La profesora que metió a las mujeres en la historia

Mary Nash es la quinta doctora honoris causa investida por la URV. Dice que el efecto de este 8-M no se puede quedar en un día

10 marzo 2018 10:02 | Actualizado a 12 marzo 2018 11:23
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La historiadora Mary Nash (Limerick, Irlanda, 1947) cuenta que cuando comenzó a investigar sobre el papel de las mujeres en la historia le llegaron a decir que se había inventado referencias históricas, nombres y hasta organizaciones en las que aquellas mujeres se afiliaban. 

Pero no sólo no se lo inventaba, sino que fue la pionera en España en rebuscar en el pasado para poder contar ese otro papel, casi invisible, que han jugado las mujeres en los grandes procesos históricos. Ahora se le reconoce que sacando a aquellas mujeres a la luz no sólo se les hizo justicia, sino que la historia se entiende mejor, tiene más sentido.

Esa es, en palabras llanas, el argumento que llevó a la Universitat Rovira i Virgili a investirla como doctora honoris causa en un acto que se celebró ayer y al que vinieron discípulos suyos de Zaragoza, Valencia, el País Vasco, Granada... Es la quinta mujer en obtener ese honor en la URV, la quinta frente a 36 hombres.

La encargada de glosar sus méritos fue la profesora Montserrat Duch, ‘madrina’ de la doctoranda. Recordó que Nash es catedrática de Historia Contemporánea de la UB desde 1991, donde aún es profesora emérita. Fundó, además, diversos centros de investigación, como el Centre d’Investigació de la Dona de la UB o la Asociación Española de Investigación de la Historia de las mujeres. Pero tal vez su mayor valor, dice Duch, es que sus investigaciones han trascendido a la academia, especialmente gracias a libros como ‘Rojas: las mujeres republicanas en la guerra civil’ o ‘Mujeres del mundo’. De hecho, Nash cuenta con 259 citas entre artículos y libros. De estos últimos, lleva 30.

8-M, ¿más que un día?

La investidura de Nash, justamente el día de ayer, después del 8 de marzo, no era gratuita, sino elegida expresamente.

En plena resaca de las grandes movilizaciones del jueves, Nash apunta que le pareció una jornada «singular», en especial por el gran poder de convocatoria, aunque no deja de sorprenderle que, a pesar de todos los avances legales, sobrevivan tantas prácticas discriminatorias.

Eso sí, como buena historiadora, recordó que las huelgas y movilizaciones de mujeres no son nuevas y citó, por ejemplo, a las sufragistas británicas hace 100 años luchando por el derecho al voto. Y apuntó que las demandas evolucionan y en los 70, por ejemplo, la preocupación se centraba en los derechos reproductivos.

Nash apunta una paradoja: se ha avanzado en derechos, pero la discriminación sigue

A su modo de ver, este 8-M, aunque importante, no tendrá más trascendencia si se queda sólo en un día y no se traduce en políticas públicas y, sobre todo, en cambios de valores por parte de todos, especialmente de los hombres. Reconoce, además, que  todavía se habla poco de aspectos clave como el reparto del trabajo doméstico y de cuidados, «porque no hay forma de regular lo que pasa en una casa». Su esperanza es que las y los jóvenes se rebelen y entiendan que el trabajo doméstico es cuestión de corresponsabilidad y no de ‘ayudar’ al otro.

Si se le pide que recomiende a alguna mujer, de las tantas que ha ‘redescubierto’, para presentársela a las jóvenes que el jueves salieron a las calles, se acuerda de la asociación Dones del 36. Muchas fueron represaliadas (una estuvo 20 años presa) y pese a ser de diferente signo político y condición se unieron para ir a escuelas e institutos en los 90 a hablar de los horrores de la guerra y claro está, a contar su parte de la historia.

Comentarios
Multimedia Diari