La semilla tarraconense de la vacuna de Janssen

Historia. Ramon Reig Jofre nació en Vilallonga del Camp y fundó, desde la trastienda de una farmacia, la empresa que en junio fabricará en masa las dosis de Johnson & Johnson

23 abril 2021 09:00 | Actualizado a 25 abril 2021 15:28
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No sospecharía Ramon Reig Jofre cuando era un chaval y estudiaba el Bachillerato en la Escola Pare Manyanet de Reus que la empresa que fundaría iba a ser clave, casi un siglo después, para ayudar a solucionar la peor pandemia que azota al mundo desde la gripe española. Ramon, que nació en Vilallonga del Camp (Tarragonès) en 1900, fundó en 1929 Reig Jofre, en la actualidad un transatlántico farmacéutico con 1.000 empleados, que cotiza en bolsa y con presencia en más de 70 países. La firma vive días frenéticos en una cuenta atrás de vértigo porque el mundo les contempla: a partir de junio afrontará el reto inmenso de producir en su planta de Sant Joan Despí la vacuna de Janssen contra la Covid-19. Ha reservado el 80% de las instalaciones para la producción, con el desafío de llegar a fabricar hasta un millón de dosis diarias.

Ha pasado mucho tiempo de aquella primera piedra, pero la huella de Ramon está bien presente en ese gigante de la industria internacional del medicamento. El actual CEO es la tercera generación de la familia Reig y, de alguna manera, en Vilallonga del Camp hay quien ve el hito con un cierto orgullo íntimo.

Vínculo con Puigpelat

¿Pero quién fue el ahora célebre Ramon Reig Jofre? Vino al mundo el 8 de diciembre de 1900, hijo del matrimonio formado por Ramon Reig Busquets y Rosalía Jofre Vives, de Puigpelat. «Nació en C’Aguiló, una saga de las más antiguas de la granja del Codony o dels Frares. Aún hoy son propietarios de una casa, que está en ruinas, y de varias hectáreas de tierra», narra Gemma Benaiges, alcaldesa de Vilallonga del Camp. Según el relato de la edil, en la segunda mitad del siglo XIX, como otros habitantes de la Granja, se trasladaron a Vilallonga del Camp, en concreto al número 5 de la calle Major, en el centro. Pronto Ramon exhibió dotes y ambición para hacer algo grande. «Fue un hombre emprendedor, visionario, innovador y dotado de una habilidad poco corriente: la de saber aprovechar y querer las cosas que se le presentaron a lo largo de la vida», añade Benaiges. «Aunque era hijo de payeses, sus padres le enviaron a estudiar el bachillerato a la Escola Pare Manyanet de Reus, donde estaba interno», explica Benaiges. Los fines de semana iba de la capital del Baix Camp a su pueblo en tartana, un pequeño carromato.

La botica donde empezó todo

Pronto llegó uno de los momentos decisivos de su vida. «Se fue a Barcelona, junto con su hermano Antón, para estudiar uno farmacia y el otro medicina», cuenta Benaiges. En la Ciudad Condal conoció a la que sería su mujer, Isabel López Borrell, hija de un farmacéutico y propietario de una botica en la calle Gran de Gràcia. Fue en ese establecimiento donde inició su carrera profesional de éxito, primero de una forma doméstica pero con enorme ambición. «Las cremas, píldoras y productos de primera necesidad que hacían en la trastienda acabarán llevando su propio sello. Fue entonces cuando nació el laboratorio Reig Jofre, con un dependiente y un publicista que repartía folletos por la calle», relata Benaiges. Solo cuatro años más tarde se registró el primer producto, con el nombre de Vinco, que evolucionó hacia la marca comercial del laboratorio.

La expansión ya no tuvo fin. La cartera se fue ampliando en los años 60 con productos de dermatología y respiratorio. Inyectables y antibióticos fueron sus otros nichos, de forma que fue entrando en mercados de todo el mundo. En 2015 Reig Jofre se fusionó con la compañía Natraceutical, referente en Europa en complementos alimenticios, y se convirtió en la quinta farmacéutica española por cifra de negocio.

Reig Jofre no se entiende sin el empuje inicial e inquieto de Ramon, que mantuvo una conexión estrecha con sus raíces. «Su vínculo con Vilallonga del Camp le llevó a tomar parte intensamente en la vida del pueblo. Una de sus acciones fue, junto con otras familias, participar en la reconstrucción de la iglesia, que había quedado muy dañada durante la Guerra. También hizo la donación del Sant Crist en la iglesia de Vilallonga, que sale desde entonces por Semana Santa», cuenta Benaiges, que recuerda alguna de las cosas que se quedaron en el tintero. «Una gran iniciativa que tenía y que no pudo cumplir por su fallecimiento era acabar el campanario de la iglesia Sant Martí Bisbe, de estilo neoclásico», explica la máxima representante municipal, que reconoce: «Nos sentimos un poco orgullosos de que fuera de aquí».

Ramon Reig falleció en 1980, a los 80 años, en Barcelona. Sus descendientes capitanean una compañía consolidada y en expansión, puesta ahora en el foco mediático por la magna tarea que acomete: despachar viales en masa que pongan fin a la pandemia.

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