La luz se dispara en Tarragona un 28% y encarece los precios como nunca en nueve años

La escalada del recibo, que suma seis meses de aumento, eleva a cifras récord la inflación y las tarifas de la cesta de la compra. El IPC registra su mayor incremento en la provincia desde 2012

16 septiembre 2021 11:30 | Actualizado a 16 septiembre 2021 14:14
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La electricidad es más cara que nunca en Tarragona pero también, como en una tormenta perfecta, desencadena que los precios de la cesta de la compra se disparen a niveles de récord. Los datos provinciales que acaba de publicar esta semana el INE muestran la tendencia inflacionista que viene exhibiendo la provincia, en la línea del conjunto de España.

En agosto se dio un paso más. El IPC experimentó un aumento interanual del 3,6%. Para encontrar un incremento mayor hay que remontarse a octubre de 2012, nueve años atrás, cuando se dio un crecimiento del 4,1%. También en 2011, en plena crisis económica derivada del estallido de la burbuja, se habían producido evoluciones similares.

La inflación, esto es, los precios de lo que cuestan en general los bienes y los servicios, va siempre íntimamente ligada a lo que ocurra con el recibo de la luz, que se encuentra disparado desde hace meses. La evolución de los precios viene marcada por la partida, definida por el INE, de la electricidad, el gas y otros combustibles.

Agosto desorbitado

En ese capítulo, la tarifa se disparó un 28,5% en agosto en Tarragona, en relación con el mismo mes del año pasado. Es la mayor subida de todo el año, pero es que no se trata, ni mucho menos, de algo puntual. La tendencia es claramente alcista a lo largo de todo 2021 y, a la espera de lo que suceda con las medidas del Gobierno, seguirá in crescendo. El ejercicio arrancó con una subida de la electricidad y el gasto del 5,1% en las comarcas tarraconenses. Hubo una bajada en febrero, del 4,2%, pero fue el único respiro en todo el año.

En marzo, el incremento fue del 10,4%, y a partir de ahí se desbocó, con subidas de más del 25% que han encontrado en agosto (28,5%) su techo hasta el momento, todo ello para agobio y apuros del sufrido consumidor, que va de los hogares a los comerciantes, a la industria o a cualquiera que disponga de un negocio. A su vez, la situación, que golpea especialmente a ámbitos como la hostelería, frena la recuperación económica que ya estaba en marcha, una vez se ha superado lo peor de la pandemia y se han dejado atrás las restricciones más duras.

La luz acaba impactando irremediablemente en el resto de productos. «La electricidad es un input básico, no solo como un producto más de la cesta de la compra del IPC sino porque es fundamental en la fabricación de multitud de bienes y no se puede desligar. Todo lo que es planta industrial funciona de forma electrificada, pero también afecta a toda la actividad de ocio y de servicios», desgrana el economista tarraconense Juan Gallardo, jefe del gabinete de estudios de la Cepta. «Hay que pensar en un restaurante, en una tienda, en un almacén o en todas las cadenas de prestación de servicios. En todo eso influye, desde la fabricación a la logística, pasando por la distribución».

Gallardo indica que «en la química también es un factor importante, aunque no tan determinante como en industrias como el aluminio o la fundición». Por eso las empresas, sean del sector que sean, disponen de poco margen para asumir ese incremento de las tarifas que en una gran mayoría de los casos suele repercutir en el consumidor final. «Las empresas no tienen capacidad para absorber estos costes, así que normalmente lo repercuten en el precio final», añade Gallardo.

La energía es la clave de estas alzas. «El IPC es un número índice que sirve de referencia para actualizar y no perder poder adquisitivo. Si a la inflación general le quitas dos elementos volátiles como son la energía y los precios de las materias primas, te queda la inflación subyacente. Entonces ves que hay un factor muy concreto que está provocando esa subida», indica Rafael Muñoz, economista del gabinete de la Cepta.

También el carburante

Al incremento en el último ejercicio del IPC en Tarragona también contribuyó con un notable aumento los carburantes para los vehículos, con una subida del 12,6% en agosto. El gasóleo y la gasolina llevan anotándose crecimientos interanuales considerables desde abril, cuando se registró un aumento del 12,2%. El mayor estirón se produjo en mayo, con un incremento del 14,9%. Igual que sucede con la electricidad, se acumula medio año de subidas.

Aunque en menor proporción, hay otros productos que también se han encarecido en estos últimos meses, según el INE. Los alimentos, las bebidas no alcohólicas, los muebles, los bienes de ocio y cultura, el vestido o los artículos textiles para el hogar también han visto cómo se incrementaban los precios.

La deriva seguirá en los próximos días. El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista (pool) continúa sin freno y se ha situado para hoy, jueves, 16 de septiembre, en 188,18 euros por megavatio hora (MWh), pulverizando así el récord fijado para ayer miércoles en 172,78 euros.

Esta nueva cota supone que en sólo dos días el pool, que en España se usa para calcular la tarifa regulada a la que están acogidos cerca de 11 millones de usuarios y sirve de referencia para los otros 17 millones que contratan su suministro en el mercado libre, se haya encarecido una media del 23% (34,75 euros) y cuadruplique al que marcaba hace un año.

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