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Es una de las grandes novedades de esta segunda edición de la feria de la cerveza Oktoberfest que acoge la Tarraco Arena Plaça estos días: «la máquina infernal», un invento alemán que consiste en beber cerveza en un vaso sin tocarlo y solo con la ayuda de unos hilos. Es divertido porque es muy difícil conseguirlo sin que se te vuelque el vaso, dice Lolo Guerrero, el product manager del Poble Espanyol.
Es sólo una de las atracciones del festival, cuyo inicio, quizá por lo temprano de la hora, no fue muy espectacular, aunque con el paso de las horas y la llegada de la noche la Tarraco Arena Plaça se fue animando y poblando de amantes de la cerveza. Eso sí, las personas que acudieron a la cita disfrutaron al máximo.
«Venimos también el año pasado porque Tarragona es una ciudad triste, y de los eventos como este se tiene que disfrutar», comentaba un grupo de cuatro jóvenes enfermeros. Estaban tomándose su cerveza preferida: la negra. Como ellos, había otra gente que venía por segunda vez. De repente, todos se levantaron cantando junto al spiker, el actor barcelonés Joan Casas. Él tenía el honor de alegrar a los presentes proponiendo ruidosamente un brindis cada hora. «Son unas noches muy bonitas estas. La gente viene para pasárselo bien, es un ambiente muy familiar», decía. Y tenía razón: poco a poco, por las puertas llegaba cada vez más gente... Entre ellos se veían incluso niños disfrazados, con sus padres.
«La idea vino desde la ciudad alemana Múnich, donde esta tradición se mantiene viva desde hace cinco siglos», explicó la coordinadora, Marta Torras, de la empresa barcelonesa Pemsa Leisure. Con una entrada libre, uno puede disfrutar del maridaje y una cantidad impresionante de varios talleres y competiciones divertidas. «Una vez un participante se tomó ocho hot dogs en cinco minutos llevándose como premio los litros de cerveza que equivalían a su propio peso», recuerda Joan. En una de las mesas, Sara Jiménez, beer ambassador de San Miguel, explicaba a un grupo de jóvenes que la cerveza de trigo se debería tomar con un frankfurt picante.
En la barra principal, el tirador de cerveza Ferran, de 22 años, admitía que en la pasada edición «acababa con dolor de brazos. No sé cuántos litros tiraba al día, pero eran muchos», recordaba con una sonrisa.
Cervezas de todo tipo
La cerveza principal es Konig. Aparte, aquí se pueden probar cervezas sin gluten, la artesana americana, tostada, negra, 0,0... de cebada, de malta, de trigo... Un total de dieciocho tipos. Se pide en jarras de litro o de medio litro, desde cuatro hasta diez euros. A menudo viene acompañada por un bretzel o un bratwurst.
Los bailes encima de las mesas, las competiciones de pulsos y de levantamento de jarra son, junto ala «máquina infernal», las que más triunfan. Oktoberfest durará hasta la madrugada del 10 de noviembre.
