La pandemia diluye el primer año de la nueva variante del Corredor del Mediterrani

Las restricciones en la movilidad han marcado la entrada en funcionamiento de un eje que ha mejorado la fiabilidad de la infraestructura, mientras sigue pendiente el ajuste de horarios

10 enero 2021 07:30 | Actualizado a 10 enero 2021 07:36
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El próximo miércoles día 13 se cumple el primer aniversario de la entrada en funcionamiento del nuevo trazado del Corredor del Mediterrani, que suponía la desafectación de la línea de la costa entre Vandellòs y la estación de Salou-PortAventura. Una puesta en servicio marcada por el caos que se generó entre los usuarios del servicio de proximidad, que en el último momento se enteraban de los importantes cambios que esto comportaba y que dejaban municipios como Salou con una pérdida de servicios notable, que han intentado solventar trasladándose hasta los municipios vecinos como Vila-seca, Tarragona y Cambrils.

No hay cifras en cuanto a la afectación en los servicios de Cercanías y Regionales. Sí los hay en cuanto a la larga distancia. En el último año, la estación del AVE Camp de Tarragona ha registrado 43.500 viajeros de los servicios del Corredor del Mediterrani y otros 28.000 lo han hecho en Tarragona ciudad. En este caso son usuarios del Talgo, ya que los Euromed desaparecían tres días antes de la entrada en servicio de la nueva infraestructura. No obstante, cualquier balance queda completamente alterado por la irrupción de la pandemia, que obligaba a decretar el estado de alarma tan solo dos meses después de la entrada en funcionamiento de la nueva vía, y que precisamente lo que ha perseguido ha sido limitar la movilidad de la ciudadanía.

«Hemos ganado en cuanto a calidad del servicio, estación e imagen del municipio»

El transporte público ha estado en el ojo del huracán en los últimos meses. Entre los usuarios ha habido una pérdida de confianza, a raíz de las imágenes de convoyes abarrotados que se ha traducido en una pérdida de aproximadamente el 40% de los viajeros del día a día. A esto, hay que sumarle la reducción de los servicios que, según Renfe, fue del 50% en los días laborables en el periodo entre el 4 de abril y el 19 de junio. Con todo, los ajustes en los horarios que habían quedado pendiente siguen a la espera de que pueda restablecerse una cierta normalidad, sin confinamientos perimetrales. «Es una carpeta que sigue abierta a la espera de que pueda restablecerse el 100% de la oferta de Cercanías y Regionales», indica el secretario de Infraestructures i Mobilitat de la Generalitat de Catalunya, Isidre Gavín.

El 16 de marzo se sumaron dos nuevos convoyes a la oferta entre Tarragona y Barcelona, que permitían «rellenar» los huecos que se habían generado, con esperas de hasta noventa minutos sin tren. Semanas más tarde el refuerzo se quedó en la nada, cuando se recortó el servicio. Así es que este trabajo se ha aparcado hasta la primavera de este año. «Sabemos que se están estudiando algunas opciones, porque aún hay trenes con cadencias muy seguidas y después hay horas que son muy complicadas, porque no hay nada, pero estamos a la espera ya que deberemos ver si los servicios que se han suprimido se recuperarán», decía el portavoz de la Pdf.Camp, Carlos Montejano.

«Queda muy evidente la trampa del tranvía. Es una evidencia que todo aquello era una mentira»

El mismo día 13 de enero Adif iniciaba los trabajos de desmantelamiento de la vía, retirando los pasos a nivel y aquellos componentes de la infraestructura susceptibles de ser robados. Un año más tarde, empieza a acumularse la suciedad y la maleza en las inmediaciones de la antigua vía. Mientras tanto, Adif licitaba de nuevo el pasado 18 de noviembre la redacción del proyecto de construcción de las actuaciones derivadas del estudio sobre el efecto barrera de la vía, a causa de unas modificaciones que tuvieron que introducirse en el proceso anterior, que se había abierto en diciembre de 2018. Tras doce meses sin movimientos en el frente, Montejano afirma que «es muy evidente la trampa del tranvía y que todo era mentira».

Cambrils optó por vallar el perímetro de la vía. No obstante, su alcaldesa, Camí Mendoza, reconoce que «las conversaciones con Madrid deberían haberse iniciado mucho antes de que entrara en funcionamiento de la nueva infraestructura». Los terrenos siguen siendo de Adif y se estaría negociando su traspaso con la Generalitat y los ayuntamientos, para que pueda cumplirse con la declaración de impacto ambiental.

La edil cambrilense pone en valor que «hemos ganado en cuanto a la calidad del servicio, con la nueva estación y la imagen del municipio». Pese a ello, las «expectativas» que había han quedado diluidas. «No sabemos si ha venido mucha gente de los municipios vecinos y a nivel turístico esperamos que el año que viene podamos saberlo», decía. Por su parte, el alcalde de Salou, Pere Granados, declinó hacer declaraciones.

Sin lugar a dudas, la variante ha aportado una fiabilidad en la infraestructura para los usuarios de este corredor, que durante muchos años sufrieron el vía crucis de la R-16. Queda pendiente que puedan recuperarse los horarios, que se inflaron por los retrasos constantes.

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