuadrados». Unos y otros coinciden en que los más importante es continuar haciendo pedagogía y conscienciando de los peligros que supone la playa. De multas, pocas.

Comentarios
Multimedia Diari