La lucha de la Part Alta por conservar un cajero

La decisión de cerrar la última oficina del Casc Antic movilizó a los vecinos para poder operar sin necesidad de abandonar el barrio

06 septiembre 2019 07:10 | Actualizado a 16 septiembre 2019 17:28
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El pasado mes de octubre, apenas un par de meses ante de la fecha crítica, los responsables de CaixaBank anunciaron su decisión irrevocable de cerrar la sucursal situada en el Carrer Major, cerca del Antic Ajuntament, el último día del año. La noticia cayó como un jarro de agua fría sobre la mayoría de los vecinos, que veían así como bajaba la persiana la última oficina bancaria del Casc Antic.

Teniendo en cuenta la significativa presencia de personas mayores en el barrio, que son precisamente quienes sufren más dificultades para adaptarse a la nueva dinámica de gestión financiera online, la Associació de Veïns de la Part Alta se conjuró para lograr, al menos, la supervivencia del cajero automático anexo a la oficina. Se perdería la posibilidad de solicitar por ventanilla la tramitación financiera que correspondiese, pero al menos se evitaría la necesidad de abandonar el barrio para realizar cualquier operación bancaria, como por ejemplo disponer de efectivo.

Un éxito vecinal

Los residentes iniciaron una movilización ciudadana para frenar la desaparición del cajero situado junto al Patronat Municipal de Turisme. Incluso se apeló a la administración local para que intercediera ante la entidad bancaria. En efecto, existía un convenio con la Diputació para este tipo de situaciones, pero sólo aplicable en el caso de pequeños pueblos. Finalmente, CaixaBank accedió a conservar el cajero, una rectificación que consiguió limitar los efectos negativos del cierre.

Pese a las recurrentes quejas desde asociaciones de vecinos y agrupaciones de usuarios de banca, algunas entidades financieras niegan que estemos asistiendo al desmantelamiento de su red de oficinas, sino ante una reestructuración de su modelo de atención presencial.

En el caso concreto de CaixaBank, tal y como comenta Nuria Domínguez Carrera, del Departamento de Comunicación, «en ningún caso estamos abandonando poblaciones rurales. Y en los núcleos urbanos, más que cerrar sucursales, lo que estamos haciendo son integraciones de oficinas». En ese sentido, la entidad reclama contextualizar el anuncio de cierre de más de ochocientas sucursales en Catalunya durante los próximos tres años. Efectivamente, el banco heredero de La Caixa ha iniciado un proceso de transformación de sus sucursales para implementar un modelo completamente diferente. «Nuestro sistema de oficinas Store busca proporcionar un mayor servicio al cliente».

Las nuevas macrosucursales de CaixaBank, como la de la Rambla Nova tarraconense, irán asumiendo un aspecto y esquema de atención similar a las grandes tiendas de Apple o Nespresso, adaptándolo al sector financiero. «Hasta ahora teníamos muchas oficinas pequeñas, y ahora avanzamos hacia una estructura con oficinas más grandes, y con especialistas en cada uno de los segmentos de negocio». El nuevo modelo incorpora también un modelo de negocio donde se entremezclan los productos nítidamente bancarios con la oferta de bienes de consumo que pueden adquirirse en la propia sucursal. Así no es extraño que la oficina Store ofrezca televisores o teléfonos móviles de última generación.

Horarios más amplios

Este nuevo modelo de oficina permite, asimismo, resolver uno de los grandes problemas a los que se enfrentan muchos clientes con una jornada de trabajo totalmente rígida: el horario de apertura. «El proceso de reestructuración de nuestra red de oficinas nos permite ampliar el horario de atención al público. Ahora, salvo los dos meses con horario de verano, mantenemos las oficinas abiertas hasta las seis y media de la tarde».

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