La peatonalización de la Part Alta no es efectiva desde hace 9 años

Las pilonas han proliferado en diferentes calles de la Part Alta. Sin embargo, la definitiva, en el Portal de Sant Antoni, no llega

05 enero 2019 10:24 | Actualizado a 27 febrero 2019 19:11
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La peatonalización de la Part Alta siempre ha sido un tema recurrente del que se ha hablado con más o menos intensidad. Sin embargo, no se han acabado de tomar las medidas para que realmente ésta sea efectiva. Los primeros pasos se dieron en el año 2009, cuando el entonces concejal de Mobilitat i Seguretat Ciutadana, Carles Castillo, decidió cerrar el Portal del Roser. Hubo muchas críticas, especialmente por parte de los restauradores y comerciantes. También hubo quien no estuvo conforme con la solución adoptada, ya que decían que el sistema de pilonas con sus lucecitas parecía una pista de aterrizaje en un aeropuerto. No obstante, y después de semanas de conversaciones en las que se ablandaron las condiciones inicialmente previstas, en marzo de 2010 se restringió el acceso desde el Portal del Roser a los vehículos autorizados.

Meses más tarde, en concreto a finales de octubre del mismo año, empezaba la instalación de una nueva pilona en el barrio. En este caso, en la calle Merceria. De esta forma, se cerraba el tráfico a la calle Major, quedando la arteria principal despejada de vehículos y limitando la carga y descarga tan solo a un horario reducido, por la mañana. 

Dentro de esta misma actuación, también se bloqueó la movilidad desde las calles del Abad y Cuirateries, lo que ha dejado la imagen de furgonetas aparcadas en la calle Major reducida a la mínima expresión, aunque reiteradamente pueden verse algunos repartidores que, entrando por el Portal de Sant Antoni hacen caso omiso de las señales. 

Las limitaciones se relajan

La adopción de nuevas medidas quedó durante un largo periodo en stand by, hasta que en verano del año pasado el Ayuntamiento decidía dar un nuevo paso adelante. Así, el Àrea de Mobilitat, ahora ya comandada por Josep Acero, decidía cerrar el acceso desde la calle de Sant Oleguer. Con esta nueva pilona, junto a la Capçalera del Circ, se cerraba la entrada de vehículos a la Part Alta desde la Rambla Vella y se ponía en marcha un dispositivo para reordenar la movilidad alrededor del párking de la Plaça de la Font.

También en agosto de 2017, el Consistorio decidió cerrar las calles Salines y Sant Domènech, que se reformaron y después ya no volvieron a abrirse al tránsito rodado.

Dos piedras en el zapato

La asignatura pendiente sigue siendo el Portal de Sant Antoni. En un determinado momento se decidió que éste tan solo sería de entrada, lo que comportó una nueva reordenación de la circulación en la Part Alta. Posteriormente, el Ayuntamiento daba marcha atrás y, aunque en reiteradas ocasiones se ha apuntado que en algún momento deberá adoptares una solución similar a la del Portal del Roser, por el momento no ha habido valentía política.

Encima de la mesa hay dos problemas que han demorado esta actuación. En primer lugar, el Col·legi Lestonnac y, en segundo puesto, la falta de un aparcamiento en las inmediaciones del núcleo histórico para cubrir la demanda. Ni la opción del Roqueral ni la habilitación de una superficie soterrada en el Passeig de Sant Antoni son propuestas que hayan seguido adelante.

Comentarios
Multimedia Diari