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El sector del transporte saldrá este miércoles de nuevo a protestar en la carretera. Cabe recordar que la movilización llega por la medida que, desde el pasado 2 de septiembre, obliga a los camiones a utilizar la autopista (AP-7 y AP-2) en aquellos tramos en los que ésta representa una alternativa a la nacional.
La acción será conjunta por parte de las patronales del sector en las cuatro demarcaciones catalanas. Éstas organizarán marchas lentas que arrancarán a partir de las 16 horas para ralentizar el tráfico en algunos de los principales ejes del país. En Tarragona, saldrán desde el polígono de Riu Clar hasta Torredembarra por la N-340 y volverán a la ciudad por la Ap-7.
La Federació Empresarial d’Auto-Transport (FEAT), que es una de las organizaciones convocantes de la protesta, calcula que el pago obligado de los peajes supone un sobrecoste de entre 300 y 600 euros mensuales.
La protesta de 200 camiones del pasado 11 de octubre estará condicionada esta vez por las directrices que ha impuesto la Direcció General d'Adminsitració de Seguretat del Departament d'Interior y que de momento son las que prevalecen a falta de una última reunión de mañana miércoles por la mañana para aceptar o no los requisitos.
La primera condición es que la marcha se adelante una hora y empiece a las 16 horas y la segunda es que la velocidad no podrá ser inferior a 60 kilómetros por hora en los tramos de autopista por los que circulen.
Además no se podrá cortar ninguna carretera y la protesta deberá finalizar como muy tarde a las 18 horas.
Las medidas, según la Federació Empresarial d’Auto-Transport, "son restricciones con el ánimo evidente de dificultar la movilización que no está desconvocada".
