La lenta decadencia de un emblema

El Hotel Imperial Tarraco abrió el 20 de julio de 1963 y, desde entonces, ha albergado los actos sociales de referencia de la ciudad de Tarragona

20 mayo 2017 11:14 | Actualizado a 23 mayo 2017 18:31
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

El Hotel Imperial Tarraco está a punto de cumplir los 54 años de actividad en su peor momento. El emplazamiento de cuatro estrellas y 170 habitaciones fue inaurado –con todos los honores– el 20 de julio de 1963 y, desde entonces, el recinto ha albergado la actividad social de referencia de la ciudad, convirtiéndose en todo un emblema de Tarragona.  Allí se han hospedado los principales representantes políticos del Estado –como Mariano Rajoy (PP), José María Aznar (PP) o José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE)–, de Catalunya –como Jordi Pujol (CiU) o Pasqual Maragall (PSC)–, artistas de la talla de Rafael Amargo o equipos de fútbol como el Atlético de Madrid. 


Pese a ello, los problemas económicos del anterior propietario –el Grupo Husa– ha llevado al negocio a sufrir una lenta decadencia que, mañana, llegará a su punto de inflexión. Y es que después de más de medio siglo de intensa actividad, el espacio cerrará y despedirá a 37 trabajadores para afrontar una profunda remodelación, que se alargará durante 18 meses y que supondrá una inversión de ocho millones de euros


Hipotecas por 6,3 millones
En los años 80, el grupo Husa –Hotelería Unida Dos, SA– compró el edificio por 204 millones de pesetas (1,2 millones de euros). Los primeros síntomas de la débil salud del hotel que fue propiedad del expresidente del Futbol Club Barcelona, Joan Gaspart, trascendieron en diciembre de 2002, cuando se conoció que el negocio soportaba hipotecas por un valor de 6,3 millones de euros. 


La más voluminosa era la contraída en junio de 1999 a favor del banco hipotecario alemán Rheinhyp Rheinische AG, con sede en Frankfurt, pero con delegación en Barcelona. Sumaba 5.589.412,57 euros  y se escrituró a un plazo de 20 años. Es decir, de no liquidarse antes, vencía en el año 2019. 


Medio año después, el 20 de diciembre de 1999, Husa escrituraba ante notario una segunda hipoteca, esta vez a nombre del Estado, por una cantidad de 721.708,35 euros, más la cantidad de 108.888,76 euros de intereses de demora. Finalmente, el 21 de agosto de 2000, Husa escrituraba una tercera hipoteca sobre el Hotel Imperial Tarraco. Era de nuevo a favor del Estado y por un montante de 84.273,13 euros, más la cantidad de 7.154,54 euros de intereses de demora. El plazo de devolución se estableció en 36 meses. 


El entonces director general financiero de Husa, Artur Cardona, restó importancia a la situación, ya que recordaba que –en ese momento– el grupo Husa contaba con activos que llegaban a los 13.700 millones de pesetas (unos 80 millones de euros). 


Dejadez y desinversión
Pese a las reformas realizadas en los años 2000 y 2006, la enorme deuda de la propiedad provocó una insuficiente inversión y mantenimiento que, poco a poco, se fue haciendo evidente. Así lo reflejaban en 2012 las opiniones que de los clientes en la página web especializada Tripadvisor, donde la mayoría de comentarios ya eran negativos en referencia a moquetas en mal estado, descorchones en paredes y muebles, grifos defectuosos, bombillas que no funcionaban, camas supletorias estropeadas, luces que no encendían, humedades, insectos, y otras quejas que muchos coincidían en calificar como impropias de un hotel de cuatro estrellas.


En ese momento, tanto el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), como el entonces presidente de la Cambra de Comerç, Albert Abelló, enviaron una carta reclamando a Joan Gaspart que pusiera solución al «lamentable» estado en el que ya se encontraba el edificio. De hecho, esta misma semana el político socialista ha reiterado sus críticas a Gaspart, asegurando que su gestión «ha sido un desastre». 


2016: subasta desierta
La situación económica de Husa le llevó a someterse un concurso de acreedores en 2014. Posteriormente, el hotel salió a subasta en junio de 2016, pero ésta resultó desierta, por lo que en diciembre de ese año fue adjudicada al mayor acreedor –Inversiete SA– como pago de la deuda.  Pese a ello, esta compañía cedió la adjudicación a un tercer adquiriente –Alta Diamond Project SL– que actualmente es el propietario del inmueble. 


De manera paralela a la finalización del proceso de subasta, Husa firmó un contrato de arrendamiento del hotel con una filial suya –HITG Explotaciones hoteleras–, una firma creada en octubre de 2016 y cuyo administrador único es el ex director general financiero de Husa, Artur Cardona.

 
Ese acuerdo fue denunciado al juzgado por parte de la titular del espacio (Alta Diamond Project SL), que decidió desalojar a la compañía gestora del hotel para llevar a cabo una profunda reforma del emplazamiento. De hecho, el pasado martes debía llevarse a cabo la vista en el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Tarragona, pero ésta fue suspendida debido a la voluntad de diálogo que mostraron ambas partes. De hecho, en la página web del negocio ya no se aceptan reservas para más allá del 21 de mayo, por lo que el cierre será inminente. 


Actualmente, la propiedad está buscando también un nuevo gestor que se ocupe del negocio. De esta forma se dará un nuevo impulso a un inmueble que, según los planes de la propiedad, seguirá siendo de cuatro estrellas y reservará una planta para un espacio de aparthotel. Las obras durarán 18 meses, por lo que el edificio estará cerrado durante la celebración de los Juegos del Mediterráneo del próximo año. 

Comentarios
Multimedia Diari