La salida y entrada de empresas a Tarragona se equilibra durante este año

Desde el 1-O, se han ido 271 firmas y han llegado 123. La fuga se frenó a partir de febrero. Hay meses con más entradas que salidas

03 octubre 2018 08:39 | Actualizado a 03 octubre 2018 08:50
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Tarragona ya no sufre una fuga de empresas. El momento actual nada tiene que ver con el que se vivía hace un año, a rebufo de la inestabilidad política, el referéndum del 1-O y las cargas policiales. A partir de febrero, la situación comenzó a normalizarse. Desde entonces, la entrada y salida de empresas se ha equilibrado. Incluso hay meses –mayo o julio son dos ejemplos– en que la llegada de firmas procedentes de otra provincia superó a la salida. 

Bien es verdad que el balance, un año después del 1-O, es muy favorable a las salidas de las compañías: 271 marchas frente a 123 llegadas, según los balances del Registro Mercantil de Tarragona.

Esa estadística indica que después del referéndum hay en Tarragona 148 negocios menos porque han desplazado su sede social a otra provincia. El dato puede ilustrar una diáspora que, analizada en perspectiva, no es tal, al menos ahora mismo. 

La diáspora de finales de 2017
El traslado de firmas se disparó en los tres últimos meses de 2017 debido a la concatenación de hechos políticos excepcionales, desde el propio 1-O a la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) o la aplicación del 155. 

En octubre se mudaron 56 sociedades de Tarragona a otra provincia. En noviembre es cuando la fuga alcanzó su cota máxima. Dijeron adiós 71 compañías. En diciembre el número bajó a 36, aunque fue igualmente significativo. En enero se fueron 19. Fue el último mes con ese tipo de turbulencias, que coincidieron con una escasísima llegada de corporaciones. Fueron los peores momentos para la estabilidad económica y empresarial pero a partir de ahí la cifra de empresas que decidían hacer las maletas se frenó. 

En este tiempo, se han ido firmas de distintos sectores económicos: desde el transporte de mercancías al turismo y la hostelería, pasando por la química, la ingeniería, la inmobiliaria, las tiendas de ropa, el calzado o diferentes servicios vinculados a la industria como la fontanería o los montajes metálicos. 

Los motivos para un traslado de empresa son diversos pero lo cierto es que algunos empresarios de Tarragona reconocieron que cambiaban de sede social a raíz de la deriva política. «Que quede claro que no me voy porque esté a favor o en contra de la independencia. Yo me dedico a los negocios y necesito estabilidad. Me voy por el miedo y por la incertidumbre», decía el responsable de una compañía que después del 1-O se marchó de La Pobla de Mafumet y se instaló en Zaragoza. «Influyó todo el ambiente. En la misma empresa había trabajadores que decían que tenían miedo ante lo que pudiera pasar», explicaba entonces. 

Septiembre, mes a la inversa
«Nos hemos ido por la inestabilidad política. Trabajamos con proveedores de otras comunidades y la situación nos creaba una inseguridad, así que hemos cambiado para estar seguros y continuar trabajando», comentaba el responsable de una compañía de transporte en la provincia que llevó la sede social a un municipio de la cercana Aragón. 

Septiembre, el mes más reciente computado, muestra una dinámica claramente inversa a la que marcó buena parte de final de 2017. Se marcharon únicamente tres empresas y llegaron 13, a municipios como Mont-roig del Camp, Ulldecona, Salou, Vilalba dels Arcs, Tortosa, Vila-seca y, por supuesto, a Tarragona capital. 

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