La pesadilla de Tarragona 2: botellones constantes,actos vandálicos y robos

Los vecinos piden al Ayuntamiento que el parque de la urbanización quede cerrado durante la noche, cuando se reúnen grupos de jóvenes para montarse fiestas

01 septiembre 2020 18:20 | Actualizado a 02 septiembre 2020 12:10
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La calma habitual en la tranquila urbanización de Tarragona 2 ha llegado a su fin. Los vecinos denuncian que, desde hace unos meses, no se sienten seguros ni en sus casas. Según explican, el problema se centra en la zona del parque. Día sí y día también se celebran botellones en el recinto de titularidad municipal. Los vecinos aseguran que, tras la fiesta, llega la hora del vandalismo: coches dañados, paredes pintadas y restos del botellón por todo el barrio. Buscan soluciones para devolver a la urbanización su pulso habitual. Para ello, piden al Ayuntamiento que el parque quede cerrado por las noches, como ya se hace en otros más céntricos, como el Saavedra o el de la Ciutat.

«Por las noches no podemos dormir. Jóvenes procedentes de todos los puntos de la ciudad se reúnen en el parque de Tarragona 2 para hacer su fiesta, con botellón incluido», explica el presidente de la asociación de vecinos de la urbanización, Juancho González, quien añade que «el resultado es noches en vela, parque sucio y actos vandálicos. Llamamos a la Guàrdia Urbana a las dos de la madrugada, cuando ya no podemos más, y vienen a las cinco. No nos sirve de nada».

Hace unas semanas, los vecinos de nueve chalets del barrio se despertaron con pintura azul en las fachadas. «Se emborrachan, hacen juerga y, unos a otros, se retan para acabar teniendo actitudes incívicas», explica otra vecina, Rosa Muñoz, quien asegura que «en ocasiones vemos a chicos que vienen con sus mochilas y los sprays dentro. No podemos hacer nada». Los vecinos denuncian que el parque ha estado clausurado durante meses por la Covid-19, prohibiendo su uso por parte de los más pequeños del barrio, «mientras aquí, cada noche, se han hecho botellones», apunta Muñoz.

Botellas y bolsas de plástico

Es una imagen corriente encontrar el parque lleno de botellas de alcohol de cristal, y bolsas y vasos de plástico, muestra de la juerga del día anterior. Luís, otro vecino, relata cómo algunos jóvenes saltan las vallas y acceden a la zona comunitaria de la piscina. «Siempre que oímos ruidos extraños durante la madrugada, es porque se están bañando. Cualquiera sale a decirles algo…», comenta Luis, cansado de esta situación.

Por todo esto, los vecinos piden al Ayuntamiento que el parque quede cerrado durante la noche. «Lo hacen con al menos cinco parques de la ciudad. ¿Por qué aquí no? ¿Qué es que somos menos tarraconenses o qué? Cerrar el recinto es el primer paso para que terminen de una vez por todas con estos actos vandálicos», opina un vecino, Julià Montoya, quien añade que «además, de cara a interponer una denuncia, cogería más fuerza si tuvieran que saltar la valla».

Hace unos años, el parque ya estuvo cerrado durante las noches. Eran los mismos residentes de la urbanización los encargados de abrir y cerrar la puerta, mañana y noche. Pero ahora, los vecinos se niegan a tener este compromiso.

Por su parte, desde el Ayuntamiento aseguran que estudiarán la posibilidad de cerrar el recinto por la noche. El concejal Jordi Fortuny reconoce que el parque de Tarragona 2 es un lugar «ideal» para los jóvenes que quieren hacer botellón, ya que está escondido. Cabe recordar que en la ciudad está prohibida esta práctica y que la multa puede llegar a ser de 300 euros. Fortuny se comprometió ante los vecinos a aumentar la presencia policial en el lugar, sobre todo, por la noche.

El Ayuntamiento ya actuó en la zona del parque hace tan solo unos meses, cuando desalojaron a los ocupas y tapiaron la caseta que hay en el lugar y que, antiguamente, funcionaba como oficina para la promotora que vendía las viviendas.

Robos

Pero el ruido, la suciedad y las pintadas no son los únicos dolores de cabeza para estos vecinos. En los últimos meses, son muchas las denuncias por robos en viviendas y vehículos en la urbanización. Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo, los Mossos d’Esquadra detuvieron a tres personas –dos hombres y una mujer–, acusados de entrar a robar en un parking de la avenida de Josep Gramunt i Subiela, sustraer unas botas de esquí e intentarlas vender. Otros vecina, Marta Ambrós, denunció la desaparición de su moto, y la encontró unas horas más tarde en un camino cercano a su casa, prácticamente destruida. La lista de denuncias por altercados de este tipo es larga. Los vecinos están cansados de sentirse inseguros en sus casas y explican que, hasta hace poco, «vivir aquí era un privilegio. Ahora se ha convertido en una pesadilla», dicen.

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