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Un párking debajo de una plaza. Esta fue la solución que una de las cooperativas que construyó en el barrio de Sant Pere i Sant Pau tomó como buena para poner al mismo nivel cinco bloques colindantes. Esto fue a finales de los años 70. Casi cuarenta años más tarde, los vecinos que aparcan su coche en el párking soterrado de la zona conocida como quinta promoción viven una autentica pesadilla. Es el caso de Ana, quien asegura que, los días de lluvia, el aparcamiento se convierte en una catacumba. La plaza, que se encuentra en muy mal estado, se llena de agua y se filtra hasta llegar al aparcamiento. Los vecinos saben que, cuando llueve, el coche debe aparcarse en la calle.
El origen del problema se remonta a finales de los años 70, cuando la Cooperativa de Viviendas UTECO construyó la quinta promoción de Sant Pere i Sant Pau. Las cuatro anteriores fueron edificadas por otra cooperativa. Esta promoción –muy cercana a la Escola Marcelí Domingo–, contaba con cinco bloques, pero algunos quedaban más altos que los otros. Así que la Cooperativa decidió levantar una plaza para nivelar todos los edificios y comunicarlos a través de escaleras. Debajo de la plaza, se construyó un párking privado para los vecinos. Así que el techo del aparcamiento es la plaza.
En el año 1997, Ayuntamiento y barrio llegaron a un acuerdo. Sant Pere i Sant Pau cedía el mantenimiento de algunas plazas interiores al consistorio. A partir de entonces, si se rompía alguna baldosa o fallaba alguna fuente, era el Ayuntamiento el encargado de repararlo. La plaza de la quinta promoción de Sant Pere i Sant Pau es un espacio diáfano con jardineras de grandes dimensiones. Los días de lluvia, el agua se concentra en estos recipientes y se filtra por el techo del aparcamiento. «Los especialistas nos dicen que se ha roto la tela asfáltica, es decir, el material que hay debajo de las baldosas», explica el presidente de la Associació de Veïns La Unió, José Cosano, quien añade que las filtraciones son cada vez mayores.
«Tenemos un párking, pero inseguro. Sabemos que no podemos aparcar los días de lluvia, porque las goteras nos dañan los coches. A veces, el párking parece una catacumba», explica Ana, una de las vecinas del bloque Panamá.
Un intento de reforma
Después de años de mucha reivindicación, el Ayuntamiento decidió arreglar la plaza. No solamente por las filtraciones, también por el mal estado de las baldosas. De eso hace casi tres años. En el centro de la plaza todavía se puede ver el cartel de color amarillo que explica la puesta en marcha de la reforma. El presupuesto era de 582.104,82 euros y las obras durarían ocho meses.
«Era un proyecto fabuloso y muy completo», explica el presidente de la entidad vecinal, José Cosano, quien recuerda que «incluso vinieron in situ para llevar a cabo una prueba de carga –para comprobar que la plaza aguantaría los trabajos–». Salió bien y los vecinos estaban optimistas. Pero todo se paralizó cuando llegó el momento de elaborar un informe para dar el beneplácito de la inversión. «Tenían dudas ya que, el mantenimiento era cosa del Ayuntamiento pero la plaza continuaba siendo privada, aunque de uso público», explica Cosano, quien añade que «nunca se ha dado luz verde para empezar con los trabajos».
Ahora, los vecinos reivindican que se arregle la plaza. «No hace falta que el Ayuntamiento se gaste tanto dinero, solo es necesario que se haga transitable. Con una inversión más pequeña nos conformamos», asegura Cosano, quien añade que «lo más necesario es sacar las jardineras, poner un techo nuevo en el aparcamiento soterrado y arreglar la plaza». Matías Sánchez, vecino del bloque Panamá, recordaba ayer cuando «el alcalde vino aquí y prometió que en ocho meses la plaza estaría lista. Han pasado casi cuatro años y todo sigue igual. A ver si tenemos suerte ahora que vienen las elecciones».
